Movilidad en personas mayores: cómo mejorarla
En España, casi una de cada tres mujeres y uno de cada seis hombres mayores de 65 años tiene problemas de movilidad. Adaptar el hogar o cambiar determinados hábitos puede ayudar en esta situación
Moverse más, la clave
Caminar es un buen ejercicio.
Las personas de 65 años o más son las que presentan mayores tasas de inactividad física, aunque el ejercicio es clave en esta etapa. Una de las actividades más beneficiosas y aptas para todas las edades es caminar.
Por ejemplo, los mayores de 80 años deben hacerlo de 10 a 15 minutos todos los días a un ritmo cómodo. Y si se sufren problemas de movilidad o tras una caída, puede ayudar el uso de un bastón o andador, si el médico o fisioterapeuta lo aconseja.
Por otro lado, el taichí ayuda a mantener el equilibrio y reduce así la probabilidad de caídas, y nadar permite ejercitarse a las personas con movilidad reducida sin temor a una posible caída.
Principales problemas: ponles solución
Asegurar el equilibrio. El oído informa al cerebro de nuestros movimientos, así que tiene un papel clave a la hora de sortear obstáculos, y también subir y bajar escaleras. Mientras que la pérdida de visión aumenta a más del doble el riesgo de sufrir una caída.
Reducir el riesgo de caídas. La toma de algunos fármacos y la polimedicación es uno de los factores que más aumentan el riesgo de caídas al provocar mareos o una bajada de tensión. El problema se relaciona con ansiolíticos (diazepam, alprazolam, lorazepam) o cualquier otro fármaco que cause somnolencia, algunos antidepresivos y analgésicos opioides.
Evitar las fracturas. Una dieta rica en calcio (lácteos y frutos secos) y tomar el sol con moderación ayudarán a mantener unos huesos fuertes.
Mejorar la orientación. Es importante incidir en hábitos como leer o hacer crucigramas, que ayudarán a evitar el deterioro cognitivo e influirán muy positivamente al mejorar la orientación e incluso el equilibrio.
Un hogar sin barreras y más accesible
Salvaescaleras.
Escaleras. La perdida de equilibrio hace perder confianza a la hora de subir y bajar escaleras. En la medida de lo posible, instalar una silla salvaescaleras permitirá hacerlo de forma segura.
En el baño se pueden minimizar los riesgos sustituyendo la bañera por un plato de ducha , con una alfombrilla antideslizante dentro del plato de ducha, y/o instalando barras de apoyo y sujeción en las paredes.
En el suelo se deben evitar cables o alfombras, en los que es fácil tropezar. Y si hay muebles que estrechen el pasillo, es mejor reubicarlos para poder pasar fácilmente, incluso con el andador. También se puede instalar un pasamanos.
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