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Nuevos y esperanzadores tratamientos para el cáncer de mama

La mortalidad por esta enfermedad se ha reducido notablemente, gracias al diagnóstico precoz y las novedades en las terapias

Los tratamientos contra el cáncer de mama son más eficaces y se toleran mejor cuanto antes se inician.

Victoria Díaz

El 19 de octubre se celebra el Día Internacional del Cáncer de Mama, que nació con el objetivo de visibilizar la enfermedad y ahora se centra en concienciar sobre la importancia de la investigación y la prevención y detección precoz.

Presente y futuro de las terapias

Una de cada ocho mujeres sufrirá cáncer de mama a lo largo de su vida. La buena noticia es que el 82,8% de pacientes se recuperan, según datos de la Asociación Española contra el Cáncer. Los programas de cribado y detección precoz de la enfermedad –en España se realizan mamografías cada dos años a las mujeres de entre 50 y 69 años– sumados a los últimos avances en tratamientos lo han hecho posible.

La enfermedad se trata de forma individualizada, pero suele combinarse la cirugía con radioterapia y medicación.

Cirugía. Sigue siendo uno de los pilares del tratamiento, pero ahora la tendencia es realizar cirugías conservadoras, que extirpan sólo el tumor o con una parte del tejido que lo rodea, pero mantienen el resto de la mama intacta.

Quimioterapia. Hay especialistas que ya anuncian que en un futuro no muy lejano será sustituida por terapias más específicas y efectivas, y con menos efectos secundarios. Éste es uno de sus principales inconvenientes, ya que logra destruir las células tumorales, pero también muchas sanas. Se suele administrar antes de la cirugía para disminuir el tamaño del tumor, aunque puede recomendarse después para disminuir la probabilidad de recaídas.

Todas estas famosas han superado esta enfermedad.

Radioterapia. La nueva tecnología permite aplicarla directamente en el área del tumor en lugar de en toda la mama, por lo que resulta más segura para otros órganos, y así se ha logrado que sea bien tolerada por la mayoría de pacientes.

Radioterapia intraoperatoria (RIO). Con esta técnica, se administra una dosis única y elevada directamente sobre la zona afectada por el tumor y se hace durante la cirugía. Tiene menos efectos secundarios y también permite la reconstrucción de la mama en la misma intervención.

Inmunoterapia. En la última década ha revolucionado el tratamiento de esta enfermedad y ya está consiguiendo desplazar a la quimioterapia. Estos fármacos actúan estimulando las defensas del organismo, de forma que los linfocitos (células del sistema inmunitario) acaben con las células tumorales.

Terapia biológica dirigida. Actúa de manera selectiva sobre las células cancerosas sin afectar a las sanas, por lo que tiene menos efectos secundarios. El inconveniente es que estos medicamentos interaccionan frecuentemente con otros.

Terapia endocrina u hormonal. Las hormonas, especialmente los estrógenos, provocan el desarrollo de tumores llamados hormonodependientes, que suponen el 70% de los cánceres de mama. Para tratarlos se administran fármacos que logran reducir los niveles o bloquear la actividad de las hormonas sexuales. El nuevo Verzenios (abemaciclib), que ya está disponible en España tras ser aprobado por la Agencia Europa del Medicamento, reduce el riesgo de recaída en este tipo de cáncer un 33,6 por ciento a los cuatro años.

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