¿Qué es el "síndrome del niño zarandeado"?
El llamado "síndome del niño zarandeado" es un conjunto de lesiones que pueden dejar graves secuelas en un bebé, tras someterlo a sacudidas con más o menos fuerza. Te lo contamos todo
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Un bebé agarra la mano de su madre.
Desde siempre se ha dicho, especialmente a los niños cuando nacen sus hermanitos pequeños, que tengan mucho cuidado de no zarandear ni sacudir al bebé. Y es que esta indicación, más allá de la lógica protección al recién nacido, tiene una explicación: evitar el llamado síndrome del niño zarandeado.
También conocido como 'shake baby', esta sintomatología es "el conjunto de lesiones cerebrales que se producen al sacudir vigorosamente a un bebé", explica la Asociación Española de Pediatría.
Se trata de algo relativamente frecuente: se dan entre 20 y 25 casos en cada 100.000 menores de dos años, siendo el periodo entre los 2 y los 8 meses el más frecuente. "En España, de los 450.000 niños nacidos al año, unos 100 pueden padecer este síndrome", señala la AEP.
Síndrome del niño zarandeado: causas y cómo se produce
Los pies de un recién nacido.
El motivo principal por el que se produce este síndrome es porque, en recién nacidos y bebés muy pequeños, el tamaño de la cabeza aún no es proporcional al de su cuerpo: supone casi el 25% de su peso.
"Al zarandear al bebé, el cerebro golpea contra las paredes del cráneo produciendo inflamación o sangrado en el cerebro y sus envolturas, sangrado en la retina (parte posterior del ojo) y lesiones en la médula espinal a nivel del cuello. Menos de cinco segundos de zarandeo son suficientes para provocar un daño de esta gravedad, que será mayor si termina con un golpe contra el colchón de la cuna o el sofá", explican los expertos.
Una habitación de bebé.
Los profesionales del hospital Vall d'Hebron explican que el zarandeo a un bebé produce traumatismo craneal abusivo "y tiene como síntomas más frecuentes la hemorragia cerebral y retiniana, las fracturas óseas y las secuelas neurológicas".
Las graves secuelas del síndrome del niño zarandeado
Una madre sujeta a su bebé.
La Dra. Anna Fàbregas, adjunta del Servicio de Pediatría y coordinadora del equipo EMMA-Unidad de Atención a las Violencias hacia la Infancia y la Adolescencia de dicho hospital sostiene que "zarandear a los bebés no es la violencia física más frecuente que se ejerce contra los niños, pero sí la que causa más muertes y más secuelas" y añade que "es un maltrato muy grave, hace falta que la población sea consciente del daño que puede provocar a sus hijos".
Un recién nacido, en la incubadora.
Las consecuencias que un movimiento así puede tener sobre la salud de un bebé nacido sano son muy graves e irreversibles: "1 de cada 10 niños que sufren un zarandeo grave, fallece. De los supervivientes, la mitad queda con secuelas graves e irreversibles, como parálisis cerebral, retraso mental, ceguera o epilepsia", explican desde la Asociación Española de Pediatría.