Todo sobre la pérdida de audición, un problema que va en aumento
Las previsiones hablan de que los problemas auditivos doblarán el número de afectados en 2050. Muchas de las causas que los provocan pueden prevenirse
Los especialistas recomiendan revisar la audición periódicamente para poder prevenir y detectar cualquier problema.
Más del 5% de la población mundial padece una pérdida de audición, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que prevé que una de cada diez personas sufra este problema en el 2050 (700 millones) y habla ya de una "epidemia silenciosa".
Es cierto que la prevalencia de la pérdida de audición aumenta con la edad: el 80% de los mayores de 80 sufren hipoacusia (disminución del nivel de audición por debajo de lo normal), según la Sociedad Española de Otorrinolaringología (SEORL). Sin embargo, más de 1.000 millones de jóvenes adultos en el mundo corren el riesgo de sufrir una pérdida de audición por prácticas poco seguras, como la exposición a sonidos fuertes o la toma de algunos fármacos, alerta la OMS.
Si algún familiar te ha alertado de que puedes estar perdiendo audición, siempre es mejor acudir a un especialista.
Pérdida discapacitante y sordera
A partir de 35 decibelios (dB), el equivalente al volumen de una conversación normal, la SEORL califica la pérdida de audición de moderada, pero aún así ya es discapacitante. Si la pérdida es entre 60-90 dB (conversación en voz muy alta, una calle con mucho tráfico o el ruido del aspirador) se considera profunda y se habla de pérdida total si es superior a 90 dB (la sirena de un coche de policía). Tener que subir el volumen de la televisión o la radio y la dificultad para seguir conversaciones en grupo o en entornos con algo de ruido son algunas de las principales señales de alarma.
Cómo prevenirla
En algunos casos puede deberse a causas hereditarias, pero otros problemas pueden evitarse.
Detección precoz. Lo primero es descartar infecciones o tapones de cera. Posteriormente se realizará la prueba con diapasón, un instrumento metálico que produce sonidos al golpearlo, y una audiometría, que mide cuáles son los sonidos más tenues que es capaz de escuchar esa persona.
Vacunación. Enfermedades como la rubeola, el sarampión y la meningitis pueden provocar pérdida auditiva moderada o severa.
Fármacos. Los medicamentos ototóxicos más frecuentes son los antibióticos (estreptomicina, tobramicina, gentamicina, neomicina y vancomicina); ciertos fármacos quimioterápicos, por ejemplo, el cisplatino; la furosemida y el ácido acetilsalicílico.
Ruido ambiental. La contaminación acústica ya se considera un peligro para la salud pública: en un atasco hay 90 dB de ruido y la sensación ya es muy molesta, pero un concierto de rock o los fuegos artificiales pueden superar los 120 dB, a partir de los cuales el oído humano entra en el umbral del dolor y causar sordera.
Riesgos según la edad
Hay factores que provocan pérdida auditiva a cualquier edad, como los traumatismos o algunas infecciones, pero en determinados periodos de nuestra vida somos más vulnerables por diferentes causas.
Bebés. La asfixia perinatal (falta de oxígeno en el momento del parto) o el bajo peso al nacer pueden estar detrás de problemas auditivos.
Infancia y adolescencia. Las otitis crónicas (infecciones recurrentes del oído medio), la meningitis y otras infecciones, y la otitis serosa o seromucosa (acúmulo de mucosidad), que sufren aproximadamente el 70% de los niños al menos una vez antes de los tres años, pueden tener consecuencias en la audición.
Edad adulta. Las enfermedades crónicas, la otosclerosis (el crecimiento anormal de hueso entre el oído interno y el estribo, que la SEORL alerta que es más frecuente entre los 20 y los 40 años en mujeres), la degeneración neurosensorial o el tabaco influyen negativamente en la audición.
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