Cómo seguir una dieta mediterránea saludable
La dieta mediterránea es un modelo de referencia: por salud, por economía ¡y para adelgazar! Te contamos cómo sacarle el máximo partido
Según los expertos, esta milenaria forma de alimentarnos genera una menor cantidad de residuos contaminantes y gases de efecto invernadero que las dietas ricas en alimentos animales o altamente procesadas, ya que la dieta mediterránea está basada en alimentos frescos y mínimamente procesados.
Nuestras abuelas sí que sabían
La presencia de carne y pescado en muchos de los platos que preparaban nuestras abuelas era testimonial. Piensa, por ejemplo, en el potaje de vigilia, las migas, el cuscús, etc. ¡La economía no daba para más! Seguían, sin saberlo, lo que ahora se conoce como dieta «flexiteriana», una alimentación mayoritariamente vegetariana en la que, de vez en cuando, se comen dosis discretas de carne y pescado. Esto que ahora está tan de moda es la dieta mediterránea de antaño, la original.
Las claves de una correcta dieta mediterránea
1.- Come legumbres un mínimo de tres veces por semana.
2.- Toma, al menos, cinco raciones de hortalizas y frutas al día y come, en cada comida principal, una ración de verduras u hortalizas crudas.
3.- Sí a lo integral. Pan, arroz y pasta integrales, y cereales de grano entero. No dejes que entre ni un cereal o harina refinada en tu despensa.
4.- Usa el aceite de oliva virgen como grasa principal para cocinar y aliñar los platos. Nada de nata líquida ni mantequilla.
5.- Consume pescado, moluscos o crustáceos más de tres veces por semana. Si bien el pescado blanco es más ligero, el azul aporta más Omega 3, que ayuda a quemar grasas.
6.- Toma preferentemente carne de pollo, pavo o conejo en vez de ternera, cerdo y cordero. Y, por supuesto, limita a cero los derivados cárnicos (embutidos, frankfurts...).
7.- Come frutos secos entre tres y cinco veces por semana. Son muy ricos en fibra saciante, grasas buenas, proteínas y vitamina E. Este último nutriente puede escasear cuando nos ponemos a dieta. ¡Que no te falte!
8.- Incluye 2-3 veces por semana un sofrito casero a base de tomate, ajo y cebolla –puedes añadir pimiento, calabacín, puerro, etc.–, elaborado con aceite de oliva virgen.
Los beneficios de la dieta mediterránea
Además de ayudarnos a adelgazar, seguir una dieta mediterránea saludable tiene numerosos beneficios para nuestra salud y bienestar. ¡Descúbrelos!
MÁS PESCADO QUE CARNE. Para una buena salud, es conveniente reducir las raciones de carne y sustituirla por las de pescado, tanto blanco como, sobre todo, azul, ya que este último, al contener ácidos grasos Omega 3, tiene un efecto protector frente a los problemas cardiovasculares.
VERDURAS. Todas las variedades aumentan las posibilidades de disfrutar de una vida más larga y saludable, pero la familia de las crucíferas (col, coliflor, brócoli, etc.) aportan beneficios adicionales, ya que, por su elevado contenido en antioxidantes, protegen del cáncer y demás enfermedades degenerativas.
FIBRA. Los alimentos ricos en este nutriente, como las legumbres, el pan, la pasta y el arroz integrales, la mayoría de frutas y verduras, etc., facilitan la eliminación de las toxinas y protegen el organismo de enfermedades como, sobre todo, el cáncer del sistema digestivo.
ESPECIAS. Canela, laurel, clavo... la mayoría de estos condimentos tienen un gran poder antioxidante, antiinflamatorio y antiséptico, además de reforzar el sistema inmunitario. Las especias picantes, como la pimienta, el chile o el tabasco tienen un beneficio adicional, ya que contienen capsicina, una sustancia que, al reducir el deterioro metabólico, aumenta la esperanza de vida.
¡Todo son ventajas al apostar por la dieta mediterránea, así que no lo dudes!
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