Carpaccio de ternera sobre crujiente de parmesano
El carpaccio de ternera sobre crujiente de parmesano es una receta sofisticada y deliciosa, ideal para sorprender a tus invitados en cualquier ocasión especial
En el mundo culinario, donde la elegancia y el sabor se encuentran, el carpaccio de ternera sobre crujiente de parmesano emerge como una estrella. Este plato, que combina la sutileza de la carne finamente cortada con la rica y audaz presencia del parmesano, es una verdadera obra maestra gastronómica. Perfecto para impresionar en cenas formales, reuniones íntimas o como una delicia para los amantes de la buena cocina, esta receta es un testimonio de la simplicidad y la sofisticación.
El carpaccio, de origen italiano, ha sido siempre sinónimo de lujo y refinamiento. Tradicionalmente servido como aperitivo, este plato se caracteriza por su carne de ternera cruda, cortada en láminas extremadamente finas. En nuestra variante, le damos un giro contemporáneo incorporando un elemento crujiente: virutas de parmesano tostadas hasta alcanzar la perfección dorada. Este añadido no solo mejora la textura del plato, sino que también aporta un sabor profundo y complejo, que complementa magníficamente la ternura de la carne.
Además de su exquisito sabor, este carpaccio de ternera sobre crujiente de parmesano es una delicia visual. La presentación juega un papel crucial, donde cada elemento se coloca meticulosamente para crear una obra de arte comestible. El contraste de colores, la disposición de las láminas de ternera y las crujientes virutas de parmesano, junto con toques de aceite de oliva y quizás algunas hojas frescas de albahaca o rúcula, hacen de este plato un verdadero festín para los sentidos.
Preparar este carpaccio no requiere de habilidades culinarias avanzadas, pero sí de atención al detalle y respeto por la calidad de los ingredientes. Elegir una ternera de buena calidad y un parmesano auténtico es esencial para lograr el sabor y la textura deseados. Con un equilibrio perfecto entre sencillez y sofisticación, el carpaccio de ternera sobre crujiente de parmesano se posiciona como una opción ideal para aquellos que desean explorar los placeres de la cocina gourmet sin complicaciones.
- Ingredientes
- • 150 g de carpaccio de ternera
• 150 g de queso parmesano
• 200 g de ensalada mézclum
• 50 g de tomates cherry
• 50 g de nueces
• aceite
• sal
• pimienta
Tiempo Total30 minutos
Preparación15 minutos
Cocción15 minutos
Coste € € €
Dificultad
Primer plato Tipo de plato
Pasos
-
1
Pon a calentar una sartén a fuego medio y ralla todo el queso. Cuando la sartén esté caliente, coge montoncitos de queso y colócalos en la sartén, dejando espacio entre ellos.
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2
Espera a que se derritan, aparta la sartén del fuego, muévela un poco para que se enfríe y retira los crujientes de queso con cuidado con una espátula. Reserva y deja que se enfríen.
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3
Coloca la ensalada mézclum en un plato grande y reparte por encima los tomates cherry cortados en cuartos y los crujientes de queso.
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4
Incorpora las lonchas de carpaccio y unos trocitos de nuez sobre el queso. Salpimienta al gusto, aliña con el aceite y sirve.
El truco de Pronto
Un truco esencial para realzar el sabor y la presentación del carpaccio de ternera sobre crujiente de parmesano es congelar ligeramente la ternera antes de cortarla.
Cuando la carne está ligeramente congelada, se endurece lo suficiente como para permitir un corte más preciso y fino. Esto es crucial en un carpaccio, donde la textura suave y casi transparente de la carne es parte de la experiencia gastronómica. Utiliza un cuchillo muy afilado o una máquina de cortar carne para obtener láminas perfectas.
La carne semi-congelada es más fácil de manejar y cortar. Esto te ayuda a evitar que la carne se desgarre o se deforme, manteniendo una presentación estéticamente agradable.
Al mantener la carne a una temperatura más baja hasta el momento de servir, se reduce el riesgo de proliferación de bacterias, lo cual es particularmente importante dado que el carpaccio se sirve crudo.
Para congelar la ternera adecuadamente, envuélvela en film transparente y colócala en el congelador durante aproximadamente 30-60 minutos antes de cortarla. No querrás que se congele completamente, solo que esté lo suficientemente firme como para facilitar el corte. Este simple truco puede marcar una gran diferencia en la textura y presentación de tu carpaccio de ternera.