Adara, con el premio, el maletín que contenía 100.000 euros.
Era la gran favorita y Adara Molinero acabó haciendo buenos los pronósticos. La madrileña, de 26 años, se proclamó ganadora de Gran Hermano VIP 7 al imponerse a Alba Carrillo, que quedó segunda, y a Mila Ximénez en la final de una edición que ha hecho historia al batir récords de audiencia. Después de una intensa noche, en la que incluso la nieve hizo acto de presencia, Jorge Javier desveló el nombre de la vencedora y Adara estalló en un grito de júbilo.
Finalizado el concurso, el futuro de la ganadora no se antoja fácil en absoluto, ya que, tras haberse enamorado de Gianmarco dentro del «reality», deberá mantener esa conversación que tiene pendiente con el padre de su hijo, quien ha asegurado que luchará por la custodia compartida del bebé. Aunque ha apostado por su historia de amor con el italiano, su relación tendrá que superar varios obstáculos.
A la hora de sentarse a hablar tanto Adara como Hugo deberán echar mano de la madurez y tener muy presente que lo más importante es el bien de su bebé. Si son capaces de ponerse de acuerdo, no hará falta que lleguen a enfrentarse en los tribunales.
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