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Ataques de pánico: cómo detectarlos y gestionarlos

Se calcula que entre un 15 y un 20% de personas que acude a un Centro de Atención Primaria consulta por este trastorno, que afecta entre un 1% y un 3% de la población y es dos veces más frecuente en mujeres

Los ataques de pánico pueden durar desde unos minutos a media hora.

Nereida Dominguez

Sección coordinada por la doctora María José Peiró, especialista en Medicina Familiar, con más de 10 años de experiencia tanto en el ámbito público como privado. Máster en nutrición y dietética.PAL- Luis Palomino

La ansiedad es una respuesta adaptativa del organismo ante una situación de supuesta amenaza o peligro. Todos hemos sufrido alguna vez miedo o ansiedad. Pero para un 1-3% de la población, al menos una vez en su vida, esta emoción se vuelve tan extrema que la persona siente que pierde el control e incluso que está sufriendo un ataque al corazón o va a morir.

Durante un ataque de pánico o crisis de ansiedad la persona puede sentir estos síntomas: sensación de ahogo, sequedad en la boca, palpitaciones, mareo, náuseas, ahogamiento, opresión en la garganta, temblores o sacudidas, sofocos, escalofríos, dolores de cabeza, opresión en el pecho o diarrea.

Los síntomas psíquicos suelen ser una sensación de muerte inminente, confusión, distorsiones en la percepción y sentirse desconectado de la realidad. Estos episodios que aparecen repentinamente pueden durar desde unos minutos a media hora.

¿Cómo saber si tienes un ataque de pánico?

La mayoría de personas que lo sufre por primera vez acude a urgencias donde se comprueba que los síntomas han sido originados por los pensamientos de miedo y la hiperventilación (que desequilibra los niveles de oxígeno y CO2 en el cuerpo) y no por una enfermedad orgánica.

Además del examen físico y de la evaluación psicológica de la persona, el médico puede pedir un análisis de sangre o realizar un electrocardiograma.

Diagnóstico diferencial

El ataque de pánico tiene algunos síntomas que coinciden con los de un ataque al corazón. Aunque es importante consultar y realizar las pruebas médicas oportunas, en el primero de los casos el dolor en el pecho suele estar localizado.

En cambio, por lo general, en un infarto el dolor suele irradiarse a otras partes del cuerpo como los brazos. Por otra parte, en una crisis de pánico la respiración y el movimiento alivian, algo que no ocurre en el ataque al corazón. A pesar del malestar que producen, los ataques de pánico no ponen en peligro la salud de la persona y ésta puede aprender a controlarlos.

¿Todas las personas que sufren ansiedad tienen ataques de pánico?

No. Se puede sufrir de ansiedad, que es la respuesta del cuerpo ante situaciones límite, con sentimientos de miedo y preocupación, pero sin padecer esas "crisis" que se dan en pocos segundos y desencadenan síntomas más severos.

¿Es frecuente que una persona tenga más de un ataque de pánico en su vida?

Un ataque de pánico puede repetirse. De hecho, los pacientes que lo han sufrido una vez, lo consideran una experiencia tan terrible que llevan a cabo conductas evitativas para no tener una nueva crisis y pueden llegar a aislarse o sufrir agorafobia.

¿Los ansiolíticos son siempre necesarios cuando se sufre un ataque de pánico?

Casi siempre. En muy pocos casos se controla el paciente sin tratamiento, al menos de forma aguda. Se suele indicar una benzodiazepina, como el diazepam.

Los factores que pueden desencadenar un ataque de pánico

Estrés

Ante una situación de miedo, el cuerpo realiza descargas de adrenalina para prepararse para atacar o huir. La adrenalina acelera la respiración, propicia la hiperventilación y desencadena los síntomas del ataque de pánico.

Cuidar la dieta. La falta de ácido alfa-linoleico, presente en el pescado azul, el aceite de linaza y las pipas de calabaza, se relaciona con una mayor propensión a crisis de ansiedad.

Consumo de sustancias

Algunas drogas como la cocaína, el cannabis y también el alcohol pueden producir un ataque de pánico.

Enfermedades

El trastorno de estrés postraumático, el trastorno obsesivo compulsivo, el hipotiroidismo y la depresión pueden favorecerlo.

Factores genéticos

Se desconocen todos los mecanismos por los cuales se produce un ataque de pánico y los síntomas que lo acompañan, pero parece que ciertas personas tienen una predisposición genética a sufrirlos.

No obstante, pueden aparecer sin que tener familiares que los hayan padecido. Se calcula que hay un 30% de predisposición genética y un 70% de causas ambientales.

Correr, un buen ansiolítico. Aunque conviene consultar, la práctica de ejercicio aeróbico reduce los niveles de ansiedad y disminuye la posibilidad de sufrir ataques de pánico.

Las mejores formas de abordar un ataque de pánico

Fármacos

Suele recomendarse el uso de benzodiacepinas para controlar la hiperventilación. Son muy eficaces para disminuir los síntomas. Es importante seguir las pautas de administración que determine el médico en el tratamiento.

En otras ocasiones se pueden dar inhibidores de la recaptación de serotonina o inhibidores de recaptación de la serotonina y la norepinefrina.

Prevenir las fobias

La persona asocia lugares y situaciones con el ataque de pánico y puede desarrollar fobias como miedo a salir a la calle, ir en metro, estar con gente, etc.

Esto puede ir mermando su libertad de acción. Tras sufrir un ataque de ansiedad esto se debe tener en cuenta y buscar asesoramiento para que no se cronifiquen estos miedos.

Psicoterapia

La terapia cognitivo conductual enseña a la persona diferentes formas de reaccionar ante el miedo y ante las situaciones estresantes de forma que los ataques de pánico lleguen a disminuir y a desaparecer.

Técnicas de respiración

Pueden ser útiles para controlar los síntomas.

Terapia breve estratégica

Da pautas para confrontar el miedo y gestionar los ataques de pánico de forma que éstos no paralicen a la persona.

Técnicas para afrontar un ataque de pánico

Hacer ejercicio, seguir una dieta equilibrada, no tomar café y dedicar 15 minutos al día a poner tus peores miedos por escrito son hábitos que ayudan.

Respiración cuadrada

La respiración es clave para controlar las crisis de ansiedad cuando ya se reconocen sus síntomas. Enfócate en su lado superior e inhala contando hasta 4.

Visualiza el lado derecho mientras sostienes la respiración cuatro segundos. En el lado inferior exhala cuatro segundos. En el izquierdo aguanta sin aire cuatro segundos y vuelve a inhalar durante el mismo tiempo. Haz tres vueltas al cuadrado respirando así.

Concéntrate en un objeto

El ataque de pánico puede hacerte perder el mundo de vista. Te aleja del presente y te sumerge en pensamientos catastrofistas sobre el futuro. Procura centrarte en lo que te rodea. Esfuérzate por prestar atención a un objeto, obsérvalo y descríbelo con detalle en voz alta. Tu mente se irá calmando.

Coge menos aire

Para reequilibrar los niveles de CO2 en el cuerpo respira lo más lentamente que puedas con los labios fruncidos, o bien con una de las narinas tapadas, mientras visualizas el vaivén de las olas. Así frenarás los efectos de la hiperventilación.

No evites

Procura confrontar el miedo y no dejes de hacer lo que genera ansiedad o de ir donde temes. Así impedirás que el miedo te domine.

No controles los síntomas

Cuanto más se intentan frenar los síntomas del ataque de pánico más se amplifican. Intenta dejar que te acompañen sin hacer nada.