Depresión: pautas para detectarla y tratarla
Según la última encuesta europea de salud del 2020, más de dos millones de españoles sufren esta enfermedad, siendo las mujeres de 55 a 64 años las más afectadas
España es el cuarto país de Europa con más casos de depresión, una enfermedad que, según la OMS, afecta a más de 300 millones de personas –4,3% de la población mundial– y cuya prevalencia en mujeres duplica a la de los hombres. Las personas que sufren este trastorno del estado de ánimo se sienten invadidas por sentimientos de tristeza, pensamientos negativos, abatimiento y pierden el interés por las actividades que antes le reportaban satisfacción.
Cómo diagnosticar la depresión
Distinguirla de la tristeza. No siempre es fácil diferenciar la depresión de esta emoción, que es normal que aparezca sobre todo en determinadas circunstancias como la pérdida de un ser querido, una ruptura sentimental o una enfermedad grave. Sin embargo, cuando este malestar se alarga y la persona está desbordada por estos sentimientos o la tristeza aparece sin razón conviene consultar con el médico.
Síntomas de depresión. El diagnóstico de la depresión se realiza cuando la persona padece durante más de 15 días cinco o más de estos síntomas:
A nivel mental. Tristeza sin sentido, decaimiento, indiferencia, apatía, irritabilidad, dificultad para decidir, para concentrarse, sensación de ser incapaz de afrontar los problemas, autoestima negativa, preocupación excesiva por las cosas o pensamientos pesimistas y de desesperanza, sentimientos de culpabilidad, vergüenza y pensamientos sobre la muerte.
A nivel corporal. Falta de energía, nerviosismo, inapetencia o exceso de apetito, somnolencia o insomnio y falta de interés por el sexo. Pueden presentarse también dolores de cabeza y molestias digestivas.
Además, la persona deprimida suele tener un menor rendimiento académico y laboral, dificultades para relacionarse y puede descuidar su aspecto personal y los quehaceres cotidianos. De hecho, la depresión constituye una de las primeras causas de discapacidad en todo el mundo.
Conoce los factores de riesgo para sufrir depresión
Esta enfermedad no siempre tiene un origen conocido. Puede haber una predisposición genética de la persona y estar causada por un desequilibrio hormonal como es el caso de la depresión posparto. También existen factores que pueden propiciar su aparición como una infancia traumática, haber sufrido abusos o una situación de aislamiento social. Padecer enfermedades graves, de larga duración o con dolor son otras causas que pueden desencadenar este trastorno mental. Circunstancias estresantes como vivir la pérdida de un ser querido, tener problemas laborales, económicos, etc.– también pueden provocar episodios depresivos.
Tratamientos antidepresivos cada vez más eficaces
Diagnosticar y tratar esta enfermedad de manera precoz resulta fundamental para evitar que los síntomas se cronifiquen. Según el caso y el grado de la depresión los tratamientos son:
Terapia psicológica. Un psicólogo cognitivoconductual ayuda a la persona deprimida a gestionar sus emociones y pensamientos negativos. Puede ser la única vía de tratamiento, pero, sobre todo en los casos de depresión mayor se suele combinar con medicación.
Antidepresivos. Estos tratamientos producen mejorías en un 70% de pacientes después de tomarlos entre seis y ocho semanas. En cada caso el psiquiatra determina qué tipo puede ser el más adecuado. Están los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (fluoxetina, paroxetina, sertralina, etc.) y los antidepresivos tricíclicos. Pero más recientemente ha aparecido un nuevo fármaco para tratar las depresiones, idóneo sobre todo para las que son resistentes a otros tratamientos. Se trata de la esketamina, un medicamento que se administra por vía intranasal y, además, presenta una respuesta más rápida que el resto de antidepresivos.
Terapia electroconvulsiva. Puede indicarse cuando los síntomas de la depresión no han remitido con otros tratamientos. Consiste en aplicar una corriente eléctrica en una zona del cerebro mediante unos electrodos para lograr un reequilibrio neuroquímico.
Estimulación magnética transcraneal. Se coloca en el cuero cabelludo un electroimán que estimula las células nerviosas en las áreas cerebrales que regulan el estado de ánimo para estimularlas. También se aplica cuando otros tratamientos no han sido eficaces.
Consejos para prevenir la depresión y cuidar el ánimo
Se calcula que una de cada cinco mujeres puede desarrollar un cuadro depresivo a lo largo de su vida, así como uno de cada diez hombres. El estilo de vida es clave para reducir su incidencia.
Haz ejercicio. Realizar actividad física –caminar, bailar, ir en bicicleta, correr, nadar, etc.– ayuda a elevar el ánimo gracias a las endorfinas –las hormonas del bienestar– que produce. Los estudios muestran que dedicar 45 minutos entre tres y cinco veces a la semana a la actividad física mejora notablemente la salud mental.
Cuida tu descanso. Dormir bien también es determinante para el estado de ánimo. Se aconsejan ocho horas diarias de sueño. Levantarte y acostarte cada día a la misma hora ayuda a lograrlo.
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Sigue una dieta equilibrada. El 90% de la serotonina –un neurotransmisor fundamental en el estado anímico– se produce en el intestino. Una de las dietas que han demostrado tener mayor efecto protector frente a la depresión es la mediterránea, gracias su riqueza en verduras, legumbres, cereales integrales, pescado azul, frutos secos y aceite de oliva.
Expresa lo que sientes. Cuando se está viviendo un momento difícil, encontrar a alguien con quién hablar de lo que nos preocupa o hace sentir mal ayuda a gestionar mejor las emociones. Puede ser un familiar, un amigo, un psicólogo o un grupo de apoyo. También puede ser de utilidad escribir sobre ello.
Aprende a relajarte. Tómate momentos de descanso para evitar los efectos del estrés, pide ayuda cuando las obligaciones te desbordan e incorpora ejercicios de relajación y respiración para rebajar la tensión física y mental.
Sé amable contigo. Procura no exigirte ni culpabilizarte y hacer cosas que te resulten agradables.
Verdades y mentiras sobre la depresión
Depresión y ansiedad no van de la mano: Verdadero - Falso
Aunque se trata de trastornos distintos, pueden presentarse a la vez. Una persona con depresión puede sentir ansiedad, entre otros síntomas. Por otra parte, un cuadro de ansiedad, que se manifiesta con dificultades para dormir y ataques de pánico, puede acabar en una depresión.
La soledad, un gran factor de riesgo: Verdadero
Un estudio publicado en la revista "Journal of Affective Disorders" determina que la probabilidad de que una persona que vive en soledad y se siente sola desarrolle una depresión es cinco veces mayor que una que no está en esta situación.
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La depresión sólo afecta la salud mental: Falso
Al contrario, este trastorno mental suele dificultar la recuperación de la persona ante distintas enfermedades físicas. Así, por ejemplo, si la persona que ha sufrido un ataque al corazón está deprimida, su pronóstico empeora.
Este trastorno merma la atención: Verdadero
Sí, la depresión puede disminuir la capacidad de concentración de la persona, que puede tener dificultades para escuchar, seguir una conversación, leer y realizar más de una tarea a la vez.
Los episodios depresivos tienen una causa: Verdadero - Falso
No siempre puede establecerse el origen de este trastorno mental ni relacionarse con circunstancias personales. Superarlo tampoco depende sólo de la voluntad de la persona.