Alopecia: los mejores trucos para frenar la caída del cabello y fortalecerlo
El 70% de hombres y el 30% de mujeres sufren este problema que va más allá de lo puramente estético. Para combatirlo, es conveniente saber qué lo causa y qué pautas se pueden seguir para prevenirlo
Todas las personas perdemos entre 70 y 100 cabellos por día, pero, cuando se supera esta cifra, hablamos ya de alopecia, un trastorno cuya incidencia va en aumento debido a la mala alimentación, al exceso de estrés y a otros cambios de hábitos que afectan a la salud capilar. Aunque es un problema principalmente masculino, cada vez más mujeres, sobre todo a partir de los 50 años, lo sufren. Para prevenir su aparición y frenar la caída del cabello, hay que saber sus causas y revisar nuestro estilo de vida.
¿Por qué se cae el pelo?
Alopecia androgenética. La sufren el 95% de los afectados y se debe a factores genéticos y hormonales. Sucede cuando el pelo es especialmente sensible a la acción de hormonas masculinas como la testosterona o los andrógenos, que también poseen las mujeres. Los cabellos se van debilitando progresivamente, volviéndose más cortos y finos, hasta que ya no son reemplazados por pelo nuevo. En el caso de los hombres, la caída se inicia en la coronilla y en las sienes, extendiéndose prácticamente a toda la cabeza, y, en la mujer, la calvicie, aunque no es tan evidente, suele afectar a la parte delantera. Este tipo de alopecia suele tener un fuerte factor genético, por lo que si los progenitores la han sufrido es más habitual que suceda.
Alopecia areata. Aunque mucho menos frecuente, cada vez más personas jóvenes sufren esta caída del cabello relacionada con el estrés y considerada una enfermedad autoinmune, en la que el propio cuerpo ataca al tejido sano por error. Aparece en forma de pequeñas placas redondas sin pelo y, en algunos casos, provoca la calvicie total. Si no es grave, suele desaparecer de forma espontánea.
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Otros tipos. Existen diferentes causas por las que se cae el pelo, como tras un parto, por haber sufrido anemia por deficiencia de hierro, fiebre o desnutrición, por abusar de secadores, peines metálicos, tintes o permanentes, a causa de tomar algunos medicamentos, por someterse a tratamientos agresivos como quimioterapia o, en el caso de la alopecia infecciosa, debida a hongos, virus o bacterias.
Así puedes prevenirla
Vigila tu dieta. Numerosos estudios han relacionado la debilidad y caída del cabello con la mala alimentación y el déficit de proteínas, ácidos grasos y minerales como el hierro, el zinc y el magnesio. En la siguiente página, te detallamos los mejores alimentos para fortalecer tu cabello y prevenir así la pérdida temprana y definitiva del mismo.
Nutre tu pelo. Las vitaminas del grupo B (están en garbanzos, guisantes, lentejas y soja) favorecen el crecimiento del cabello y lo fortalecen.
Di adiós a los nervios. El estrés y la ansiedad pueden ocasionar efluvio telógeno, una alteración del ciclo de crecimiento del pelo que produce una caída del cabello muy llamativa durante un determinado período de tiempo. Si la situación se corrige rápidamente, se tratará de una caída transitoria, así que procura realizar actividades relajantes, como meditación, yoga o taichí.
Protege tu cabello del frío y consigue que esté sano y suave
Controla tu exposición a los rayos solares. Recientemente se ha descubierto que el sol, tomado en exceso, también puede provocar alopecia, ya que el cabello absorbe la intensidad de los rayos ultravioleta y la transmite al bulbo piloso, produciendo la caída del cabello. Limita, por tanto, las horas que pasas bajo el sol y protege tu melena con espráis con factor solar alto y sombreros.
Extrema su cuidado. Es preferible dejar secar el pelo al aire libre y evitar el uso excesivo de tintes, secadores, planchas capilares y accesorios metálicos.
Acaba con los malos hábitos. Las dietas excesivamente drásticas, el tabaco y el abuso de alcohol, el café y otras bebidas estimulantes también pueden acentuar la alopecia, por lo que se impone seguir un estilo de vida saludable y alejado de los excesos.
Cuida tu melena. Las agresiones externas como los peinados demasiado tirantes, los cepillados agresivos y el uso excesivo del secador, plancha o de accesorios como gomas y horquillas pueden provocar la denominada alopecia de tracción. Asimismo, los agentes químicos de tintes y permanentes también debilitan el cuero cabelludo y suelen ocasionar la caída del pelo. Debes cuidar tu cabello con delicadeza, no peinarlo cuando esté húmedo, ya que es cuando es más frágil, y hacerlo siempre con cepillos de madera y cerdas naturales, secarlo con toalla o al aire libre y mantener una buena higiene capilar. Es necesario lavar el pelo con frecuencia y utilizar productos adecuados, sobre todo si se tiene el pelo graso, ya que el sebo puede afectar al folículo piloso y debilitarlo.
Los mejores tratamientos para ponerle solución
Si crees que tienes un problema grave con tu cabello, debes consultar con un dermatólogo o especialista en salud capilar.
Si la pérdida del cabello no es grave, el pelo en unos meses vuelve a crecer sin necesidad de tratamiento. Pero, en muchos casos, será necesario acudir a un dermatólogo o a un especialista en alopecia (tricólogo) quien, tras analizar la causa que la provoca, propondrá el tratamiento más adecuado.
1. Champús y nutricosméticos. En casos menos graves, se puede prevenir la caída con productos capilares que contengan tensoactivos que el cuero cabelludo necesita. También existen cápsulas o grageas que, junto con una dieta equilibrada, ayudan a reforzar la estructura del cabello y contienen nutrientes como los minerales y vitaminas A, B C y E.
2. Fármacos. Los más conocidos son el Finasteride (un antiandrogénico que bloquea el efecto de las hormonas masculinas, pero que está contraindicado para mujeres) y el Minoxidil (apto para ambos sexos, es de uso tópico y se aplica directamente sobre el cuero cabelludo). Los dos frenan la caída y, en algunos casos, contribuyen a la aparición de pelo nuevo.
3. Mesoterapia. Es una técnica rápida, cómoda y sencilla de aplicar, mediante la que se van liberando de forma progresiva una serie de micronutrientes (aminoácidos, vitaminas, minerales, etc) y factores de crecimiento sintéticos. Este tratamiento puede regenerar cabellos nuevos y mejorar el grosor y calidad del pelo.
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4. Láser capilar. Su objetivo es reparar y reactivar los folículos pilosos estimulando el crecimiento del pelo y deteniendo la caída. Es un método indoloro y que no tiene efectos secundarios.
5. Trasplante capilar. En casos de alopecia avanzada o irreversible, se puede realizar esta intervención, que consiste en repoblar la zona alopécica con pelos de otra parte, como la nuca o los laterales. Suele dar resultados satisfactorios y su efecto es permanente.
Qué debes comer para cuidar tu pelo
1. Frutas y verduras. Gran fuente de antioxidantes, fortalecen el cabello y estimulan su crecimiento, sobre todo las que tienen vitamina C (naranja, limón, kiwi, espinacas o brócoli) y las verduras de hoja verde como acelgas, rúcula o coles, ricas en hierro.
2. Legumbres. Poseen un alto contenido en hierro, zinc y biotina, esenciales para proteger el pelo. La biotina, además, se encarga de fortalecer el folículo piloso y el tallo, y por tanto, repara el cabello dañado.
3. Frutos secos. Su riqueza en zinc, selenio, vitamina B y E y magnesio es clave para restablecer el cabello perdido, como demostró un estudio publicado en la revista "Tropical Life Sciences Research".
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4. Proteínas. Las carnes y pescados son muy ricos en zinc (imprescindible para el crecimiento del pelo) y azufre, que ayudan a fortalecerlo. Los huevos contienen luteína y zeaxantina, importantes para mantener la salud de las células de nuestro cabello.
5. Cereales integrales. Con alto contenido en hierro, magnesio, vitamina B5 e inositol, un compuesto que estimula el crecimiento del cabello y evita su caída.