Piel atópica: extrema los cuidados en los meses de frío
En invierno, la dermatitis atópica se agrava por las bajas temperaturas y la sequedad de las calefacciones, que favorecen la deshidratación de la piel e incrementan síntomas como el picor. Utilizar productos específicos e hidratar en profundidad son claves para reducir las molestias
El prurito y las lesiones cutáneas son la parte visible de esta enfermedad inflamatoria crónica de la piel. Pero tiene, además, un fuerte impacto psicológico y social, ya que en sus formas moderadas y graves, el picor persistente puede dificultar tareas tan sencillas como lavar los platos o vestirse, impedir el descanso nocturno y afectar a la autoestima –las lesiones cutáneas visibles en la cara o las manos pueden obstaculizar las relaciones sociales–. La llegada del frío y la baja humedad, por efecto de las calefacciones, resecan la piel y favorecen la aparición de brotes de dermatitis atópica (DA) o que síntomas como el picor se agraven.
A quién afecta y por qué
La dermatitis atópica se relaciona normalmente con una afección de la piel en la infancia. Es cierto que se trata de una de las primeras causas de consulta en dermatología infantil (afecta a un 20% de los niños) y que suele desaparecer después de la pubertad, pero no en todos los casos es así. Aproximadamente el 25% de los niños con dermatitis atópica continúan sufriendo la enfermedad en la edad adulta, según datos de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), y también puede ser que aparezca a esa edad. El hecho es que afecta a entre un 3 y un 10% de los adultos. La llegada del invierno tiene un efecto negativo, ya que factores como el frío, el uso de la calefacción o la baja humedad empeoran esta patología y aumentan el riesgo de brotes.
Factores genéticos. Si uno de los padres tiene o ha tenido dermatitis atópica, el riesgo de padecerla aumenta en un 30%. Si ambos padres la han presentado, el riesgo se eleva a más del 70%.
Otras causas. La toma de antibióticos de amplio espectro, una flora intestinal pobre, la contaminación del aire, la obesidad y la falta de ejercicio se ha comprobado que también influyen en la aparición de este trastorno cutáneo.
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Cómo proteger la dermis en invierno
La dermatitis atópica no tiene cura, pero es posible aliviar los síntomas y controlar los brotes, tanto en número como en intensidad. Los cuidados destinados a fortalecer la barrera cutánea logran disminuir la frecuencia de los brotes, y son especialmente importantes en invierno, cuando las bajas temperaturas resecan más la piel y aumentan su irritabilidad.
Utiliza productos específicos. Para tratar y prevenir los brotes, se recomiendan los productos específicos para pieles atópicas –sin detergentes ni jabones alcalinos–, que protegen el manto lipídico de la piel y proporcionan sensación calmante. Hay una regla fácil de seguir para escoger uno u otro tratamiento, según los expertos, y es que cuantos menos componentes tenga el producto, mejor.
Más hidratación. Las bajas temperaturas reducen la producción de grasa protectora de la piel, lo que acentúa la deshidratación propia de estas pieles e incrementa la probabilidad de eccemas. Para restaurar la barrera cutánea y prevenir nuevos brotes, los emolientes o cremas hidratantes son imprescindibles. Deben usarse sobre la piel seca sana tras el baño o ducha. Si la hidratación no es suficiente para aliviar los síntomas, se pueden aconsejar fármacos como los corticoides tópicos, que ayudan a controlar, por ejemplo, la inflamación o el dolor. Si hay eccema, se recomienda aplicar una crema específica contra la picazón en la zona afectada.
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Evita rascarte. Aunque creas que sí, no te aliviará y es un gesto que empeora las pieles atópicas, sobre todo en invierno que están aún más secas. Además, puede favorecer las heridas o los eccemas y convertirlos en puertas de entrada a infecciones por virus o bacterias.
Humidifica el ambiente. Normalmente en los meses de invierno suele llover más y la humedad relativa del aire es mayor, pero precisamente por esa razón pasamos más tiempo en el interior de las casas, con la calefacción puesta, que reseca mucho el ambiente. Tener un humidificador en casa asegurará la hidratación ambiental, lo que ayudará a prevenir problemas de sequedad de la piel.
4 hábitos beneficiosos en tu día a día
1. Higiene. La ducha diaria debe ser breve y con agua no muy caliente para no empeorar el picor. Al secar la piel con la toalla, hazlo con suavidad, dando toquecitos.
2. Ropa. Se recomienda usar prendas de algodón y evitar los tejidos de lana y las fibras sintéticas (también en la ropa de cama), no llevar ropa ajustada y escoger prendas transpirables. Es recomendable lavar la ropa antes de utilizarla por primera vez, para eliminar el formaldehído (es irritante) que se usa en el mantenimiento de los tejidos, así como retirar las etiquetas de las prendas de vestir, ya que provocan fricción sobre la piel.
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3. Actividad física. El deporte contribuye a aliviar los síntomas, pero el sudor agrava el problema. Para reducir molestias, usa siempre prendas transpirables y toma una ducha nada más terminar. En el caso de la natación, en que el cloro de las piscinas puede empeorar los síntomas, existen cremas barrera, que protegen la piel de la acción irritante de éste.
4. Tomar el sol. Puede disminuir la severidad de los síntomas en algunos pacientes con dermatitis atópica, pero debe tomarse con moderación y usar siempre protección solar.
Verdadero o Falso
Debes tratar la piel sólo en los brotes
Falso. La piel debe mantenerse siempre muy hidratada y necesita cuidados a diario con el objetivo de fortalecerla y disminuir la frecuencia de los brotes y síntomas como el picor y la irritación. Además, los productos hidratantes deben aplicarse en todo el cuerpo, ya que los brotes pueden aparecer en zonas distintas, pero en la cantidad justa. El motivo es que si la capa de producto sobre la piel es muy gruesa obstruye y favorece el riesgo de sobreinfección.
La higiene excesiva perjudica
Verdadero. Es necesario mantener una estricta higiene e hidratación, pero deben evitarse las duchas demasiado largas o con agua muy caliente. También se debe evitar un uso excesivo de jab n y el que se utilice, se aconseja que sea específico para pieles at picas (no contienen perfumes ni parabenos), de lo contrario la piel se puede irritar y secar más.
Ventilar los espacios ayuda
Verdadero y falso. Es beneficioso para que el ambiente no se reseque y lograr mayor humedad (deber a ser como mínimo del 30%), pero por otro lado, te obliga a abrigarte más y si luego sudas eso resulta perjudicial.
Las comidas picantes no te convienen
Verdadero. Las comidas copiosas y/o picantes pueden incrementar la sensación de picor. Como norma general, sigue una dieta sana y equilibrada, y evita las comidas preparadas, los ultraprocesados y las bebidas azucaradas.