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Hemorroides: cómo prevenirlas y aliviar las molestias

Tres de cada cuatro adultos sufrirán este trastorno en algún momento de su vida

Conoce aquí las claves para evitar las hemorroides.

Nereida Dominguez

Sección coordinada por la doctora María José Peiró, especialista en Medicina Familiar, con más de 10 años de experiencia tanto en el ámbito público como privado. Máster en nutrición y dietética.PAL- Luis Palomino

Todos tenemos alrededor del ano y en la zona interior del recto unas venas así como un conjunto de músculos y tejidos que se ocupan de mantener la capacidad de controlar la defecación.

Por distintas causas, estas venas situadas al final del recto llamadas hemorroides se dilatan y se hinchan saliendo más al exterior y causan una afección que se suele acompañar de molestias como picor, dolor, sensación de presión, bultos sensibles al tacto e incluso sangrado.

Existen las hemorroides internas que se encuentran dentro del recto y las externas que aparecen alrededor de éste. Se calcula que tres de cada cuatro adultos sufrirán esta patología, que puede presentarse en distintos grados y cuya incidencia aumenta con la edad. También existen distintos factores de riesgo que la propician.

Las causas más frecuentes de las hemorroides

Estreñimiento

Obliga a hacer un esfuerzo continuado y repetido durante la evacuación, que aumenta la presión en la zona del recto y favorece que las hemorroides se dilaten.

Obesidad

El sobrepeso suele ocasionar un mayor estrujamiento y dilatación de las venas de la zona anal.

Embarazo y parto

La fuerza que ha de ejercer la embarazada durante la fase expulsiva del bebé, así como la presión sobre el ano causada por el peso del feto durante toda la gestación hacen que esta patología sea más frecuente en esta etapa de la vida de la mujer. De hecho, la desarrolla un 35% de embarazadas.

El embarazo y el parto propician la aparición de hemorroides. Evitar el estreñimiento con una dieta rica en fibra ayudará a prevenirlas.

Estar mucho rato sentado

Este hábito sedentario también incrementa el riesgo de hemorroides.

Diarrea crónica

Este síntoma, habitual en personas que sufren enfermedades inflamatorias del intestino como la colitis ulcerosa, el síndrome del colon irritable o la enfermedad de Crohn y obliga a ir al baño más, incrementa el riesgo de dilatación de las venas anales.

Levantar peso

Las personas cuya profesión obliga a llevar cargas pesadas o que realizan culturismo también tienen un mayor riesgo de hemorroides porque se incrementa la tensión en la zona anal.

Cómo actuar si aparece las hemorroides

Consulta

Es la primera medida a tomar cuando se presenta un sangrado en la zona anal. Aunque es uno de los principales signos de hemorroides, se ha de descartar que no se trate de otra enfermedad (como un cáncer de colon) que puede producir una sintomatología parecida.

Además, así el especialista, el proctólogo, recomendará el tratamiento más adecuado en cada caso y evaluará el grado de las hemorroides mediante una inspección ocular y, probablemente, un tacto rectal. En algunos casos puede utilizar un anoscopio para observar el interior del ano y requerir una colonoscopia.

Pomada

Es uno de los tratamientos más habituales, ya que al aplicarse localmente suele reducir la hinchazón y aliviar molestias como el picor y el dolor.

Bandas elásticas

Se colocan una especie de gomas alrededor de la base de la hemorroide para que ésta se quede sin circulación y se debilite hasta que se caiga al cabo de unos días. Es uno de los tratamientos más utilizados.

Escleroterapia

Se inyecta un líquido en las venas afectadas que las destruye y hace que se caigan.

Láser o infrarrojos

Se utilizan estas técnicas para coagular, quemar y secar el tejido de las pequeñas hemorroides.

Trombectomía

Bajo anestesia local se elimina el coágulo que puede formarse en las hemorroides con una incisión.

Extirpación quirúrgica

Utilizando anestesia general o local se extrae el exceso de tejido que causa el sangrado.

Baños de asiento

Mientras se espera la visita con el médico pueden aliviar las molestias. Se realizan con agua tibia durante 10 minutos varias veces al día. Se puede añadir a ésta una infusión de manzanilla o caléndula, plantas que mejoran la circulación.

También se puede aplicar en la zona hielo envuelto con un paño (o una bolsa de guisantes congelados) para bajar la inflamación y reducir la dilatación venosa de la zona. Conviene no realizar esfuerzos al defecar y mantener una higiene estricta lavándonos con agua o mediante unas toallitas especialmente indicadas para las hemorroides.

Asimismo, para reducir al máximo las molestias, conviene utilizar ropa interior de algodón y sin costuras que puedan rozar la zona.