Niños y adolescentes: la falta de ejercicio pone en riesgo su salud futura
El sedentarismo se ha agravado en la población infantil de todo el mundo y es la causa de muchas enfermedades en la edad adulta
Realizar deporte durante la infancia favorece el desarrollo muscular y óseo y previene el sobrepeso y la obesidad.
La Organización Mundial de la Salud asegura que el 80% de adolescentes en edad escolar de todo el mundo no alcanza a realizar una hora de actividad física al día, el mínimo recomendado para mantener la salud. De hecho, también coinciden en que las niñas son las más inactivas, y en el caso de España, el 70% la población infantil y adolescente tampoco sigue los consejos de la OMS en cuanto a ejercicio.
Desafortunadamente, de lunes a viernes, los más jóvenes pasan una media de casi 200 minutos al día ante una pantalla. También las chicas españolas son las que menos se mueven. ¿Qué riesgos conlleva esta inactividad física para la salud futura de los menores?
Puede tener riesgos físicos de la inactividad
Más riesgo de patologías vasculares. Un estudio de la Universidad de Finlandia ha comprobado que el tiempo de sedentarismo acumulado en la infancia y en la adolescencia aumenta la posibilidad de sufrir accidentes cerebrovasculares en la edad adulta.
En esta investigación se contabilizó el ejercicio que hacían a lo largo de una semana 766 niños a los 11 años, a los 15 y a los 24 años. También se midió la masa de la pared del ventrículo izquierdo de su corazón. Tras comparar estos datos, los niños más inactivos registraban una hipertrofia cardíaca, que incrementaba su riesgo de infarto, ictus, insuficiencia cardíaca o muerte súbita.
Por si fuera poco, los niños sedentarios también registran un mayor riesgo de hipercolesterolemia e hipertensión cuando crecen, según un estudio de "The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism". Son dos factores que incrementan las posibilidades de un accidente cardiovascular.
Impacto en la salud a largo plazo
Sobrepeso y obesidad. Cuando un niño no se mueve no desarrolla suficiente masa muscular, su porcentaje de grasa corporal es superior a lo deseado y con ello disminuye la capacidad de su organismo para controlar el peso tanto en la infancia como en la edad adulta. De hecho, los niños obesos registran cinco veces más riesgo de mantener la obesidad en la edad adulta que aquellos que no lo son.
Diabetes tipo 2. La falta de ejercicio cuando se es niño predispone a sufrir esta enfermedad en el futuro, mientras que la práctica de actividad física previene la aparición de la diabetes tipo 2 en la edad adulta.
Aspectos óseos y hábitos
Problemas óseos. Durante la infancia y la adolescencia es cuando más se desarrolla la densidad mineral de los huesos. Pero para ello es necesario que el niño realice actividades físicas que impliquen levantar cosas, estirarlas e impactos como cuando salta, corre o baila. De lo contrario, el riesgo de osteoporosis se incrementa en los años venideros.
Peores hábitos. Los estudios muestran que los hábitos establecidos en la infancia y en la adolescencia suelen mantenerse a lo largo de la vida. De ahí la gravedad del sedentarismo infantil, que aumenta en la edad adulta, así como los peligros que supone para la salud.
Impactos psicológicos y sociales
Menos autoestima. Los niños que realizan actividad física de manera regular suelen tener un mejor concepto de sí mismos, ya que a través del deporte aprenden a decidir, a gestionar la dificultad y también el valor del esfuerzo.
Menos capacidad para cooperar. El deporte enseña a interiorizar normas y a relacionarse con los compañeros cooperando juntos para alcanzar un objetivo.
Conductas adictivas. Se ha visto que el sedentarismo en la infancia aumenta las posibilidades de que los pequeños se enganchen a las pantallas y a las redes sociales, lo que empeora la salud mental de los adolescentes.
Menor rendimiento académico. Se ha comprobado que los adolescentes que compaginan los estudios con una actividad deportiva obtienen calificaciones superiores que aquellos que no lo hacen, entre otros motivos porque organizan mejor su tiempo de estudio que los sedentarios. Además, tras 20 minutos de ejercicio cardiovascular el cerebro se carga de BDNF, una proteína que facilita la asimilación de los aprendizajes.
Cómo lograr que amen el deporte
Niñas haciendo atletismo
Estas estrategias ayudan a lograr este objetivo y con ello que ganen salud física y mental hoy y el día de mañana.
Déjalos mover libremente. En lugar de pedir a los niños que se estén quietos, conviene animarlos a que exploren las posibilidades que tiene su cuerpo sin cortapisas.
Haz que vean el deporte como una diversión. Sobre todo antes de los 6 años de edad, el ejercicio se les ha de introducir como un juego (bailar, perseguirse, hacer posturas, etc.), no se les ha de imponer, ni servir para castigarlos o exigirles, sino como una forma de compartir con ellos momentos de diversión y risas.
Propicia las pausas activas. Los expertos señalan la necesidad de introducirlas en las escuelas para compensar las horas en las que los niños pasan sentados. También es aconsejable interrumpir los deberes o las horas de estudio con unas sentadillas, una guerra de almohadas o unas carreras. Mejorará su concentración.
Sé creativo. No busques una forma fácil y cómoda para entretenerlos como puede ser darles el móvil, la tableta o ver una película. Encuentra alternativas de ocio que impliquen movimiento como jugar al escondite, hacer canastas, organizar una excursión a la montaña, un paseo en bicicleta, etc.
Muévete tú también. Los adultos han de predicar con el ejemplo. Los padres que son deportistas tienen hijos que aman la actividad física. Siempre que sea posible, es importante que nos desplacemos con ellos a pie, cojamos las escaleras en lugar del ascensor y optemos por una forma de ocio que no sea sedentario.
Escoge bien las actividades extraescolares. Queremos que sean buenos estudiantes y los apuntamos a otras asignaturas en su tiempo libre. Olvidamos que su cerebro también necesita descansar. Procura que en el horario extraescolar esté presente el deporte y deja que prueben más de una actividad física hasta que encuentren la que más les satisfaga.