¿Qué es el síndrome del ojo seco? Las mejores formas de combatirlo
Entre los 10 y los 40 años la producción de lágrimas se reduce en un 50%. Esto origina un conjunto de síntomas que afectan al 30% de la población mayor de 50 años. Además de la edad, otros factores influyen en este trastorno que afecta más a las mujeres
En nuestro país hay cinco millones de personas que sufren ojo seco. Este síndrome se caracteriza por la escasez de la cantidad de lágrimas y/o el deterioro de la calidad de éstas. Esta falta de lubricación ocular suele ser bilateral (es decir que afecta a los dos ojos) y es más común en las mujeres que en los hombres, especialmente en la menopausia, cuando los cambios hormonales multiplican el riesgo. Los síntomas incluyen molestias como escozor, quemazón, ardor, sensación de sequedad y de arenilla e incluso visión borrosa y lesiones en la córnea o en la conjuntiva.
¿Por qué se produce?
Parpadeamos una media de 20.000 veces al día. Lo ideal es mantener una frecuencia de parpadeo de al menos 12-15 veces por minuto, pero en determinadas situaciones ésta se reduce a la mitad, lo que favorece la aparición del ojo seco.
Menopausia. Los cambios hormonales de esta etapa son uno de los factores de más riesgo para la aparición de este síndrome o para que éste se agrave. De hecho, es una de las patologías más comunes entre mujeres mayores de 50 años.
Disfunción de las glándulas de Meibomio. Provoca la falta o alteración de la composición de la lágrima y es una de las principales causas de blefaritis (la inflamación de los párpados, que es donde se encuentran estas glándulas). Ambas afecciones pueden ser la causa muchas veces del ojo seco.
Enfermedades autoinmunes. El síndrome de Sjögren, un trastorno que destruye las glándulas que producen las lágrimas y la saliva, es otro de los causantes.
Factores externos. El uso continuado de lentillas también favorece la sequedad ocular, además de otros problemas.
• Ciertos cosméticos y cremas limpiadoras faciales pueden provocar irritación y alterar la composición de la lágrima.
• Pasar demasiadas horas delante de la pantalla del ordenador o del móvil. Al fijar la vista, se disminuye de forma involuntaria la frecuencia del parpadeo.
• El sol, el viento, el cloro y el aire acondicionado son factores ambientales que aumentan el síndrome del ojo seco.
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Fármacos. Los antidepresivos, los antihistamínicos, los medicamentos para controlar la tensión, los tratamientos para el glaucoma, la quimioterapia y la radioterapia también pueden causarlo.
Puede provocar ojo lloroso. El ojo percibe que está seco y produce lágrima, pero como ésta no es suficiente para aliviar el síndrome produce más hasta que el ojo llora.
Posibles tratamientos
El ojo seco es una enfermedad crónica y el tratamiento va dirigido a aliviar las molestias y curar las posibles lesiones oculares que pueda ocasionar la sequedad.
Lágrimas artificiales. Se emplean para sustituir la lágrima natural y aumentar la lubricación del ojo, lo que evita también la irritación. Ante la exposición al cloro de las piscinas, a la contaminación, al sol, al viento o tras horas al volante o delante de pantallas es recomendable aumentar su uso.
Colirios antiinflamatorios. La sequedad del ojo puede acabar en inflamación. En estos casos será necesaria su aplicación siempre bajo la supervisión de un oftalmólogo, por sus efectos secundarios, como el aumento de la presión intraocular, factor de riesgo para desarrollar glaucoma, o incluso la pérdida de la visión.
Bloqueo de los conductos lagrimales. Si con los tratamientos anteriores no se logra alivio, el oftalmólogo puede valorar insertar un minúsculo "tapón" para enlentecer el drenaje de las lágrimas y conservar la hidratación ocular.
¿Se puede prevenir?
En muchos casos no, ya que su incidencia se asocia a la edad y en algunas personas a lesiones previas, pero hay factores de riesgo que sí pueden evitarse:
Mantener la humedad. En entornos secos es recomendable la instalación de un humidificador, así como en lugares muy ventosos o soleados conviene utilizar gafas con filtros solares adecuados que eviten la rápida evaporación de las lágrimas y tapen bien el ojo (cristales grandes y patillas anchas para proteger la entrada lateral de luz).
Descansos regulares. Si no se puede reducir el uso del ordenador o del móvil es importante recordar parpadear de forma consciente y descansar cinco minutos por cada hora para no acabar sufriendo el llamado "síndrome visual informático". Éste se desarrolla al fijar la vista durante mucho rato, ya que ante las pantallas la frecuencia de parpadeo se reduce a menos de la mitad.
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5 formas de asegurar la lubricación del ojo
Para estimular y aumentar en lo posible la secreción lagrimal y aliviar, aunque sea temporalmente, el malestar que provoca la sequedad ocular, te ayudará seguir estas recomendaciones en tu día a día.
1. Alimentación. Los ácidos grasos Omega-3 ayudan a mejorar la calidad de la lágrima. Además, tienen un efecto antiinflamatorio que puede ser muy beneficioso si el ojo seco va acompañado de inflamación de los párpados. Por otro lado, vitaminas y minerales como las que aportan los vegetales frescos o el aceite de oliva también previenen el envejecimiento de la retina y las enfermedades oculares degenerativas.
2. Calor local. Aplícalo sobre los párpados con compresas húmedas durante cinco minutos y realiza un suave masaje. De esta forma, ayudas a mantener el ojo hidratado al reducir la evaporación de la lágrima.
3. Higiene ocular. El exceso de bacterias y de grasa en la zona de los párpados puede empeorar la calidad de la lágrima. Limpia el borde de los párpados con una solución aplicada en la raíz de las pestañas o con toallitas específicas.
4. Ejercicios. Si fijas la vista o parpadeas poco, prueba a realizar estos ejercicios oculares. Cierra los ojos unos segundos. Mira hacia arriba hasta el centro de la frente, luego hacia abajo fijando la vista en la punta de la nariz. Repite lentamente cuatro veces. Finalmente, dirige tu mirada hacia la izquierda, y a continuación, hacia la derecha.
5. Si usas lentillas... Éstas pueden favorecer el ojo seco, ya que necesitan estar húmedas y si es necesario obtienen esta humedad del agua de la película lagrimal. Unas lentillas rígidas o de hidrogel de silicona necesitan menor porcentaje de agua y pueden ser una solución a las molestias. Pide consejo a tu oftalmólogo.
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Qué va bien y qué no en caso de ojos secos
El ojo seco tiene multitud de causas, y existen también muchos factores que empeoran las molestias. Conoce lo que te puede ayudar y lo que no a mejorar los síntomas.
Aire acondicionado y calefacción muy fuertes
Estas situaciones provocan la sequedad del ambiente y favorecen la aparición de este trastorno. Eso reduce la capa de lágrima que protege el ojo y da lugar a molestias como escozor, sensación de arenilla, etc.
Deja que tus ojos también se tomen un descanso
Al llegar a casa, sobre todo si trabajas delante de una pantalla, evita el móvil y el ordenador y da un descanso a tus ojos. Ciérralos y realiza un suave masaje con movimientos circulares. Hazlo con las puntas de los dedos situadas a más o menos un centímetro de la ceja.
Frotarse la zona para notar alivio
Debes evitar frotarte los ojos, una reacción habitual al picor, frente al cansancio ocular o a la sensación de arenilla que acompaña al ojo seco. Al hacerlo se estimula la secreción lagrimal y se produce un alivio temporal. Pero ese gesto repetido puede debilitar la córnea y abre la puerta a posibles infecciones oculares.
Revisiones periódicas
Además de las visitas al oftalmólogo para realizar los tratamientos oportunos, se aconseja realizar revisiones aproximadamente cada 3-6 meses. Es una manera de hacer un seguimiento para prevenir afecciones más graves derivadas.