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Desgaste y sensibilidad dental: ¿podría ser bruxismo?

Esta afección, que a menudo pasa desapercibida, puede tener consecuencias si no se detecta a tiempo

Nereida Domínguez

Según la Sociedad Española de Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial, el bruxismo afecta a un 20% de la población. Este trastorno se caracteriza por contraer la musculatura de la mandíbula y hacer rechinar los dientes de forma involuntaria, ya sea por la noche (bruxismo del sueño) o durante día (bruxismo despierto).

Hay dos tipos de bruxismo, el excéntrico, en el que la persona frota los dientes superiores contra los inferiores moviendo la boca de arriba abajo y de un lado a otro; y el céntrico, cuando la persona cierra con fuerza la boca apretando los dientes.

Este hábito involuntario daña los dientes y tiene consecuencias sobre la musculatura mandibular, que se tensiona e hipertrofia, sobre la articulación de la mandíbula y puede causar dolores de cabeza y de oído, entre otros.

Factores de riesgo del bruxismo

Estrés. Suele ser el origen más común de este trastorno, ya que este apretar y rechinar de dientes es una de las formas de manifestar la tensión. Por ello, este trastorno suele ser más frecuente en personas inquietas, ansiosas o diagnosticadas de TDAH.

Trastornos del sueño. Esta tensión mandibular se asocia con más probabilidades de roncar y de sufrir apnea del sueño.

Una mala alineación dental. Cuando la mandíbula no encaja correctamente se tiende más a apretarla.

Tomar fármacos. Algunos tratamientos, como los antidepresivos, aumentan el riesgo de bruxismo.

Enfermedades. Puede estar asociado a patologías como el Párkinson o los trastornos de espectro autista.

Cómo actuar ante el bruxismo

Signos de alarma. Una de las principales consecuencias del bruxismo –y síntoma de éste– es la sensibilidad dental. Debido a la presión y al roce constante de los dientes entre ellos, se produce un desgaste del esmalte. Esto genera molestias y dolores cuando tomamos algo dulce, frío o caliente, lo que debe ponernos en alerta y llevarnos a consultar al dentista, ya que el bruxismo puede pasar desapercibido.

Otro signo de alarma es que los dientes aparezcan limados y con huecos. El bruxismo también produce una hipermineralización que hace que la dentadura pierda blancura y las encías puedan retraerse. El dolor en la mandíbula, los chasquidos al abrir o cerrar la boca e incluso las dificultades para abrirla por completo son otros síntomas de este trastorno, así como una hipertrofia de los músculos de la mandíbula, muescas sobre la lengua y una línea en el interior de los carrillos.

Uno de cada diez niños de entre 4 y 13 años rechinan los dientes durante el sueño. El dentista valorará en cada caso si requiere tratamiento.

Pruebas diagnósticas. Estos signos ayudarán al dentista a diagnosticar. Además de la exploración clínica, va bien tener una radiografía de la mandíbula y un electromiograma que mida la actividad de los músculos masticatorios. Pueden acompañarse de una polisomnografía que registra la actividad muscular durante el sueño.

Tratamientos. Se suele recomendar el uso de una férula de descarga creada a medida de la dentadura de la persona para proteger los dientes y relajar la musculatura. Ésta se coloca para dormir, aunque, a veces, puede necesitarse también durante el día.

En otros casos se requiere una ortodoncia para mejorar la oclusión de la boca y, en los más graves o que no han respondido a otras medidas, se puede pensar en la cirugía. Puede realizarse con técnicas poco invasivas y se suele aplicar cuando la articulación mandibular está severamente dañada.

La intervención de un fisioterapeuta puede ser de ayuda para relajar los músculos de la mandíbula mediante técnicas y ejercicios.

Recientemente, una de las técnicas que se está utilizando con éxito para tratar el bruxismo y frenar sus consecuencias son las inyecciones de bótox. La toxina botulínica se inocula en la mandíbula para atrofiar y relajar la musculatura de esta zona. Con ella las molestias desaparecen a las pocas semanas de su aplicación y sus efectos se mantienen entre seis y doce meses.

Qué puedes hacer contra el rechinar de dientes

Los siguientes consejos te ayudarán a prevenir las consecuencias de este trastorno.

Acude al dentista al menos una vez al año

Es la primera medida para diagnosticar y tratar el bruxismo de forma precoz, que puede pasar desapercibido. Así se evitarán sus consecuencias como la sensibilidad, el desgaste dental y los dolores de cabeza, entre otras. A estas revisiones anuales al dentista o al odontopediatra deben someterse también los niños desde que aparecen los primeros dientes.

Aplica frío en la mandíbula

Envuelve hielo en un trapo y colócalo en la zona unos diez minutos. El frío desinflama y calma el dolor muscular que puede desencadenar el bruxismo.

Evita sobrecargar la mandíbula

Para ello no es recomendable mascar chicle y puede ayudar reducir los alimentos que implican mucha masticación. También será útil realizar ejercicios como abrir y cerrar la boca o bien desplazar la mandíbula hacia la derecha y hacia la izquierda.

Practica la relajación

Para reducir el estrés, una de las causas subyacentes del bruxismo, incluye en tu rutina técnicas de relajación. Puedes, por ejemplo, estirarte en el suelo con los brazos y las piernas relajadas, cerrar los ojos y centrarte en la entrada y en la salida del aire por la nariz unos minutos.

Automasajea los músculos maseteros

Con la ayuda de los dedos y un poco de crema, moviliza y masajea estos músculos de la zona mandibular. Mejorarás la circulación sanguínea y aliviarás la tensión. Ejerce una ligera presión sobre los puntos más dolorosos y realiza con los pulgares unos pases desde la barbilla hasta detrás de las orejas.

Reduce el consumo de bebidas excitantes

Al aumentar el nerviosismo, es aconsejable limitar aquellas bebidas que contienen cafeína, como el té, el café y ciertos refrescos. Sustitúyelos por agua, infusiones o zumos.

¿Verdadero o falso?

Descubre un poco más sobre este trastorno que afecta cada vez a un mayor número de personas y puede llegar a convertirse en una enfermedad crónica

EL BRUXISMO DAÑA LAS CERVICALES. Verdadero. Los dientes se aprietan incluso durante nueve minutos seguidos y de forma repetida, con lo que, además de las articulaciones temporomandibulares, se sobrecargan las cervicales a nivel de la C6 y C7.

CUALQUIER FÉRULA DE DESCARGA ES ÚTIL. Falso. La Sociedad Española de Ortodoncia advierte de los peligros de utilizar férulas que no sean personalizadas. Cuando éstas no han sido ajustadas a medida por un ortodoncista o un odontólogo, pueden alterar la mordida, ulcerar las encías e impedir el éxito de este tratamiento. Se recomienda que sean de un material duro.

Una férula de descarga hecha a medida impide el desgaste dental y relaja la musculatura mandibular.

LA PANDEMIA HA INCREMENTADO LOS CASOS. Verdadero. El estrés y el teletrabajo –causa de malas posturas– ha aumentado en estos dos últimos años los daños en las piezas dentales, que se han desgastado, astillado o roto.