Varices: consejos para evitarlas y mejorar la salud de tus piernas

Las venas se encargan de realizar el retorno del flujo sanguíneo al corazón, pero si se obstruyen y dilatan, la sangre se acumula en ellas dando lugar a la insuficiencia venosa crónica, más conocida como varices. Estas venas varicosas de color azul o liláceo aparecen hinchadas y retorcidas bajo la piel y, aunque son más frecuentes en las piernas, también se pueden formar en otras partes del cuerpo. Es un trastorno muy común, que suele afectar más a las mujeres, sobre todo en el embarazo, a personas mayores, con obesidad o sedentarias, o bien a aquellas con antecedentes familiares. Como las varices se deben a problemas de circulación, mantener un buen riego sanguíneo es clave para prevenirlas, algo que pasa por seguir una alimentación saludable, practicar ejercicio de forma regular y mantener una serie de buenos hábitos.

La dieta ideal para combatirlas

Lo que comes puede mejorar (o empeorar) tus varices, ya que hay alimentos que contribuyen a activar la circulación, aportándote nutrientes que mantienen las venas elásticas y fuertes, algo indispensable para que la sangre fluya bien.

• Fibra. El estreñimiento agrava la insuficiencia venosa crónica, así que evítalo con alimentos ricos en fibra, como las verduras de hoja verde, que ayudan a mantener las venas en perfecto estado, según una investigación de la Universidad de Maryland (EEUU). También la contienen los cereales integrales, las frutas, las legumbres y los frutos secos.

¡Sí a la fibra! Los alimentos ricos en ella ayudan a depurar el organismo y evitan la retención de líquidos, aligerando las piernas.

• Vitamina C. Refuerza las paredes de las venas y se encuentra, sobre todo, en cítricos, espinacas, zanahorias, tomates, frutas del bosque, coles, etc.

• Potasio. Este mineral ayuda a prevenir la retención de líquidos y la hinchazón. Está presente en verduras, frutas, cereales integrales, levadura de cerveza, etc.

• Grasas "buenas". Los alimentos ricos en Omega 3 y otras grasas beneficiosas, como el aceite de oliva, girasol, maíz, soja, los frutos secos y el pescado azul, entre otros, evitan que el colesterol perjudicial se acumule en las arterias.

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ALIMENTOS A EVITAR. Limita todo lo que puedas la sal y los productos ricos en sodio, pues provocan retención de líquidos y aumentan el volumen de sangre, lo que facilita la hinchazón de las piernas y la aparición de varices. Las grasas saturadas y los azúcares incrementan los niveles de triglicéridos y colesterol en sangre, dificultando el retorno venoso y favoreciendo los trombos. Por otro lado, las comidas picantes y fuertes y los productos nocivos como el alcohol y el tabaco dilatan las venas.

El ejercicio que mejor te irá para combatir las varices

Debido a que el sobrepeso y el sedentarismo son dos de las principales causas de la aparición de varices, se debe mantener una actividad física diaria para evitarlos y favorecer la circulación sanguínea, sobre todo si pasamos muchas horas de pie.

Beneficios. Practicar deporte con regularidad oxigena el organismo y aumenta el flujo sanguíneo hacia el corazón, aunque es necesario realizarlo a diario y durante un mínimo de 30 minutos.

Los más adecuados. Los deportes aeróbicos de bajo impacto (caminar, nadar, bicicleta, etc.) son los más indicados para favorecer la circulación sanguínea y el retorno venoso hacia el corazón sin grandes esfuerzos y, además, refuerzan y tonifican los músculos, una de las mejores formas de evitar las varices.

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Buenos hábitos que suman

Evita las fuentes de calor. Para aliviar los síntomas de las varices y frenar su aparición, no se deben pasar muchas horas bajo el sol ni en ambientes muy calurosos.

No abusar del sol. El calor produce un fenómeno de vasodilatación o aumento del calibre de las venas, lo que les dificulta bombear correctamente la sangre y empeora los síntomas de las varices, por lo que se recomienda no exponerse al sol durante mucho tiempo, tumbados y sin moverse, y sobre todo durante las horas de máximo calor. Del mismo modo, se debe usar protección solar todo el año, ya que ésta ayuda a reducir la extravasación sanguínea.

No permanecer de pie mucho tiempo. En el caso de tener trabajos que lo exijan, se deben establecer pausas para tumbarse y elevar las piernas y facilitar de esta manera la circulación de retorno. También es recomendable dormir de esta manera.

Huir del estrés y la ansiedad. Los nervios hacen que las venas y las arterias se contraigan con el fin de proporcionar más sangre a los músculos, lo que produce una disminución en el flujo sanguíneo y, como consecuencia, una mala circulación. 

Medidas saludables para acabar con ellas

1. Usa medias compresoras. Estas prendas ayudan a impulsar la sangre hasta el corazón y evitan que se acumule. A pesar del calor, su uso está especialmente indicado en verano, ya que las temperaturas superiores a los 25 grados empeoran los trastornos asociados al retorno venoso. Las hay de tejidos frescos y ligeros adaptadas a los meses de más calor, así que opta por ellas.

2. Date duchas de agua fría. Los especialistas aconsejan aplicar agua fría sobre las piernas en dirección ascendente (de pies a caderas) para estimular el riego de la sangre y aliviar la pesadez de piernas.

3. Aplícate geles fríos. Masajearse las piernas de forma suave y en sentido ascendente con cremas de efecto fresco inmediato (y venotónicas a ser posible) te ayudará a activar la circulación e hidratará tu piel, manteniéndola elástica y firme.

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4. Viste ropa cómoda. No uses prendas demasiado ceñidas, ya que dificultan la circulación y el retorno venoso. Es mejor usar ropa ancha y cómoda, sobre todo en la parte inferior del cuerpo.

5. Usa un calzado bajo. Procura que sea cómodo y prescinde, en la medida de lo posible, de los tacones altos y del calzado plano. Los zapatos deben adaptarse al pie y no ajustarse demasiado ni apretarlo.

Para las varices, es clave cuidarse por dentro y por fuera.

6. Camina por la playa. Andar sobre la arena, refrescándose los pies en el agua fría, mejora el riego sanguíneo y alivia la sensación de piernas cansadas.

7. Toma infusiones venotónicas. Las plantas más eficaces para los problemas de insuficiencia venosa son el castaño de Indias, el tomillo, el rusco, la vid roja, el ginkgo biloba y el hamamelis.

Otros tipos de tratamientos contra las venas varicosas

Consulta con tu médico qué tratamiento es más adecuado para tus varices.

Si las varices son dolorosas o limitan en exceso la calidad de vida, el médico podría optar por otros métodos para eliminarlas. Estos son los más comunes: 

1. Inyección de microespuma. Mediante un catéter muy fino, se introduce en la variz una sustancia esclerosante que pega sus paredes.

2. Láser. Se introduce una sonda en la variz y se aplica energía que calienta el vaso sanguíneo y lo cierra.

3. Cirugía. La menos invasiva desconecta los principales puntos de insuficiencia venosa, conservando las venas varicosas. También se puede extirpar toda la vena enferma.