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Exceso de sudor: así puedes eliminarlo y que no te afecte en tu día a día

Aunque no se trata de una patología, algunas personas lo viven como un problema importante, sobre todo cuando el calor aprieta. La utilización de los productos adecuados y un cambio de hábitos puede frenarlo

Si crees que sudas demasiado, el único secreto no está en el desodorante. ¡Toma nota!

Si crees que sudas demasiado, el único secreto no está en el desodorante. ¡Toma nota!

G.G
Sección coordinada por la doctora María José Peiró, especialista en Medicina Familiar, con más de 10 años de experiencia tanto en el ámbito público como privado. Máster en nutrición y dietética.

Sección coordinada por la doctora María José Peiró, especialista en Medicina Familiar, con más de 10 años de experiencia tanto en el ámbito público como privado. Máster en nutrición y dietética.

Sudar es un proceso necesario, ya que sirve para regular la temperatura de nuestro cuerpo y para eliminar toxinas, pero cuando se hace de manera excesiva, hablamos de hiperhidrosis, un trastorno que sufre casi el 3% de la población. No reviste gravedad, pero sí suele tener un gran impacto en la calidad de vida de las personas, que afecta negativamente a su salud mental y a sus relaciones con los demás.

Sus causas más habituales

La sudoración aumenta con las altas temperaturas o ante cambios emocionales, como estrés, miedo, dolor y ansiedad, que inciden directamente sobre las glándulas sudoríparas e incrementan la adrenalina, hormona que potencia la producción de sudor. Sin embargo, hay personas que sudan en exceso sin necesidad de estos desencadenantes, lo que suele ocasionarles molestias físicas y emocionales.

Tipos de hiperhidrosis. La más común es la primaria, que afecta principalmente a axilas, palmas de las manos, plantas de los pies e ingles, y cuya causa se desconoce, aunque los expertos apuntan a que tiene un fuerte factor hereditario. En el caso de la hiperhidrosis secundaria, mucho menos frecuente, acostumbra a afectar a todo el cuerpo y suele venir provocada por alguna patología, como diabetes, alteraciones de la tiroides, insuficiencia respiratoria e incluso la presencia de algún tumor.

Factores externos. En ocasiones, se puede notar un incremento de la sudoración al tomar un medicamento nuevo, por tener exceso de peso o sufrir trastornos en la alimentación y también por causas hormonales, como por ejemplo, durante la pubertad o, en el caso de las mujeres, también con la llegada de la menopausia.

Así puedes controlarlo

Antes de recurrir a ningún tratamiento, revisa tus hábitos diarios y realiza aquellos cambios que te ayudarán a poner freno al exceso de sudor.

Mantén una buena higiene. Además de la ducha diaria, extrema la limpieza sobre todo de las axilas, una de las zonas más afectadas por la hiperhidrosis. Se recomienda mantenerlas siempre depiladas y exfoliadas, para facilitar la absorción de los productos antitranspirantes y evitar así la proliferación de las bacterias causantes del mal olor.

Desodorantes naturales: te contamos cómo sacarles el máximo partido

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Indispensables en tu día a día. Los antitranspirantes te ayudan a

eliminar el exceso de sudor y los desodorantes acaban con el mal olor.

Usa ropa adecuada. Debes dejar respirar tu piel utilizando prendas frescas de tejidos transpirables, como algodón, seda o lino, que repelen el sudor y mantienen la piel seca.

Vigila tu peso. Aunque la hiperhidrosis no depende de la constitución física, reducir unos kilos ayuda a mantenerla controlada y rebaja su incidencia. Evita el estrés. Los nervios y la ansiedad hacen sudar mucho más, por lo que es bueno buscar técnicas de relajación que te ayuden a estar más tranquilo.

Evita el estrés. Los nervios y la ansiedad hacen sudar mucho más, por lo que es bueno buscar técnicas de relajación que te ayuden a estar más tranquilo.

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Adiós a los nervios. Los estados de ansiedad incrementan la sudoración, por lo que te irá bien encontrar técnicas que te ayuden a evitarlos.

Los tratamientos más efectivos

Existen diferentes posibilidades que el dermatólogo puede indicar en función de la severidad de la hiperhidrosis.

Antitranspirantes. Se aplican sobre la piel y contienen cloruro de aluminio, sustancia que disminuye la producción de sudor y bloquea el desarrollo de las bacterias causantes del mal olor. Deben aplicarse antes de dormir sobre la piel seca.

Medicamentos. Los anticolinérgicos inhiben la producción de acetilcolina, la sustancia que libera el sudor, pero sólo se pautan en casos concretos (hiperhidrosis en el rostro), ya que tienen efectos secundarios.

Bótox. Inyectar toxina botulínica tipo A en la zona a tratar para bloquear los nervios que regulan las glándulas sudoríparas es un tratamiento prácticamente indoloro, rápido y con una eficacia de unos seis meses. Según un estudio, el 89% de los pacientes está satisfecho con los resultados desde la primera semana.

Iontoforesis. Esta técnica no quirúrgica usa electricidad de baja intensidad para desactivar temporalmente las glándulas sudoríparas. Requiere varias sesiones y puede tener efectos secundarios como agrietamiento de la piel y ampollas.

Cirugía. Sólo se recurre a ella cuando han fallado tratamientos anteriores o en casos graves de hiperhidrosis. Las más comunes son el láser o microondas (eliminar las glándulas sudoríparas a través del calor) o la simpatectomía torácica endoscópica, que acaba con los ganglios encargados de estimular la sudoración.

Evítalo gracias a la dieta

Sólo el 6% de las personas con hiperhidrosis tiene en cuenta la alimentación, aunque se ha demostrado que las dietas libres de toxinas la previenen.

1. Ensaladas. Son una refrescante opción y sus protagonistas (lechuga, espinacas, pepino, tomate, zanahoria, etc.) son alimentos muy eficaces para limpiar el organismo. Además, la clorofila de los vegetales de hoja verde, los germinados y las hierbas aromáticas te ayudan a acabar con el mal olor corporal.

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De nuevo, es fundamental mantener una dieta equilibrada para cualquier problema de salud que tengamos.

¡También con la hiperhidrosis!

2. Fruta. Las más eficaces son la manzana, la piña y la papaya, que puedes tomar enteras o bien en deliciosos batidos, licuados, zumos o en macedonia.

3. Sopas frías. Opta por el gazpacho (sin ajo ni pimentón), la sopa de melón, la crema de puerros, etc. Son opciones muy apetecibles y también fresquitas, ideales para el verano.

4. Líquidos. Beber un mínimo de 2 litros diarios es lo que más ayuda a eliminar toxinas del cuerpo, así que aumenta tu ingesta de agua, zumos naturales, caldos vegetales, infusiones, etc. En cuanto a éstas, opta por las de menta, salvia o melisa, que disminuyen el sudor.

5. Vitaminas y minerales. Asegúrate de que no te falten en tu dieta alimentos ricos en zinc (cordero, ternera, calabaza, cacahuetes, sésamo, etc.), calcio (lácteos), magnesio (frutos secos), y vitamina B (granos enteros y carne roja) y D (proviene sobre todo del sol).

6. Lo que debes evitar. Las comidas grasientas, picantes, saladas o muy condimentadas incrementan la temperatura corporal y, por lo tanto, aumentan la producción de sudor. La cafeína, el tabaco y el alcohol, también provocan mayor sudoración si se consumen en exceso.

Dieta para evitar la retención de líquidos

Lo que va bien y qué no para controlar el exceso de sudor

Practicar deporte de forma regular

Puede parecer un contrasentido, pero realizar actividad física ayuda a reducir de forma indirecta la producción de sudor. Aunque en el momento de practicarlo evidentemente aumenta la sudoración, el hecho de hacer deporte nos ayuda a relajarnos, a perder peso y a quemar energía de más, lo que previene la hiperhidrosis.

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Es normal sudar mientras practicamos deporte, especialmente si es de alta intensidad. Otro consejo que nunca hubieras pensado que te ayudaría con la hiperhidrosis.

Aplicarse únicamente desodorante

Cuando se sufre hiperhidrosis, no es suficiente con utilizar este producto tras el aseo, ya que los desodorantes tan sólo neutralizan el mal olor, pero no evitan la sudoración excesiva. Hay que vigilar que el producto que utilicemos sea antitranspirante, para ocluir las glándulas sudoríparas y reducir la cantidad de sudor que producen.

Echarse polvos de talco en las manos

En ocasiones, la hiperhidrosis, sobre todo cuando está provocada por nervios, es más acusada en las manos, que empiezan a sudar de forma exagerada y continua. Para evitar este exceso de humedad, te irá muy bien aplicarte polvos de talco sobre ellas, que absorberán el sudor de forma inmediata.

Darse una ducha fría antes de dormir

Sudar demasiado por la noche puede provocar insomnio y mucha gente cree que dándose una ducha de agua fría logrará bajar su temperatura corporal. Pues bien, según algunas investigaciones, para mantenernos frescos, lo mejor es ducharse con agua templada, para evitar un contraste muy brusco con el calor ambiental que nos haga sudar más.

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