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Contaminación acústica: minimiza sus efectos y cuida tus oídos

El ruido es la segunda causa ambiental de problemas de salud, sólo por detrás de la contaminación atmosférica. Es un riesgo que no se ve, pero que tiene graves consecuencias e interfiere en la calidad de vida

¿Sabías que el ruido puede afectar a tu salud? Hablamos de contaminación y sus consecuencias.

G.G

Sección coordinada por la doctora María José Peiró, especialista en Medicina Familiar, con más de 10 años de experiencia tanto en el ámbito público como privado. Máster en nutrición y dietética.

El claxon de un coche, una autopista transitada, un concierto o incluso el ruido de los secadores en una peluquería son causantes de contaminación acústica. Sus efectos, como el daño auditivo, en algunos casos son casi inmediatos. Por ejemplo, al tener que soportar el ruido que emite el motor de un taladro, por encima de los 120 dB, el perjuicio aparece en sólo 7 minutos. Pero además de problemas de audición, tiene otras consecuencias. La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta de que entre sus riesgos están trastornos del sueño, problemas cardiovasculares y metabólicos, deficiencias cognitivas en los más pequeños e incluso muerte prematura. 

¿Cuándo supone un problema? 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define como ruido cualquier sonido superior a 65 decibelios (dB). Tiene efectos perjudiciales si supera los 85 durante 8 horas y por encima de 100 dB hay riesgo de pérdida auditiva inmediata. Además, para un sueño reparador éste no debe superar los 30 dB. 

Afecta a la salud física... En Europa, el ruido ambiental sería una de las causas de 48.000 nuevos casos de cardiopatía isquémica al año, así como de 12.000 muertes prematuras. También se calcula que es la causa directa del 64% de los casos de pérdida auditiva en las ciudades. 

...Y psicológica. Niveles altos de ruido pueden provocar, entre otros, inestabilidad emocional, irritabilidad y ansiedad. 

¿Cómo puedes evitar sus riesgos? 

El informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) "El ruido ambiental en Europa" del 2020 revelaba que el 20% de la población europea está expuesta a niveles de ruido perjudiciales para la salud. Según ese informe, además es poco probable que esa cifra disminuya en el futuro por el tráfico y el crecimiento urbano. Por esa razón, es importante que tomes medidas para minimizar sus riesgos. 

Contaminación: así afecta a tu salud. ¡Protégete de ella!

Dieta protectora. Los alimentos con Omega 3 (caballa, salmón, semillas de chía y lino, nueces, verduras de hoja verde, etc..) ayudan a fortalecer los vasos sanguíneos del oído interno.

Frena el estrés que te provoca. Las investigaciones han observado que el ruido es el causante de mayores niveles de irritabilidad y estrés, lo que puede incidir en una disminución de las defensas y un aumento de las enfermedades infecciosas. Para contrarrestar estos efectos se recomiendan el yoga, la meditación o el "mindfulness", pero también el "sound healing", una técnica basada en sonidos rítmicos con gongs, cuencos tibetanos o campanas, o algo tan sencillo como escuchar música clásica.

Haz que afecte lo mínimo a tu trabajo. El ruido causa dificultades de aprendizaje y de atención, somnolencia diurna y bajo rendimiento. Por otro lado, los problemas de audición que provoca pueden derivar en problemas cognitivos (la persona deja de participar en las conversaciones o se aísla). Para minimizar estos riesgos, intenta organizar el trabajo para que coincida con las horas más silenciosas, aislar bien el espacio o hacer descansos cuando haya más ruido, si es posible. 

Casas silenciosas. Un buen aislamiento de la vivienda es fundamental, pero también optar por electrodomésticos silenciosos (aspiradores, lavadoras, etc.)

No te acostumbres. El exceso de contaminación acústica puede provocar pérdida temporal de la capacidad auditiva, lesiones que afecten al sentido del equilibrio o, incluso, sordera. Aunque tengas la sensación de que te has acostumbrado a un ruido, cuando éste desaparece te das cuenta de que no era así. No te conformes porque puedes tomar alguna medida de las que explicamos para evitarlo o atenuarlo. 

Conquista un buen descanso. En Europa, 6,5 millones de personas sufren alteraciones del sueño graves por culpa del ruido. Para facilitar el descanso nocturno, puedes dormir con tapones o ponerte música suave. 

¿Quién está más expuesto? 

Si vives en una zona ruidosa. Por cada decibelio por encima de los 65 aumentan los ingresos en hospitales un 5,3%. Un buen aislamiento de la vivienda es fundamental para reducir la contaminación acústica del exterior, pero también es importante reducir el ruido en el interior con electrodomésticos silenciosos, por ejemplo. 

Depende de la persona. Se ha comprobado que no todos somos igual de sensibles al ruido, lo que provoca que unas personas puedan sufrir consecuencias y otras no, aunque estén expuestas a un mismo sonido y de la misma intensidad. 

Profesiones de más riesgo. Están más expuestos al ruido el personal de un aeropuerto –un avión que despega o aterriza alcanza los 140 dB, más del doble del máximo recomendado–, carpinteros, camareros en locales nocturnos, peluqueros (por los secadores) o incluso quienes trabajan en una guardería (los gritos, llantos, etc. pueden alcanzar los 85 dB, el mismo nivel que el tráfico). Por otro lado, los ruidos intermitentes suelen vivirse como más agresivos que los continuados. 

Pérdida de audición: combátela y cuida tus oídos

4 medidas que reducen la exposición 

Es importante prevenir todo lo posible la exposición a la contaminación acústica y para ello hay ciudades que ya están tomando medidas, como el uso de asfalto que reduce el ruido o restringir los coches en determinadas zonas. Pero también hay otras actuaciones que dependen directamente de ti.   

1. Cambio de hábitos. Tú también puedes contribuir a disminuir los decibelios en tu ciudad optando por medios de transporte menos ruidosos como el vehículo eléctrico o la bicicleta, usar neumáticos más silenciosos, etc.

2. Aléjate de él. Utiliza los llamados "Mapas Estratégicos de Ruido" (MER) para evitar las áreas más ruidosas. Algunas ciudades ya los tienen y puedes consultar las "zonas rojas". 

3. El uso de tapones. En entornos ruidosos, para ayudar a concentrarse o dormir se pueden usar tapones para los oídos. Pueden ser de materiales como silicona, espuma o cera. Para una mayor protección se recomiendan los que se hacen a medida y con uno u otro material en función del uso que se les vaya a dar. 

Los ruidos intermitentes resultan más agresivos que los continuados. ¡Busca lugares silenciosos siempre que puedas!

4. "Tapa" el ruido. Para ello puedes recurrir a los llamados ruidos blancos, es decir, sonidos que se confunden con el ambiente, como la lluvia o las olas del mar. Muy similar es el que se consigue con el llamado fenómeno ASMR (Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma, por sus siglas en inglés) en el que se proponen sonidos suaves, como susurros, que logran la relajación, para ayudar a dormir o librarse del estrés.   

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Qué va y qué no para cuidar nuestros oídos

El listado de fuentes de ruido es muy extenso y puede que, sin ser consciente, estés aumentando tu exposición. Repasa cómo lo puedes evitar. 

Uso (y abuso) de auriculares 

Cada vez nos conectamos más al móvil, el portátil o el ordenador con auriculares. Este gesto es una de las principales causas de pérdida de audición y según la OMS, 1.100 millones de personas en todo el mundo entre los 12 y 35 años están en riesgo. Como prevención, aplica "la regla 60-60", es decir, un máximo de 60 minutos usando los auriculares y a 60 dB como tope. 

Medidas de protección 

Protege tus oídos cuando utilices aparatos o herramientas que hagan mucho ruido. Para las personas que trabajan en lugares ruidosos, la ley establece que es obligatorio, por ejemplo, el uso de tapones u orejeras cuando los niveles son iguales o superiores a 85 dB. 

Lugares ruidosos 

España es el país de Europa con más ruido y el segundo de mundo, después de Japón, según un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Europeo (OCDE). En este caso, la solución es intentar pasar el máximo de tiempo en las llamadas "zonas tranquilas" que han señalizado muchas ciudades: lugares con menos ruido, como parques o espacios verdes. 

Aprovecha tus vacaciones para visitar destinos aislados del ruido y dar un descanso a tu mente y oídos.

Enseña con el ejemplo 

Mantén el volumen bajo de la televisión o si escuchas música y limita el tiempo dedicado a actividades ruidosas (tocar la batería, por ejemplo). Tampoco pongas en marcha la lavadora o pases el aspirador a partir de las 22h para respetar el descanso nocturno.