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Pinito del Oro, la reina del trapecio

Pinito del Oro, la legendaria reina del trapecio, desafió la gravedad con una valentía y elegancia incomparables, convirtiéndose en un icono del circo mundial. Su arte y su audacia, sin red de seguridad, dejaron una huella imborrable en la historia del espectáculo

Pinito del Oro subida a la escalera que la lleva al trapecio

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Subirse a un trapecio es toda una aventura. Pero hacerlo como lo hacía María Cristina del Pino Segura, conocida como Pinito del Oro, era un arte y un desafío. Porque esta mujer, que se convirtió en los años 50 en una estrella mundial del circo, siempre actuó sin red de seguridad a pesar de que su número estrella era un triple salto mortal a 16 metros de altura.

El balance de aquella osadía fueron tres caídas terribles que estuvieron a punto de costarle la vida, siendo una de las más graves la que sufrió en una actuación en Huelva, a los 17 años, que se saldó con fractura de cráneo y ocho días en coma.

La fama de Pinito del Oro fama llegó hasta Estados Unidos

Pinito del Oro con unos payasos.

Desde que fue descubierta por los responsables del circo de los hermanos Ringling, que era el más importante de Estados Unidos, la fama de Pinito no paró de crecer y su leyenda se fue consolidando con cada nuevo espectáculo que protagonizaba y en el que se enfrentaba al vacío con una elegancia y un arte que maravillaban a todo el mundo.

Pinito del Oro en una de sus acrobacias en el trapecio.

Después de cruzar al Atlántico para trabajar en América, Pinito del Oro cautivó incluso al director de cine estadounidense Cecil B. de Mille, que intentó contratarla para una de sus películas más conocidas, "El mayor espectáculo del mundo", protagonizada por James Stewart y Charlton Heston. Pero la artista canaria rechazó la oferta porque el productor no quería que su nombre figurara en el reparto, algo tremendamente injusto.

Pinito del Oro haciendo una de sus acrobacias en el trapecio.

Bautizada como la reina del trapecio, fue tan popular, hasta que se retiró en 1970, que varias generaciones de niños y niñas habrán oído a sus padres y abuelos decir aquello de: "¡Que te vas a caer, a ver si te crees Pinito del Oro!".

Pinito del Oro

Además de volar en las carpas circenses y recoger numerosos premios por su arte con el trapecio, Pinito del Oro hizo volar su imaginación escribiendo novelas, entre ellas "La víspera", "El italiano" y "Nacida para el circo", quedando finalista en varios galardones como el Blasco Ibáñez y el Ciudad de Oviedo.