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Julio Iglesias Puga: la increíble vida del padre de Julio Iglesias

Del secuestro de ETA, a su paternidad siendo un nonagenario, pasando por la relación con su hijo. Descúbrelo todo sobre este carismático doctor

El doctor Puga, siempre bronceado, en su despacho.

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Julio Iglesias Puga nació el 26 de julio de 1915 en Ourense. Fue el quinto de los siete hijos de Ulpiano, militar, y Manuela, ama de casa. Los cambios de destino de su padre hicieron que la infancia del niño transcurriera entre Santiago de Compostela, Oviedo y Madrid, donde la familia se instaló finalmente cuando Julio tenía 13 años.

Pese a ser un niño travieso y aficionado a matar pájaros con tirachinas, se distinguió por ser un alumno estudioso que sacaba excelentes calificaciones. Al llegar el momento de elegir carrera universitaria, su autoritario padre le obligó a estudiar Medicina.

Cuando tenía 18 años, Julio se fijó en Rosario de la Cueva, familiarmente Charo, una chica de 14 años a la que conoció en un baile de disfraces. "Me enamoré de ella en ese mismo instante. Al no ser tímido me acerqué a ella pensando: 'A esta me la como con patatas fritas', pero no me hizo ni puñetero caso", recordaba Iglesias Puga en sus memorias 'Voluntad de hierro' (Ed. Martínez Roca).

Insistió, pero el estallido de la Guerra Civil hizo que perdieran el contacto.En 1933, Julio se unió a la Falange de José Antonio, militancia que le llevó a estar encarcelado en diversos centros de Aranjuez, Valencia y Madrid. Pese a que varias veces vio su fusilamiento muy cerca, logró evitar el paredón y fue liberado en 1939 tras la victoria del bando nacional.

Tesis sobre el uso de la anestesia epidural

Terminada la contienda, retomó sus estudios de Medicina, carrera que acabó en 1941. Su tesis versó sobre un tema entonces pionero: el uso de la anestesia epidural para que las mujeres dieran a luz sin dolor. Se presentó a diversas oposiciones y, después de ganar una plaza de internista en Vallecas, obtuvo un puesto en la Maternidad provincial, convirtiéndose en el ginecólogo más joven de la Seguridad Social.

Durante sus años de cautiverio, Julio no había olvidado a Charo y le había escrito varias cartas a las que ella no había respondido. En 1940, la buscó y, esta vez, consiguió que aceptara salir con él, pero, al descubrir la joven que él se veía con otras mujeres, lo dejó.

Desesperado, se alistó en la División Azul con la intención de luchar en la Segunda Guerra Mundial pero, cuando Charo se enteró, le dio un ultimátum: "Si te vas a Rusia, te dejo para siempre".

La boda se celebró en noviembre de 1942. Un año después, el 23 de septiembre, llegó al mundo su primogénito, al que llamaron Julio, como su padre. Tras probar suerte en la política –fue diputado provincial durante seis años–, se dedicó por completo a su profesión para mejorar las condiciones en las que se atendía a las embarazadas.

Junto con un colega, abrió el Instituto Provincial de Obstetricia y Ginecología Materno Infantil, que acabaría conociéndose como la Maternidad de la calle O’Donell. Con 500 camas y unidad para prematuros, el centro era un hospital que aceptaba pacientes de todas las clases sociales en una época en la que las familias humildes no podían costearse una clínica privada.