Lina Morgan, la intensa vida de esta gran actriz cómica española
Repasamos la vida de esta madrileña que es fue de las artistas más populares de España. Propietaria de un teatro, su serie "Hostal Royal Manzanares" batió récords de audiencia en televisión
Escarceos amorosos con el actor Manolo Zarzo
Lina Morgan, al inicio de su carrera artística.
A los 13 años, con el permiso de sus padres, debutó en la compañía infantil "Los chavalillos de España". Su primera aparición como artista fue en el teatro Pérez Galdós de Las Palmas. Dos años después (gracias a su hermana Julia que trabajaba en una compañía de ballet español y falsificando su documentación para parecer mayor de edad) la contrataron como bailarina en un espectáculo del local La parrilla del rey, donde también trabajaba Esperanza Roy, que se convirtió en una de sus mejores amigas.
Delgada, bajita y graciosa, Lina Morgan tenía que competir en el cuerpo de baile con mujeres esculturales, pero, haciendo gala de su carácter positivo, se daba ánimos, diciéndose: "A todo el mundo no le van a gustar las chicas altas y llamativas".
A los 16 años, tras sus escarceos amorosos con el actor Manolo Zarzo cuando los dos formaban parte de "Los chavalillos de España", conoció a un hombre, José Luis, que fue su primer gran amor: "Tenía 10 años más que yo y su familia se opuso rotundamente a nuestra relación cuando supieron que mi vida era el teatro. Terminamos cada uno por su lado".
Esa familia tan poco comprensiva era la dueña de un negocio de electrodomésticos cerca de la plaza del Callao y no permitieron que Lina y José Luis siguieran con un romance que les podría haber llevado al altar.
Un nombre artístico que sonaba a banca
Lina Morgan, como "vedette" en una revista.
Mientras la artista vivía unos primeros años duros de profesión en los que, explica, "dormí en pensiones de mala muerte y a veces me acostaba con el abrigo y los calcetines puestos por el frío que tenía", el amor volvió a llamar a su puerta: era un cantante lírico, se llamaba Emilio, estaba casado y lo dejó todo para seguir a la artista por toda España. Pero tampoco entonces hubo final feliz.
Con 22 años, María de los Ángeles se incorporó como segunda "vedette" a la revista "Atraco en Nueva York", encabezada por Manolo Gómez Bur, y la crítica empezó a hablar de ella como una de las bailarinas con mayor futuro.
Cantaba "El Pichi" y el éxito fue tan rotundo que el día del debut tuvo que repetir el número tres veces. Llegó un momento en el que decidió que necesitaba un nombre más artístico. Con la ayuda de su hermano José Luis eligieron el de Lina Morgan: fácil de pronunciar y con resonancias de banca americana: "Creímos que aquel apellido podría traernos dinero".
La fama de Lina creció tanto que la llamaron para trabajar en el cine. En 1961, debutó en la pantalla grande con "El pobre García", película a la que le siguieron "Vampiresas 1930", "Una tal Dulcinea", "Julieta engaña a Romeo", "Las que tienen que servir" y "Qué hacemos con los hijos".
Lina Morgan con Alfredo Landa.
Aquellos pequeños papeles los alternaba con el mundo de la revista, que ella adoraba por encima de todo y donde llegó a compartir cabecera de cartel con las máximas figuras del momento como Tony Leblanc, Gila, Manuel Gómez Bur, Antonio Garisa, Zori Santos o Ángel de Andrés. Pero la popularidad con mayúsculas se la otorgó la pareja "imbatible" que, entre 1963 y 1971, formó en los escenarios con el actor cómico Juanito Navarro.
Si un actor cobraba en aquel tiempo 300 pesetas diarias, Lina y Juanito se llevaban 1.000 cada uno. En ese tiempo vivió otros dos grandes amores, uno de ellos con un futbolista del Atlético de Madrid, que formó parte de la selección nacional absoluta, y un segundo con un empresario taurino del norte de España, cuya familia se dedicaba al negocio de la ganadería. Era fácil encontrar a la artista en las plazas de toros mientras duró aquel romance.
"La tonta del bote", su gran éxito en cine
Fotograma de la película "Fin de semana al desnudo" protagonizada por Alfredo Landa y Lina Morgan.
Los desengaños amorosos no le impidieron seguir con su exitosa carrera profesional. En 1969, protagonizó su primer filme, "Soltera y madre en la vida", de Javier Aguirre, marido de Esperanza Roy, pero no se consagraría hasta un año después con "La tonta del bote", de Juan de Orduña.
Desde 1971, rodó ocho filmes con el cineasta Mariano Ozores, entre ellos "La graduada", "Los pecados de una chica casi decente" y "Fin de semana al desnudo". Todos ellos fueron un éxito en la cartelera, pero le reportaron poco lucimiento a una actriz de la envergadura cómica de Lina.
Compañía propia con su hermano José Luis
Lina Morgan en una entrega de premios.
"Al cine le debo popularidad, pero, económicamente, nunca me fue rentable". Curiosamente, una de sus interpretaciones más recordadas fue la que hizo en una cinta dramática de José María Forqué, "Una pareja distinta", donde daba vida a una mujer barbuda llamada Zoraida, casada con un travestido alcohólico, papel interpretado por José Luis López Vázquez. Sin embargo, la película pasó sin pena ni gloria y no volvieron a llamarla para filmes de ese corte.
En 1975, decidió montar su propia compañía y, bajo la dirección de su hermano José Luis, estrenó ese mismo año en el madrileño teatro Barceló "Pura, metalúrgica", pero, según reconoció en su momento la artista, "fue un absoluto fracaso. Perdimos todos nuestros ahorros y no había dinero ni para pagar a la compañía".
Y es que la muerte de Francisco Franco, a finales de ese año, generó una gran incertidumbre política que hizo que la gente dejara de acudir a los teatros. Durante el franquismo, Lina, al igual que otros artistas, había acudido al palacio de La Granja el 18 de julio para actuar en la recepción que conmemoraba el Alzamiento. Aquel primer fracaso con su compañía no la desanimó y Lina volvió a hacer revista, esta vez con éxito. Fue el caso de "Casta ella, casto él", "¡Vaya par de gemelas!", "La Marina te llama" o "Sí, al amor", que le permitieron ganar el suficiente dinero para hacer realidad su sueño de ser propietaria de su propio teatro.
Posado de Carmen Sevilla, Lina Morgan y Laura Valenzuela.
Así, entre 1978 y 1983, Lina le pagó 127 millones de pesetas al empresario Matías Colsada por la compra del teatro La Latina. Y, mientras la artista triunfaba, la mujer fracasaba en el amor, ya que tampoco prosperó su relación con un zaragozano.
"Quizás me he entregado demasiado a mi profesión, he tenido éxitos como actriz y unos cuantos desengaños amorosos... He amado mucho y me han amado. He dejado y me han dejado...". Gracias a José Luis, consiguió que algunas de sus revistas se grabasen para ser emitidas en TVE. El 27 de diciembre de 1983 la emisión de "Vaya par de gemelas" reunió ante el televisor a nada menos que 20 millones de espectadores. Empezaron a sucederse los premios y distinciones: el Miguel Mihura a la mejor interpretación en el año 1982, la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo dos años más tarde, la del Mérito Artístico del Ayuntamiento de Madrid en 1985 y una placa en la puerta de la casa donde nació.
Tristeza y retiro por la muerte de sus padres
La actriz Lina Morgan recibe la medalla de las Bellas Artes de manos del rey don Juan Carlos.
Pero no todo era felicidad. En 1983, falleció su padre, circunstancia que le afectó tanto que la obligó a retirarse durante un tiempo de la escena. Se fue con José Luis a América y no volvió hasta que se sintió totalmente recuperada. Años después, sufrió el mismo intenso dolor con la muerte de su madre, a la que se sentía muy unida.
Lina asegura que ha llorado mucho a lo largo de su vida, unas veces por rabia, otras por impotencia y no oculta que hay momentos en los que "me siento muy sola. Sólo el teatro me hace olvidar esa soledad...".
En 1984, sufrió un desprendimiento de retina en el ojo derecho que estuvo a punto de dejarla ciega y la mantuvo alejada de los escenarios -no era la primera vez que pasaba por quirófano ya que anteriormente había sido operada dos veces de las cuerdas vocales- hasta enero del año siguiente, fecha en que reestrenó su revista "Sí, al amor", cuyo versión televisiva logró otra impresionante audiencia: 18 millones de espectadores.
Serie de tv "Academia de baile Gloria" protagonizada por Lina Morgan.
En el 87 se presentó con el espectáculo "El último tranvía", con el que estuvo cuatro años, tras los cuales llegó la que sería su última revista, "Celeste no es un color". En 1992, el director Pedro Masó, que la ha definido como "una mujer muy sensible, extravertida, autoexigente, simpática y solidaria", la convenció para que protagonizase la serie televisiva "Compuesta y sin novio", trabajo por el que cobró 40 millones de pesetas.
Tres años más tarde, mientras grababa para TVE un especial de Navidad, murió su hermano José Luis, a los 54 años, víctima de una grave enfermedad que le mantuvo los últimos meses de su vida ingresado en una clínica de Guadalajara. Fue uno de los golpes más duros que ha recibido Lina. José Luis era su mayor apoyo y aquella muerte tan prematura la sumió en una fuerte depresión: "Nadie se imagina lo que llegué a querer a mi hermano. Era mi hijo, mi padre, casi mi novio. Se lo llevó una cirrosis que al final fue un tumor. Una hepatitis mal curada... Me lo tenían que haber dejado con vida unos años más... Era guapo por fuera y, sobre todo, guapo por dentro. Era mi todo. Me ha costado muchísimo volver a entrar en el despacho que él ocupaba en La Latina".
Aunque hundida, sacó fuerzas de flaqueza y cumplió con el último contrato que había conseguido su hermano para ella: "Hostal Royal Manzanares", cuya grabación se inició en 1996 y que la convirtió en la reina de la audiencia televisiva.
En "Hostal Royal Manzanares" con Manuel Díaz El Cordobés.
Finalizada esta serie, protagonizaría otras dos –"Una de dos" y "Academia de baile Gloria"– y un programa de gags, pero ninguno alcanzaría ya tanto éxito entre el público. Tras el fallecimiento de José Luis, Lina nunca volvió a ser la misma. Hizo "cameos" en "Aquí no hay quien viva", "A tortas por la vida", o "Escenas de matrimonio", todas ellas series de su gran amigo José Luis Moreno.
Sesenta años de exitosa carrera artística
José Luis Moreno con la actriz Lina Morgan.
En 2010, se cumplieron 60 años desde que Lina Morgan empezó su carrera como artista y podía presumir de ser una de las mujeres más queridas de su profesión. Dice que le hubiera gustado ser como la actriz norteamericana Shirley McLaine, no echó de menos la presencia de un hombre a su lado y no se sintió frustrada por no haber sido madre. No le gustaban las tareas domésticas, creía en la bondad de las personas y vivió dedicada a su hermana Julia y a su teatro, hasta su fallecimiento el 19 de agosto de 2015 a los 79 años.