Cristina e Iñaki Urdangarin: cómo se llevan de verdad con sus 4 hijos
Tres años después de su separación, la relación de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin con sus hijos ha evolucionado de forma distinta

Cristina, cada día más guapa, vive feliz a caballo entre España y Suiza. Iñaki no trabaja y reside en Vitoria con su pareja.
Ella, sola, a caballo entre Suiza y España y trabajando para las fundaciones Aga Khan y La Caixa; y él, con pareja, en Vitoria y sin trabajo. La infanta Cristina e Iñaki Urdangarin llevan una vida totalmente distinta a la que soñaban cuando se casaron en octubre de 1997 en Barcelona y siguen caminos separados con un único nexo en común: sus hijos.
Cuatro jóvenes por los que ambos se desviven, conscientes de lo mal que lo han pasado al sufrir de niños el escarnio público y el aislamiento familiar derivados del escándalo del caso Nóos, además del divorcio de sus padres.
Los hijos de la infanta Cristina han pasado por muchas dificultades

Fue en enero del 2022 cuando salieron a la luz unas fotos de Iñaki Urdangarin con otra mujer que hicieron volar por los aires un matrimonio que había resistido al "destierro" en Washington y Ginebra, al proceso legal de 8 años en el que se juzgaron las actividades fraudulentas de sus sociedades y a los 15 meses que el exjugador de balonmano pasó en prisión.
Pero Iñaki Urdangarin se enamoró de Ainhoa Armentia y todo se acabó, dando paso a un desagradable tira y afloja por las condiciones económicas de un divorcio que firmaron a finales del 2023.
Desde el primer momento, la hermana del Rey contó con el apoyo incondicional de sus hijos, pero Iñaki se tuvo que trabajar más su relación con ellos.
Juan Urdangarin, el mayor

Juan, que actualmente tiene 25 años, al ser el mayor, es el que más conscientemente lo vivió todo. Tenía 11 años cuando se acusó a su padre de malversación de caudales públicos, prevaricación, fraude fiscal... y en el Liceo Francés de Barcelona, donde estudiaba, los otros niños se metían con él, mientras que por la calle, escuchaba cómo personas anónimas insultaban a Iñaki, llamándole "chorizo".

Serio y extremadamente discreto, el segundo sobrino del Rey vive en Londres, donde trabaja para Alejandro Agag, yerno de Aznar, en la organización de la Fórmula E, las carreras de coches eléctricos, pero está muy pendiente de su madre y ella se desvive por él. En cuanto a la relación con su padre, según varias fuentes, ha tenido altibajos.
Reconciliación

En todo momento, Cristina se ha sentido de lo más arropada y querida por sus tres hijos varones Juan, Pablo y Miguel, que están siempre muy pendientes de ella.
Al poco de publicarse las imágenes de Iñaki y Ainhoa, se marchó a la India a hacer voluntariado y, a su regreso, se instaló en Londres –con un breve paréntesis en el que vivió con su abuela Sofía en Madrid tras, dicen, una ruptura amorosa–. Con el tiempo, padre e hijo han conseguido superar los desencuentros y ahora, Juan Urdangarin ya participa en eventos familiares a los que también acude Ainhoa, como sucedió las pasadas Navidades en Vitoria.
Pablo Urdangarin, el más conciliador

Mucho más mediático pues, como jugador de balonmano, trabaja "de cara al público", Pablo Urdangarin, de 24 años, fue el único que habló para la prensa cuando se descubrió el romance de su padre con su actual pareja y, con gran templanza, dio a entender que no se posicionaba. Sin embargo, dicen que él es el gran apoyo de la infanta Cristina, que acude tan a menudo a Barcelona para verlo jugar con su equipo, el Granollers, que se ha comprado y está reformando un piso en el edificio en el que vivió de recién casada con Iñaki. Aunque se dijo que Cristina podría dejar definitivamente Ginebra para instalarse allí, fuentes fiables aseguran que sería Pablo quien viviría allí con su novia, Johanna Zott, y que el piso se convertiría en una especie de "punto de encuentro" de los Urdangarin.
Pablo tiene fama de conciliador y, como ha seguido los pasos deportivos de su padre, se cree que es quien más cerca estuvo de él en los momentos más tensos e Iñaki acude a muchos de sus partidos –a algunos, incluso con Ainhoa–, sobre todo a los que su equipo juega fuera de Barcelona, como si la capital catalana fuera ahora "territorio de Cristina".
Miguel e Irene, los más reacios ante Ainhoa Armentia

Miguel es el más desconocido de los Urdangarin pero, en todas las ocasiones en las que se le ha visto con sus padres en público, se ha mostrado como el más tierno, mimoso y cariñoso con los dos. En abril cumplirá 23 años y, tras licenciarse en biología marina por la Universidad de Southampton (Londres), trabaja en una empresa de ese sector en Madrid, donde también vive su novia, la venezolana Olympia Beracasa, aunque viaja mucho a Ginebra para estar con Cristina.
Tanto a él como a su hermana menor les costó aceptar a Ainhoa pero, tres años después, parece que ya se van acostumbrando.

Irene Urdangarin, que en junio cumplirá 20 años, sólo tenía 5 cuando estalló el caso Nóos. Ahora, vive en una residencia universitaria de Londres donde cursa marketing y gestión para organización de eventos, pero a menudo acompaña a su madre a los partidos de Pablo en Barcelona, compartiendo confidencias con ella y con su "cuñada", Johanna. Al ser la menor y la única chica, ha sido siempre el juguete de todos e Iñaki Urdangarin siente verdadera debilidad por ella.
En resumen, aunque la relación del exduque con sus hijos parece mejorar poco a poco, todavía falta para que se normalice y sea tan buena como la que mantienen con Cristina.