Kate Middleton: las emotivas historias y fotos de su visita al hospital donde trataron su cáncer
La princesa de Gales ha visitado el Hospital Royal Marsden, donde recibió el tratamiento de quimioterapia, y ha revelado que su enfermedad está "en remisión"

"Estoy deseando que llegue un año lleno de satisfacciones", ha escrito la princesa de Gales, Kate Middleton, en su Instagram estos días. Y este deseo ha empezado a hacerse realidad con su primer compromiso oficial en solitario tras más de un año: su visita al Hospital Royal Marsden de Londres, que no es un hospital cualquiera, pues se trata del centro en el que, como hemos sabido ahora, recibió el tratamiento contra el cáncer que le diagnosticaron en el 2024.
"Quería agradecer al hospital por cuidarme tan bien. Mi más sincero agradecimiento a aquellos que han caminado en silencio junto a Guillermo y yo mientras atravesábamos por todo esto. No podíamos haber pedido más", ha dicho en sus redes la futura reina que, por primera vez y en el mismo "post", ha revelado detalles sobre la evolución de su cáncer. "Es un alivio estar en remisión y poder centrarme en la recuperación", añade la princesa, cuyos síntomas y signos de la enfermedad se han reducido, sin que eso quiera decir que el cáncer haya desaparecido del todo.
Kate Middleton compartió con los pacientes detalles de su tratamiento

La visita al Hospital Royal Marsden ha sido mucho más que un acto protocolario. Ha sido un recordatorio, a ratos doloroso y a ratos emocionante, de lo que ha pasado. A Kate todo le resultaba familiar. El espacio, la sala de quimioterapia, con sus característicos sillones y los sonidos de las máquinas que indican que se ha acabado el tratamiento. "¡Reconozco este pitido!", exclamó mientras estaba con una paciente, a quien le confesó que haber entrado por la puerta principal había sido una novedad, después de tantas visitas en secreto durante el tratamiento. También reconoció que su último año había sido "difícil". "Es un “shock”", sentenció, sin ocultar lo dura que puede ser la quimioterapia, que ella empezó en febrero y acabó a finales de verano.

La princesa de Gales recorrió la sala y se interesó por las historias de los pacientes, sus terapias y sus pruebas médicas y quiso saber cómo se encontraban ellos y sus familias. Porque, como dijo: "Los tratamientos son muy distintos y variados y afectan a las familias de manera diferente". Y coincidió con muchos al insistir en la importancia de cuidarse a uno mismo. "Yo sentía que necesitaba sol, mucho sol y mucha agua", comentó.
Compartió, además, detalles de su tratamiento, como su intento de utilizar el gorro hipotérmico, una terapia que consiste en enfriar el cuero cabelludo para contraer los folículos capilares e impedir que el medicamento penetre en la raíz del cabello, o que lo haga mínimamente. La princesa, que estuvo conversando con Katherine Field, una mujer que estaba usándolo, le comentó que ella tuvo que dejarlo a causa de sus efectos secundarios, entre otros, dolor de cabeza, escalofríos e irritación del cuero cabelludo. También con Field compartió una anécdota sobre el catéter subcutáneo que le implantaron para extraerle sangre y administrarle tratamientos. "Al final, me encariñé tanto con él que al acabar la quimioterapia tuve mis dudas cuando los médicos me dijeron que ya podía quitármelo", reconoció Kate con una buena dosis, a veces necesaria, de humor.
“Es duro regresar a la normalidad"

Con Rebecca Mendelsohn, de 57 años, que participa en un ensayo clínico por un cáncer secundario, la esposa de Guillermo fue especialmente cariñosa y empática. Primero le preguntó cómo se sentía y después le aseguró que estaba en las mejores manos. "Me gustaría poder hacer algo más para ayudar", le confesó sin ocultar su impotencia, antes de darle un mensaje de ánimo: "Irá a mejor. Hay luz al final de este túnel".

El caso de Peter Burton, un hombre de 60 años, fue diferente. Él acabó en diciembre su última ronda de quimio por un mieloma múltiple, un cáncer que afecta la médula ósea. "Hablar con Kate fue especial, y me hizo sentir como si fuera la única persona de la sala", comentó, emocionado.
En este recorrido por el Marsden, más de uno le preguntó a Kate Middleton cómo se encontraba. "Crees que la terapia se ha acabado y vuelves a hacer tus tareas diarias, pero es duro regresar a la normalidad porque hay efectos secundarios a largo plazo", respondía la princesa a quien, antes de irse, le presentaron a Scout, uno de los perros de terapia del centro, que se encarga de cuidar, reconfortar y arrancar sonrisas a los pacientes de quimioterapia.

Kate con Scout, uno de los perros de terapia del hospital.
Sí, Kate Middleton está volviendo a su vida oficial, pero su prioridad sigue siendo su salud y la protección de sus hijos. Por eso, quiere elegir cuidadosamente los actos en los que va a participar e intentará que tengan un significado especial para ella. Y es que, como aseguran sus amigos íntimos, el cáncer ha hecho que la princesa cambie sus prioridades, tanto personales como profesionales.