La mítica catedral de Notre Dame, en París, comenzó ayer a arder sobre las siete de la tarde mientras más de 2.000 personas se encontraban en su interior. El fuego se declaró cerca del tejado, lugar en el que se estaban realizando obras de rehabilitación, y las llamas se propagaron con una increíble rapidez.
Tras evacuar a todos los visitantes, más de 500 bomberos trabajaron sin descanso para apagar el fuego de uno de los símbolos más emblemáticos de Francia. Sin embargo, la enorme aguja que coronaba Notre Dame desapareció por completo al derrumbarse. Afortunadamente, los dos campanarios pudieron ser salvados.
Bien entrada la madrugada, los bomberos lograron controlar completamente el incendio, aunque ha habido enormes pérdidas de incalculable valor. Según han podido adelantar las autoridades del país, aunque el exterior continúa en pie, el interior ha quedado muy dañado.
Minutos después de que las llamas comenzasen a devorar la mítica catedral, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, colgó un tweet en el que sugería utilizar aviones cisterna para acabar con el incendio: «Tan terrible ver el inmenso incendio en la catedral de Notre Dame en París. A lo mejor, se podrían emplear aviones cisterna para apagarlo ¡Hay que actuar rápido!».
Las redes se llenaron entonces de críticas hacia el político, pues el peso del agua podría haber destruido todavía más el edificio.
Una vez apagadas las llamas, se piensa ya en la reconstrucción de la catedral. El Gobierno francés «asumirá parte de su responsabilidad» y el presidente de la República, Emmanuelle Macron, ha anunciado una campaña internacional para recoger fondos. Importantes familias francesas, han adelantado que donarán dinero. Una de ellas, los Pinault: François-Henri Pinault, marido de la actriz Salma Hayek, y su padre, quienes donarán nada menos que 100 millones de euros.