Las aventuras de Leonor y su padre, el rey Felipe, en el Elcano
La Princesa Leonor está viviendo la misma experiencia que el Rey Felipe, una de las más intensas de su vida
Leonor y Felipe, trabajando en el Elcano.
La Casa Real española ha vuelto a compartir un serie de fotografías de la vida de la Princesa Leonor a bordo del buque escuela de la Armada, el Juan Sebastián de Elcano, una vivencia única que recuerda mucho a la travesía que realizó su padre, el rey Felipe VI, en 1987.
Ambos han despertado pasiones allá por donde han pasado, aunque los tiempos y las formas hayan cambiado.
Felipe VI en la playa de Río de Janeiro.
La princesa Leonor, muy bien recibida en Latinoamérica
Por ejemplo, en su escala en Chile, la Princesa Leonor fue recibida con entusiasmo por admiradores y hasta por presentadores de televisión que, al verla girarse hacia ellos, exclamaron emocionados: “¡¡Aaayyy, qué emoción!! ¡Qué linda! Nos miró. ¿Vieron cómo nos miró?”.
Algo similar vivió Felipe en Gran Canaria, cuando una mujer se arrodilló ante él para decirle lo guapo que era, según relató José Antonio Alcina, quien fue su tutor y jefe de comunicación de la Armada, en su libro 'Felipe VI. La formación de un rey'.
En él también cuenta que Felipe era aclamado como una estrella del rock y, por ejemplo, la prensa uruguaya avisó a las jóvenes de que difícilmente lo enamorarían porque sus padres querían para él una novia aristócrata.
Felipe VI, joven, en bañador a bordo del Elcano.
En Uruguay, la Princesa fue fotografiada disfrutando de un día libre con amigos en la playa y en Chile, la “pillaron” tomando una cerveza, lo que causó cierto revuelo. Sin embargo, Felipe, en su día, vivió una anécdota más subida de tono en Río de Janeiro, donde asistió a un espectáculo muy sugerente mientras tomaba caipiriñas y champán. La polémica estalló cuando una de las bailarinas apareció desnuda en la portada de 'Interviú', como "la novia brasileña del príncipe".
Del viaje de Leonor se sabe que estudia intensamente, ha hecho buenas amistades y sufrió un episodio de mareo. Felipe, por su parte, se quejó del exigente ritmo académico y protagonizó una pequeña travesura en Baltimore al subir a la cofa del trinquete para hacer fotos, lo que técnicamente podría haberle costado un arresto, aunque fue pasado por alto por el comandante.
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