Fabiola Martínez, Nieves Herrero, Kiko Matamoros... Famosos que sufrieron abusos sexuales de niños
Fabiola Martínez presenta su libro sobre el abuso que sufrió de niña, una historia de superación como la de Nieves Herrero o Kiko Matamoros, entre otros famosos

Pocas veces habíamos visto a Fabiola Martínez tan nerviosa ante la prensa. Porque esta vez no nos convocaba como madre, ni como presidenta de la fundación, ni como ex de un famoso cantante. Era ella alzando la voz ante una desgarradora vivencia que afecta a una de cada cuatro niñas y uno de cada seis niños, el abuso sexual.
Porque desde que se separó, confiesa, decidió tomar las riendas de su vida para tirar adelante, pero para hacerlo debía soltar un lastre. Un secreto. Un terrible abuso que sufrió durante diez años, de los cinco a los quince, por parte de un familiar cercano -un tío por parte de padre-, y que había enterrado en su memoria bajo muchas capas, pero que sin embargo siempre ha marcado su modo de abordar la vida, sus decisiones y hasta sus relaciones.
Ahora, ese secreto ha salido a flote tras meses de terapia y ha tomado forma de libro publicado por Espasa, “Cuando el silencio no es una opción”. Porque Fabiola Martínez quiere ayudar a que otras víctimas alcen su voz y sanen como lo ha hecho ella.
Fabiola Martínez: “Fue difícil explicárselo a Carlos pero también me ha acercado más a él”

La ex de Bertín explicó que relatar por escrito lo sucedido en su infancia ha sido duro.
“Desde que nació Kike muchas personas me decían que soy valiente y fuerte, y eso en cierta forma yo lo sentía como un peso. Cada vez que escuchaba eso, pensaba: ‘Si supierais…'. La resiliencia o la fortaleza se desarrollan, yo no tengo súper poderes. Pero aquello que podía haber sido un agujero en el que te metes y no sabes cómo salir, me sirvió para mirar hacia adelante, para pensar que si pude con aquello, puedo con esto otro”, nos contó la venezolana Fabiola Martínez, que afirma que intentó hacer su vida pensando que el abuso sufrido lo había superado. Pero no era así.
El nacimiento de Kike Osborne con su enfermedad, confesó, le enseñó lo que es el “amor de verdad, el amor sano que yo no había experimentado, ni siquiera en mi núcleo más cercano, que son mis padres”. Y siguió: “Y eso estaba ahí, era como una asignatura pendiente y, obviamente, silenciada por todos, por mi familia, por todos, por mí misma. Hasta que me separo y llega un momento en el que cojo las riendas de mi vida, empiezo a hacer un repaso y me doy cuenta de que necesito resolver eso, que eso que estaba debajo de un montón de capas que durante muchos años me había dedicado a poner encima para taparlo, cada vez salía más. Y lo que realmente me armó de fuerza y de valor fue mirar para atrás y ver el recorrido que he hecho, el respetarme, quererme y perdonar. Afortunadamente tuve ayuda profesional, de Marian Rojas, con mucha experiencia en casos de abuso sexual infantil. Ella ha sabido llevarme a esos lugares que yo había oscurecido y no recordaba muy bien, pero que me afectaban, y sanarlos”, nos cuenta Fabiola Martínez.

Junto a su madre.
PRONTO: Habrá sido difícil rememorar todo aquello, ¿cómo te ha dejado?
FABIOLA MARTÍNEZ: Ha sido duro remover, recordar, porque había cosas que no recordaba con detalle. Pero he sentido que me he liberado mucho.
P.: ¿Cómo has contado esta historia a tus hijos adolescentes?
F.M.: Ha sido muy complicado. Cuando se lo dije a Carlos, con herramientas profesionales, me di cuenta de que era más necesario de lo que yo me imaginaba porque había comportamientos que él no entendía, reacciones que yo tenía con mi madre y él me preguntaba por qué hablaba así a la abuela. Se lo expliqué en un viaje de los dos solos a República Dominicana. En una playa nos quedamos solos y le dije que estaba escribiendo un libro, le conté que yo había sufrido abuso de pequeña. Se quedó impactado, su reacción fue darme un abrazo y hacer un poco de protector. Se me hace un nudo… (se emociona). Creo que él está muy orgulloso de mí. Me dice que soy muy valiente por contarlo. Fue difícil explicárselo, pero me ha acercado más a él.
Fabiola Martínez: “Se lo conté a Bertín Osborne, pero jamás volvimos a hablar del tema”

Junto a su exmarido, Bertín Osborne.
P.: En el libro cuentas que tus padres no tuvieron la reacción que esperabas cuando se enteraron del abuso, ¿cómo ha sido el proceso de reconciliarte con ellos?
F.M.: Todavía estoy en proceso de entender muchas cosas. Yo los quiero muchísimo y sigo sintiendo que ellos son mi responsabilidad, lo que es una relación un poco tóxica porque se han invertido los roles. Eso lo estamos sanando, tanto ellos como yo. Tampoco ellos lo han tenido fácil. Iniciar este proceso me ha permitido tomar conciencia de su infancia. Nos ha dado la oportunidad de reconciliarnos entre nosotros también, solo rompiendo el silencio y poniendo encima de la mesa el tema ya ha mejorado la comunicación. Antes todos lo evitábamos, no profundizabas en nada porque sabías que había una bomba de relojería que, en cualquier discusión, podía saltar y hacer salir los reproches. Yo no espero que me pidan perdón, solo espero que entiendan mi dolor y entiendan el por qué yo he sido como he sido muchas veces a lo largo de mi vida con ellos. Lo único que les pido es comprensión. Y el perdón debería ser al revés, yo perdonarles a ellos por no haber estado más pendiente de lo que me estaba pasando. Porque todos los niños cuando pasamos por eso damos señales.
P.: Les dedicas el libro a ellos y a tus hijos. No a Bertín. ¿Él tenía conocimiento de todo esto?
F.M.: Él sí era consciente. Cuando Bertín y yo empezamos una relación más seria, yo le expliqué lo que me había pasado. Pero es algo tan feo y tan doloroso, que la mayoría de la gente no sabe cómo manejarlo, entonces lo escuchan y bloquean. Nunca más volvimos a hablar del tema. Él nunca me juzgó, nunca indagó. Y no se lo dedico a Bertín porque no le debo mi vida. Obviamente es el padre de mis hijos y ocupa un lugar importante de mi vida, pero en mi persona no. ¿Por qué se lo dedico a mis padres? Porque ellos sí son una pieza fundamental en toda esta historia. Y creo que se lo merecen porque no es que no me hayan querido, es que no han sabido quererme mejor. El abuso empezó a los cinco años y mis padres no se dieron cuenta. Mis padres se enteran cuando yo ya no puedo más y lo verbalizo a otro familiar y ahí ya se sabe como la pólvora y ellos toman cartas en el asunto. Pero no hubo una denuncia.

Más unidos si cabe. Fabiola afirma que el hecho de hablar con su hijo menor del abuso que sufrió los ha acercado más todavía.
P.: ¿Cómo afectó eso a tu relación con los hombres?
F.M.: Pues en todo. Yo durante muchísimos años de mi vida he tenido relaciones en las que pensaba que el sexo era el amor. Tenía ese patrón aprendido desde la infancia. Yo no digo que no haya tenido a mi alrededor hombres que me hayan querido sanamente, pero es que no les he dado la oportunidad, porque yo creía que necesitaba otros hombres. Porque todo ese ocultar desarrolló mucha rabia interior, muchísima. De ahí que yo siempre haya dicho que tenía mucho carácter. Y esa rabia, incluso en algunos momentos se ha traducido en agresividad, y tampoco era sano. Yo he llegado a tener relaciones con unas dinámicas muy tóxicas, muy, muy tóxicas. Y lo único que puedo decir, y no os es ajeno, es que con Bertín tuve la relación más sana que pude tener en toda mi trayectoria. Con él no existían esas dinámicas tóxicas, él era familia, era lugar seguro y era hogar. Y por eso estuve tantos años con él. Con él aprendí que se podía vivir de otra manera, que las familias podían ser de otra forma.
P.: ¿Cómo has conseguido llegar al punto en el que estás ahora?
F.M.: Queriéndome. Respetándome. Yo me he separado de alguna pareja estando muy enganchada, pero me he priorizado. No es fácil priorizarte porque cuando pasas por un abuso sexual infantil tu amor propio se ve muy tocado. Y yo no sé cómo desarrollé darle la vuelta a eso. Pero me sirvió para sacar toda la rabia y fuerza. Ahora estoy en el punto en el que me quiero quizás más que nunca, me respeto, me siento orgullosa de cómo he ido resolviendo todas las situaciones a las que me enfrentaba y creo que a todo hay que darle un objetivo. Yo quiero utilizar el libro para ser un altavoz, para hacer seguimiento de familias que han pasado por esto y ayudarlos. O sea, que tengo todavía trabajito.

Y finaliza diciendo que a ella alzar la voz no le ha dado miedo: “No, porque este libro ha llegado en el momento en el que yo he estado preparada para ello, y ése es otro mensaje que lanzo a las víctimas de abuso infantil: ‘Nunca es tarde. De verdad que nunca lo es. Aunque estés muy viejita, libérate. Libérate’”. Fabiola Martínez, sin duda, ya lo está. Te descubrimos más historias de famosos que han pasado por una situación similar.
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