Manuel Díaz El Cordobés: "Mi mayor orgullo son los valores que tienen mis hijos"
El exdiestro Manuel Díaz El Cordobés es uno de los concursantes estrella de la quinta edición del exitoso programa de Antena 3 ‘El Desafío’, que promete más emoción que nunca

A sus 56 años, Manuel Díaz “El Cordobés” está participando en 'El Desafío'. A pesar de ser el mayor del grupo y de tener prótesis en ambas caderas, el ex diestro se ha dejado la piel para brillar en el programa y lograr su mayor objetivo: ser el orgullo de sus hijos.
"'El Desafío' para mí ha sido el regalo de mi vida. Yo siempre he puesto en riesgo mi vida, siempre he sido una persona muy activa, y de repente, cuando me dedicaba a otra cosa, apareció la oportunidad y fue un reto para intentar mejorar, intentar crecer”, nos contó Manuel Díaz El Cordobés.
También confesó que el programa producido por 7yAcción le ha ayudado física y emocionalmente: “Empecé las grabaciones y me vino muy bien para desconectar de todo ese tiempo que había estado sin mucho que hacer y de estar en el campo, y me venía todas las semanas a Madrid. De hecho, sigo haciéndolo, llevo ya más de un año viniendo todas las semanas a Madrid para trabajar en Ana Rosa y en ‘El Desafío’ y eso me ha dado vida, me ha mantenido más activo, me mantiene con ganas de hacer deporte, de verme bien”, confesó Manuel Díaz El Cordobés en una charla con nuestra revista del corazón Pronto.
Manuel Díaz “El Cordobés”: “Desde que nací he sufrido y luchado más que nadie”

PRONTO: ¡Estás estupendo!
MANUEL DÍAZ: Me mantengo viejoven, como digo yo, jaja. Y después de tener mis dos prótesis de cadera y verme en ‘El Desafío’ creo que es un mensaje para las personas que muchas veces ponen una excusa a cualquier cosa. Mis hijos me ven y me dicen: “Papá, eres un luchador, macho, te lo has currado. Tienes el cuerpo como lo tienes de golpes y ahí vas a que te tiren de alturas, a que te quemen”. Y es un mensaje muy bonito para ellos.
P.: ¿Hay pruebas que te han dado más miedo que enfrentarte a un toro?
M.D.: Sí, porque al final te sacan de tu zona de confort y tienes miedo escénico porque haces las pruebas delante de mucho público allí. Se graba con público y hay una responsabilidad de que salga bien porque hay mucha gente detrás y no quieres liarla.

P.: Manuel, tu vida sí que ha sido un desafío, sin lugar a dudas.
M.D.: Buah. En la apnea, el entrenador me dijo: “Ésta es una prueba que solamente se gana sufriendo y luchando”. Y le dije: “¡Pues has dado con la persona ideal, porque desde que nací he sufrido y he luchado más que nadie!”. Eso yo lo tengo en mi ADN.
P.: Pero eso te ha convertido en la persona que hoy eres, con tan grandes valores y tanta fortaleza.
M.D.: Estoy feliz. Cuando yo miro mi vida ahora mismo y analizo mi camino, hay una cosa que me tiene loco y fascinado, y es ver los valores que tienen mis hijos. Eso es lo que a mí me tiene orgulloso y por lo que todo ha valido la pena. Porque yo veo a esos niños con esos valores y con ese respeto al prójimo, con esa empatía con la gente, siempre queriendo ayudar, siempre queriendo estar pendientes de las personas, agradecidos, digo: “Jolín, algo me ha salido bien”. Ahora mismo es el mayor orgullo que tengo. Luego tienen lo mismo que todos los jóvenes: los amores, los desamores, las cosas que te pasan en la vida, que no les salga bien un examen…

P.: Sufrirás tú muchísimo con ellos…
M.D.: Sufre más Virginia, porque ella es muy madre…
P.: Muy mamá gallina.
M.D.: Sí, sí. Ahora está muy preocupada por el niño, por qué comerá…
P.: Porque sigue en Madrid estudiando.
M.D.: Sí. Y Triana cuando acabe este año el instituto seguramente también vendrá a Madrid porque quiere hacer Psicología.
P.: ¿Y cómo vais a llevar ese nido absolutamente vacío?
M.D.: ¡Pues iremos detrás de ellos, qué le vamos a hacer! Iremos detrás con la maleta. Virginia me ha dicho: “ Una temporadita en Madrid, ¿tú cómo la ves?”, y yo le digo: “Hombre, mientras yo tenga trabajo y esté ocupado en Madrid, yo feliz”. Me tocará hacer la maleta y tirar detrás de ellos, seguro, y más de la niña. Porque en el fondo somos personas de mucha intensidad de cariño, somos muy piña. Y yo les doy consejos sin ser pesado, pero Virginia sufre mucho. Fíjate, ahora se le va la madre que ha estado tres meses con nosotros y se vuelve a Venezuela, mi suegra; Manu vuelve a la universidad, así que ahora me esperan dos semanas en las que yo voy a ser un pañuelito de lágrimas.
Pasó parte de las Navidades con su padre y parte con su madre, que está más recuperada

P.: ¿Cómo está tu madre, Manuel?
M.D.: Ya mejorcita. Es una campeona.
P.: ¿La tienes en casa?
M.D.: Está en su casa, vive al lado en el campo, pero hemos pasado las Navidades juntos todos. Fui a ver a mi padre en unas fechas de Navidad y otras las pasé en casa con mi madre. Nochebuena estuve con ella y con mis hermanos, que vinieron; el 31 con unos amigos y Reyes con mi madre también.
P.: ¿Qué esperas de este 2025?
M.D.: Mi propósito es el crecimiento personal, seguir mejorando cosas que uno tiene ahí. Creo que es bonito. Estoy ahora mismo con muchos proyectos de televisión. Me han ofrecido participar en concursos y también una cosa en canal Sur que puede ser que lo haga. En el tema del campo, estoy ahora mismo creciendo con las ganaderías y el tema de la carne y con la energía.

P.: ¿Qué tal con Ana Rosa? ¿Te sientes a gusto?
M.D.: Bien, muy bien. Ana Rosa es fantástica, la gente me quiere un montón, mis compañeros me aconsejan y no es fácil, porque en una mesa de debate, se habla de todo un poco y yo respeto mucho a las personas y su privacidad. Pero vas aprendiendo. Y me gusta dar mi opinión para poder influir en gente y cuando puedo ayudar a personas que con un comentario, se sienten fortalecidos y se sienten aliviados. Y eso a mí me gusta mucho. Porque hay personas que lo están pasando mal, y es el poder decirles: tranquilo, que hay gente que está contigo.
P.: ¿Sigues también con tu empresa de energía eléctrica?
M.D.: Sí, ahí sigo. Aunque ya sabes que a mí me sacaron el lío ese de la inmobiliaria, que me sacaron 27 pisos y la que se formó
P.: No estás en quiebra, ¿no?
M.D.: No, gracias a Dios, no. Y te voy a decir una cosa: porque una persona quiebre no quiere decir que a ti te vaya a ir mejor. Y a mí esto me parece una chorrada, pero me molestó que mucha gente se hizo eco de esto.
P.: ¿Qué tal tus caderas?
M.D.: Perfectas, corro como nunca. Me encuentro muy bien físicamente, Gracias a Dios estamos todos sanos: Virginia, mis hijos… Virginia está espectacular, entrena mucho más. Ahora me ha reñido y me ha dicho que tengo que salir a entrenar con ella. Pero estoy muy feliz.