Michael Landon: se cumplen 30 años de la muerte del inolvidable padre de "La casa de la pradera"

Eugene Maurice Orowitz, que se haría famoso con el nombre artístico de Michael Landon, nació el 31 de octubre de 1936 en Nueva York (EEUU). Su padre fue un publicista judío, llamado Eli Orowitz, y su madre, una frustrada actriz irlandesa, Peggy O’Neill, que padecía trastornos psicológicos que la llevaron a protagonizar varios intentos de suicidio. Los desórdenes emocionales de Peggy, que le hacían enfadarse con facilidad y desatender a su hijo, marcaron profundamente la infancia del pequeño Eugene. "Pasaron años hasta que me di cuenta de que las otras madres no metían su cabeza en el horno, como había hecho la mía", declararía Landon más adelante. 

Seguramente, a causa de la frágil estabilidad emocional que existía en su hogar, desde muy pequeño, el futuro actor sufrió enuresis, una enfermedad que le hacía orinarse por la noche y que perduró en él hasta los 15 años. Su madre ni lo comprendía ni lo toleraba y para castigarlo colgaba a la vista de todos los vecinos, cada mañana, las sábanas, mientras gritaba que su hijo era "un bebé que debía usar pañales".

Insultado por ser judi?o

La adolescencia de Eugene no fue mejor que su infancia, pues fue víctima del antisemitismo y era habitual que sus compañeros de clase lo insultaran llamándole "bastardo judío". Para colmo de males, cuando tenía 16 años sufrió un accidente en una carrera de motos y los cirujanos tuvieron que reconstruirle casi por completo la cara.

Pero como Dios aprieta pero no ahoga, al poco tiempo, el deporte le brindó una nueva oportunidad. Eugene era muy bueno en lanzamiento de jabalina y batió el récord de su instituto en esta disciplina. 

Esa hazaña cambió su vida, pues gracias a su talento deportivo, consiguió una beca que le permitió estudiar en la Universidad de Southern California, en Los Ángeles. Lejos de sus padres y de los conflictos con sus compañeros de clase, encontró la felicidad en el deporte y en la vida universitaria, si bien ésta fue efímera por culpa de una caída que le causó una lesión en el brazo, que pondría el punto final a su carrera antes de lo previsto.

Por suerte, cuando tuvo que despedirse del deporte ya había encontrado su verdadera vocación: el cine. Aunque se ganaba la vida trabajando en una estación de servicio y en un almacén, a los 20 años empezó a hacer pequeñas apariciones en películas y eso le despertó el gusanillo de la interpretación. Fue entonces cuando, a pesar de su juventud, se casó con Dodie Levy Frasier, una mujer ocho años mayor que él, con la que adoptó a dos hijos, Mark (que falleció en el 2009) y Josh. Conforme su familia iba creciendo, él se volcaba en buscar trabajos relacionados con el séptimo arte, una industria en la que su nombre no gustaba demasiado, así que decidió ponerse uno nuevo. ¿Y cómo lo hizo? Sencillo. Abrió el listín telefónico al azar, sus ojos dieron con el de Michael Landon y se lo quedó.

"Bonanza" le abrio? las puertas a la fama

Como cualquier actor primerizo, empezó haciendo anuncios para la TV y papeles secundarios en el cine, pero en 1959, el productor David Dortort se fijó en él y lo eligió para protagonizar un "western" que acabaría siendo su auténtica autopista... hacia la fama. Se trataba de "Bonanza", una ficción dramática, que explicaba las aventuras y desventuras de un padre viudo y de sus tres hijos. A Michael le tocó interpretar al pequeño, Joe Cartwright, un joven rebelde y romántico, aficionado al póker y a las mujeres, que pasaría a la historia por lucir un atractivo "look" vaquero. Y Michael supo potenciarlo, poniéndose alzas en las botas para ganar centímetros y acabar de conquistar y enloquecer a su incipiente ejército de fans. 

Pero situarse delante de la cámara no era lo único que le interesaba. Durante ese rodaje, el neoyorquino mostró un gran interés por aprender más acerca de esa industria y el trabajo de los guionistas y los directores. Tras aportar sus propias ideas a las tramas, acabó dirigiendo algunos de los últimos capítulos de la serie. "Bonanza" estuvo 14 años en antena, un período muy largo, en el que Michael tuvo tiempo, en lo personal, de separarse de Dodie y casarse con su segunda mujer, Marjorie Lynn Noe, con la que tuvo cinco hijos, Cheryl, Leslie, Michael, Shawna y Christopher.

Si bien "Bonanza" le aportó fama y muchísimo dinero, la presión de la popularidad le empujó a engancharse al alcohol y a los tranquilizantes, dos adicciones con las que tuvo que lidiar durante años.

Finalizada la serie, Landon tuvo claro que sus pasos artísticos combinarían la interpretación con la creación y la dirección. Y así llegó el segundo gran éxito de su carrera, una serie que todos recordamos aún con gran cariño: "La casa de la pradera". 

Creada, escrita, dirigida y protagonizada por Michael, arrancó en 1974 y el actor se metió en el bolsillo a la audiencia gracias al personaje de Charles Ingalls, un padre de familia perfecto, romántico y con sólidos principios en los tiempos de la conquista del Oeste.

Cuidaba mucho su imagen y se ten?i?a el pelo

En la serie, además, sacó más partido aún de su imagen y, a menudo, salía con el torso desnudo haciendo gala de una sensualidad que traspasaba la pantalla. Hombre presumido, se cuidaba mucho e incluso recurrió a los tintes para ocultar sus canas.

Sus armas de seducción también surtieron efecto en el plató de rodaje y se enamoró de una maquilladora, Cindy Clerico, 20 años más joven que él y por la que dejó a su segunda esposa, provocando una tormenta que precipitó el final de la serie. "La casa de la pradera" duró 9 años y acabó casi como la vida personal de Michael, en llamas. 

De hecho, Landon y Cindy se casaron –juntos tendrían dos hijos más, Jennifer y Sean– en medio de un escándalo, durante el cual salió a la luz que el divorcio de Lynn le había costado la friolera de 26 millones de dólares, además de su mansión de 35 habitaciones de Beverly Hills.

Para limpiar su imagen, volvió a la tele con un proyecto creado por él mismo, "Autopista hacia el cielo", en el que tenía un papel absolutamente celestial y bondadoso, ya que daba vida a Jonathan Smith, un ángel guardián que conquistó a las audiencias de varios países.

Un fulminante ca?ncer de pa?ncreas

Landon pasó los últimos años de su vida volcado en su profesión y en sus nueve hijos, pero también dedicándose a sus aficiones, como la pesca y el golf. Asumió con naturalidad la homosexualidad de su hijo Christopher y vivió feliz hasta que, en abril de 1991, le detectaron un cáncer de páncreas. Aunque él mismo confesó que a lo largo de su vida había bebido y fumado más de la cuenta, y que tampoco cuidó demasiado su alimentación, siempre tuvo la sospecha de que su enfermedad estaba relacionada con "La casa de la pradera", que se rodó muy cerca de una zona nuclear. Tras ser operado de un coágulo de sangre en la pierna, que lo tuvo al borde de la muerte, falleció el 1 de julio, a los 54 años de edad.