Fue una casa de casi 800 metros cuadrados, elegida por unos enamorados Isabel Pantoja y Julián Muñoz para convertirla en su refugio particular. Ahora, no sólo no queda ni rastro del profundo amor que se profesaba la pareja, sino que también ha sido borrado de la faz de la tierra el chalet Mi Gitana, en el que vivieron sus mejores años juntos, pero también el principio del fin de su relación. El actual propietario de la finca, que la adquirió en el 2015, dio orden de derribar la vivienda.