Alba es una niña feliz. Tiene una familia maravillosa que forman su padre, Luca Trapanese, y ella. Y, aunque a lo mejor no lo recuerda, le ha costado mucho, porque, desde que nació, con síndrome de Down, su vida ha estado llena de rechazos y abandonos.
A la pequeña la abandonaron nada más nacer y la dieron en adopción, pero fue rechazada más de 20 veces. Afortunadamente, se topó con este italiano de 41 años, gay y católico que quería ser padre
«Cuando la tuve en mis brazos me llené de júbilo. Sentí que era mi hija inmediatamente. Supe que estaba listo para ser su padre», recuerda Luca, que ha explicado su emotiva historia en el libro «Nata per te» (Nacida para ti).
Él tampoco lo ha tenido nada fácil, porque se planteó la adopción cuando vivía en pareja, pero aquella relación terminó hace años. «Fue muy difícil, porque yo aún quería ser padre y, en Italia, los solteros no podían adoptar entonces. Después, afortunadamente, las cosas cambiaron y, a inicios del 2017, pude ofrecerme para adoptar», afirma.
El italiano revela que le dijeron que «sólo me darían niños con enfermedades, discapacidades severas o problemas de comportamiento, un niño que hubiera sido rechazado por todas las familias tradicionales. Yo estuve completamente de acuerdo. Gracias a mi experiencia personal, sabía que tenía los recursos necesarios para lidiar con los problemas que tuviera». Ahora, Luca y Alba son una bonita familia.