Abuelos y nietos: un vínculo que alarga la vida
Se ha demostrado que cuidar a los nietos incrementa la longevidad y mejora la agilidad mental de las personas mayores. Juan López Doblas, sociólogo, nos explica lo que significa ser abuelo en el 2025 y por qué se producen estos grandes beneficios

En nuestro país, un 35% de personas con más de 65 años cuida a sus nietos varios días a la semana, algo que, según los estudios, aumenta su esperanza de vida. Los abuelos cuidadores registran un 37% más de probabilidades de vivir más años que aquellos que no lo son.
También obtienen mejores resultados en las pruebas cognitivas y se ha visto que las abuelas que desempeñan esta labor –siempre que no conlleve estrés– presentan mejor salud que las que no la realizan.
"Mantener un estrecho contacto con los nietos cura muchos males. Estar con ellos es un bálsamo a nivel mental y emocional. Cuidar a los nietos es la mejor vacuna contra el aislamiento, la epidemia actual entre la gente mayor", afirma Juan López Doblas, profesor de sociología y experto en envejecimiento y familia.
"Los nietos son fuente de optimismo, juventud y juego"

Juan López Doblas, profesor de Sociología especializado en la vejez en la Universidad de Granada
PRONTO: ¿Por qué cuidar a los nietos alarga la vida de los abuelos?
JUAN LÓPEZ DOBLAS: Los nietos son fuente de optimismo, juventud, juego, y ayudar a los padres a cuidarlos les hace sentir útiles, lo que es muy beneficioso a estas edades. Además, los nietos proporcionan a la gente mayor un sentimiento de pertenencia que los ancla a la familia y les hace salir de casa, moverse y establecer nuevas relaciones. Al llevar a los niños al colegio, los abuelos conocen a otros padres, a otros abuelos y a los profesores, lo que les mantiene atados a la realidad y activos a nivel físico, mental y emocional.
Disfrutar de una buena cadena de solidaridad

P.: ¿Los abuelos que cuidan a los nietos tienen más autoestima?
J. L. D.: Sí, porque se sienten más jóvenes. En cierta medida es como si volvieran a ejercer de padres o de madres, pero, sobre todo, poder convertirse en un apoyo para sus hijos los llena de orgullo. Saben que su esfuerzo representa un bien para su familia y esto mejora su salud mental.
P.: ¿Los nietos dan más sentido a la vida?
J. L. D.: La idea de trascendencia que transmite su presencia resulta también muy sanadora. Pero, desde mi punto de vista, lo mejor de todo es que los abuelos cuidadores suelen gozar de una cadena de solidaridad familiar. Se sienten respaldados por la familia a la que unas veces sirven de apoyo y en otras lo reciben, o incluso las dos cosas a la vez. Por ejemplo, el abuelo lleva a los niños al colegio para ayudar a sus hijos y, a cambio, estos le hacen una gestión o lo acompañan al médico. En una sociedad tan individualista como la nuestra, esto les genera un gran bienestar. Por otra parte, los nietos intensifican el diálogo entre padres e hijos, lo que mejora esta relación.
La riqueza de los momentos compartidos

P.: Parece que se tiende a tirar más de la abuela materna que de la paterna.
J. L. D.: Lo que más determina la relación entre nietos y abuelos es la cercanía geográfica, recurres al abuelo que tienes más cerca. Pero, efectivamente, según los estudios españoles e internacionales, las madres y las abuelas maternas suelen disfrutar de una mejor comunicación afectiva y emocional y hay factores de género que las unen. Las hijas llaman con más frecuencia a sus padres que los hijos.
P.: ¿Cuando un hombre es abuelo suele cuidar más a sus nietos que lo que cuidó a sus hijos?
J. L. D.: En este punto hay mucha diversidad. Hay abuelos que nunca se han ocupado de los hijos y mucho menos lo hacen de sus nietos y otros que, en cambio, se desviven por ellos y no siempre hicieron lo mismo como padres. Antes muchos hombres presumían de no saber ni freír un huevo, ahora la tendencia es que cada vez sean más los que entran en la cocina, les guste hacerlo, se comunican con los nietos, juegan con ellos y los cuidan. Afortunadamente, las cosas han evolucionado mucho.

P.: ¿Qué recibe el nieto del abuelo?
J. L. D.: Si hablamos de un nieto mayor, que se va a casar o quiere comprar una casa, el abuelo es el primero en regalarle dinero para que pueda hacerlo. La gente mayor es muy sensible a las dificultades de inserción laboral o de acceso a la vivienda que sufren los jóvenes de hoy. Si el nieto es pequeño, el abuelo se convierte en la figura que le da seguridad, porque lo cuida cuando no están sus padres y a la que prefiere antes que quedarse en la guardería o con un extraño.
P.: Los niños que pasan tiempo con sus abuelos tienen un nivel de lenguaje más elevado y un mayor desarrollo cognitivo para su edad que los que no.
J. L. D.: ¡Claro! Estar con el abuelo significa charla segura. Los abuelos son muy dados a hablar para transmitir a los nietos su visión de la vida, explicarles su infancia, cómo eran sus propios abuelos, etc. A su lado, los caminos al colegio nunca se hacen en silencio, lo que supone un buen ejercicio mental para los niños y para los adultos. Se produce una transmisión del conocimiento familiar.

P.: ¿Qué diría a abuelos y nietos?
J. L. D.: Les diría que aprovechen lo más que puedan el tiempo que pasan juntos. Pero esto los abuelos, que son muy conscientes de lo rápido que pasa la vida, ya lo saben y lo hacen. Sin embargo, los nietos no siempre dan tanta importancia a los momentos compartidos con los abuelos y después los echan de menos. También sería importante que la sociedad facilitara el acceso a la tecnología y los dispositivos electrónicos a las personas mayores para estrechar aún más el vínculo entre abuelos y nietos cuando viven lejos los unos de los otros.
Más allá de la imagen idílica

El sociólogo Juan López Doblas señala que la sociedad española ha experimentado más cambios en los últimos veinte años que en los últimos siglos, de manera que la relación de abuelos y nietos se ha modificado por completo. "La mayoría ya no son como la abuela Herminia de la serie 'Cuéntame', que vivía en casa y no se perdía una. Esta imagen idílica en la que nietos y abuelos se ven a diario está muy lejos de la realidad. Hay matrimonios rotos que usan los hijos como arma arrojadiza y por esta causa los abuelos se ven privados de sus nietos. Vemos hombres que se divorciaron con 30 años y ahora tienen 80, que se han distanciado tanto de sus hijos que ni siquiera saben que son abuelos. Los nietos nacen en parejas multiculturales, parejas del mismo sexo...", dice el profesor.
El curso de la vida

También el paso del tiempo transforma este vínculo tan importante. "Si eres abuelo con 65 años, te comportas como si volvieras a ser padre. Pero a los 80 años, cuando tu nieto ya es universitario, la relación ya no es igual, y esto es lo que más se ve en la actualidad, porque nacen pocos niños y la gente vive más tiempo. La relación entre abuelos y nietos está muy lejos de ser un retrato fijo", asegura el experto.