17 años después de su muerte a los 71 años, Margarita de Inglaterra vuelve a los titulares, especialmente, por el retrato que han hecho de ella los guionistas de la exitosa serie «The Crown».
En sus primeras dos temporadas, la hermana de Isabel II es descrita como una princesa frustrada por saberse toda una estrella «royal» que debe permanecer a la sombra de una hermana mayor que, aunque acapara toda la atención, preferiría ser invisible; pero también a una mujer muy desdichada en el amor, aunque frívola, juerguista y caprichosa. En la tercera temporada que ya prepara Netflix, se prevé que se mostrará a una Margarita confinada en un matrimonio infeliz donde las infidelidades por ambas partes estaban a la orden del día; que se iba de juerga con Mick Jagger a Mustique; que mantenía una relación con el jovencísimo Roddy Llewellyn...
Su hijo, David Linley, conde de Snowdon, que se ha mantenido siempre en un discretísimo tercer plano, ha dicho basta a esos rumores y, como él mismo ha revelado, publicará un libro para explicar que «mi madre fue mucho más que esa mujer a la que sólo le interesaban las fiestas. Dedicó gran parte de su tiempo a la promoción de las artes y a sus deberes en nombre de la reina».
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