Vista general de la casa del artista en Miami.
Con tres décadas de carrera artística a sus espaldas y cumplidos los 50 años de vida, puede decirse que Alejandro Sanz está en la cima de su éxito profesional: es uno de los artistas hispanos más importantes del planeta, agota entradas en sus conciertos y vende discos como rosquillas. Hace pocos días, le veíamos celebrar la mayoría de edad de su hija Manuela con alegría... Y, sin embargo, en uno de sus momentos profesionales más dulces y tras haber conquistado el mundo con su música, el cantante madrileño se enfrenta estos días a dos divorcios que podrían pasarle una importante factura anímica y económica.
Hablamos, por un lado, de la separación de su esposa, que le conllevará un reparto económico de su fortuna, y por otro, del «divorcio» profesional de su mánager de toda la vida, la chilena Rosa Lagarrigue, que le pide 9 millones de euros en los tribunales. Este caso empezó en mayo del 2016, cuando al despacho de Lagarrigue llegó un escrito del administrador de Sanz comunicándole que rompía el contrato que le unía con ellos hasta este 2019. «Sé que mucha gente piensa que él me ha demandado a mí, pero no. He sido yo, y eso es lo más triste que he hecho en toda mi vida profesional», explicó ella hace unos meses en una entrevista.
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