Isabel Pantoja y Julián Muñoz: todo sobre su guerra abierta

Veinte años han pasado, casi, desde que una llamativa pareja, formada por Isabel Pantoja y Julián Muño irrumpió en el papel cuché para regalarnos momentos que forman parte de los anales de la historia de la prensa rosa.

Porque, quién no recuerda aquel célebre comentario mordaz y provocador de la tonadillera más famosa, el de "dientes, dientes, que es lo que les jode", dirigido a los fotógrafos mientras paseaba su amor con el alcalde de Marbella por la calle por las calles de Marbella.

Y qué decir de su bucólico paseo en carreta, en el Rocío del 2003, extasiados por un romance inmenso, que parecía infinito, pero que acabó en el 2009, siendo tan tóxico y destructivo como un veneno.

Su descenso a los infiernos

Nadie imaginaba entonces que esos dos emperadores, amos y señores de Marbella, acabarían engullidos por un torbellino de amor y desamor, ambición, poder y corrupción, que les haría descender hasta el mismísimo infierno.

Primero fue su descalabro amoroso y una amarga ruptura, y después, su ingreso en la cárcel tras ser condenados por la operación Malaya, una trama de corrupción urbanística que dejó un agujero negro en el Ayuntamiento de Marbella y en la que estuvieron implicados mientras su relación amorosa se iba cociendo y ellos se sentían tan seguros y poderosos que pensaban, cegados de amor y de ambición, que nunca les iban a coger.

Pero, sí, cayeron en desgracia, y su historia, más bien culebrón, acabó diluyéndose hasta quedar convertida en una sombra. Sin embargo, la fuerza de estos dos personajes ha sido suficiente para que a lo largo de estos 20 años hayan seguido despertando interés.

A Pantoja y a Julián o se les odia o se les ama, pero no dejan a nadie indiferente. Y, ahora, una docuserie, "No es la hora de la venganza, es la hora de la verdad”, y también el destino, que curiosamente no está tratando bien ni al uno ni a la otra (cuestión de karma, dirían algunos), han vuelto a ponerlos de actualidad.

"Lo único que le da pánico a Isabel es encontrarse sin dinero"

Que Isabel Pantoja atraviesa un mal momento es un secreto a voces. Tiene motivos, vamos. Primero, porque estas semanas los nervios han podido con ella por culpa de la emisión de "No es la hora de la venganza, es la hora de la verdad".

En esta serie de Telecinco Julián Muñoz, entrevistado por Paloma García Pelayo, resucita a los fantasmas del pasado y habla, entre otras cosas, de su relación con ella de forma clara y tajante y nos deja increíbles perlas.

"Me arrepiento de mi relación con Isabel. Me salió muy cara. Ahora no me habría separado de Mayte (su esposa de 1974 al 2003), fui un descerebrado. Lo reconozco rotundamente, yo estaba con las dos y me resulta doloroso y poco agradable recordar la poca vergüenza mía de haber consentido que todo eso pasara", ha confesado el expolítico. 

Pero es que, como comenta en la entrevista, se creía "el rey del mambo por estar con la tonadillera más importante. Lo mío con Isabel fue un calentón. Durante el primer año sentí esa nebulosa de amor y poder. Y quizás ella se enamoró de mi poder y yo de la parafernalia".

Julián Muñoz arremete contra importantes personajes

Aparte de entonar este "mea culpa", no se dejen engañar, que Julián lanza la artillería pesada contra varios personajes, algunos de la política, como Jesús Gil, al que tilda de "cobarde y traidor", y también, cómo no, contra Isabel, una mujer a la que amó hasta el delirio.

"Ella me dejó de querer cuando se me acabó el dinero, porque quiere una forma de vida donde no tenga carencias. A esta mujer, lo único que le da pánico en la vida es encontrarse con que no tiene. La distancia más corta entre el dinero e Isabel Pantoja es que alguien se lo deje", cuenta Julián.

Muñoz también reconoce que la cantante para él fue "más que una obsesión, una adicción. Y esa adicción acabó destruyéndome. Era como si tuviera una caja metida en la cabeza y lo único que yo veía era Pantoja, Pantoja, Pantoja...".

Detalles sobre su vida sexual con Isabel Pantoja

No es la primera vez que Julián habla de su historia de amor con la dueña de Cantora. Después de su ruptura en el 2009 no se cortó un pelo al explicar en el libro "La cruda verdad" (Edaf), que, en la intimidad de la alcoba, Isabel era una mujer muy ardiente y alardeó de que lo hacían "muy bien y a menudo".

También recordaba su primera experiencia sexual asegurando que "fue un encuentro muy tierno, dulce y sensual. No fue un encuentro loco, sino recreándonos el uno en el otro. Había mucha carga erótica, mucha atracción física".

La emisión de la docuserie de Telecinco sobre Julián Muñoz, un auténtico ajuste de cuentas, supone un mal trago para Isabel, que está viviendo sus momentos más bajos. De hecho, a raíz de saberse que su expareja iba a explicar toda su historia en la televisión, la artista sucumbió y, supuestamente, el primer fin de semana de enero, sufrió una crisis de ansiedad mientras estaba en Cantora, que encendió todas las alarmas.

"Algo lo suficientemente serio como para que no esté sola"

Isabel Rábago, en el programa "Viva la vida", aseguró que ese percance con su salud podría ser algo más grave. "Isabel no ha tenido un ataque de ansiedad, ha tenido algo lo suficientemente serio como para que no esté ni un minuto sola en Cantora", sentenció.

Luis Rollán también ha comentado estos días el episodio vivido por la Pantoja y explicó que había hablado con una persona muy allegada a la familia que le confirmó que Isabel "no está bien, que está muy tocada, que está muy jodida".

Y para corroborar esta apreciación, añadió: "Yo sé que ha tocado fondo y ha subido, pero ahora entre lo de su madre, el reencuentro con Kiko y lo de Julián Muñoz…".

Ante estos rumores acerca del estado de la madre de Kiko Rivera, Emma García recurrió al novio de Isa Pi –estaba en plató porque la hija de la Pantoja no pudo asistir– para preguntarle si podía aclarar alguna cosa al respecto. "No está en buena situación, pero tampoco es tanto como pintan", dijo Asraf Beno.

"Se encuentra en un momento delicado, pero Isa ha hablado con ella. Está todo controlado, aunque no está bien del todo", concluyó el joven.

A Isa P no le gusta que Julián Muñoz remueva el pasado

Días después, Isa P, que se estrenó como colaboradora en el espacio "Ya son las ocho" (Telecinco), puso su granito de arena en toda esta historia y quiso hablar de la docuserie de Julián Muñoz y de cómo se siente ante las consecuencias que ya está teniendo.

"Al principio, cuando lo vi, me sentó un poco mal. Remover esto, que ha sido un proceso doloroso para mi madre y que aún no ha superado, pues no me gusta. No le va a hacer ningún bien por cómo se encuentra ahora de salud", declaró.

"Yo a Julián Muñoz lo conocí hace muchos años. No sé hasta qué punto ha llegado ahora y cuánto ha podido cambiar como persona", afirmaba la colaboradora, que ha reconocido que el exalcalde de Marbella "fue una figura paterna para mí y siempre se portó bien conmigo".

Destrozada tras la muerte de su madre

Esta docuserie y el supuesto ataque de ansiedad no son los únicos problemas de Isabel. La tonadillera tiene el ánimo hundido y el alma poco enamorada y muy torturada también por otros motivos.

No olvidemos que, en octubre, la muerte de su madre, doña Ana, la dejó muy tocada y, asimismo y, aunque entonces se apuntó a una posible reconciliación con su hijo Kiko, la frialdad entre ambos continúa sin que se vea en el horizonte la posibilidad de un acercamiento.

Ha vendido su ático de Fuengirola

Y si el terreno emocional está poco claro, a nivel profesional y económico, las cosas tampoco pintan bien para la artista, que, por la pandemia, tuvo que cancelar en dos ocasiones su regreso a los escenarios con la gira "Enamórate".

Además, Telecinco no ha contado con ella para hacer de jurado en la nueva edición de "Idol Kids", que está previsto que empiece a emitirse pronto. En consecuencia, sigue asfixiada por unas deudas que tiene pendientes con bancos y con Hacienda –algunos medios dicen que son de 2,8 millones de euros– que le está costando saldar.

La única buena noticia para la tonadillera estos días es la venta de su ático en Fuengirola (Málaga), que le ha permitido ingresar la nada despreciable suma de 700.000 euros.

Si es cierto lo que Julián Muñoz ha dicho de ella acerca de su pasión por el vil metal, esta suma de dinero la tendrá contenta, porque, además, como el piso no estaba a su nombre, sino al de la empresa Pantomar, ni el fisco ni los bancos pueden quitarle ni un euro.

Si Isabel está atravesando un desierto de tristezas, Julián Muñoz, de 74 años, no vive una situación mejor. Por un lado están sus graves problemas de salud, que hicieron que la Audiencia Nacional accediera a que pasara el resto de su condena fuera de la cárcel.

"Tengo diabetes, todas las arterias tocadas, tuve dos infartos y un ictus. Llevo tres “stents” en la arteria coronaria y dos en las piernas", enumera el exedil, que tiene varias condenas por sus delitos que, en total suman 20 años, de los que sólo ha cumplido cinco años y dos meses.

La prueba más dura para Julián Muñoz: el cáncer de su hija

Pero, en estos momentos, Julián siente que su estado de salud es algo secundario y sin importancia; una cuestión baladí, porque los hados le han puesto frente a un drama que ningún padre quiere vivir: el de la enfermedad de un hijo.

Y es que Elia, la hija de 40 años que tiene con Mayte Zaldívar, está luchando contra el cáncer que le han diagnosticado recientemente. Casada con Raúl Barriocanal, un empresario deportivo, desde hace 14 años, tiene una hija, Vega, que nació en el 2016.

Mayte explicó en "Sálvame" que ella y su exmarido están tremendamente preocupados, pero muy unidos. "Ahora mismo necesitamos un milagro del cielo en nuestra vida. Todo lo demás no importa nada", dijo, antes de reconocer que Julián, igual que ella, está destrozado y sólo piensa en apoyar a la joven.

Es cierto que padre e hija estuvieron sin hablarse seis años por culpa de las infidelidades y los escándalos de Julián a principios de los 2000, pero arreglaron sus diferencias cuando él les pidió perdón a ella y también a su hermana, Eloísa, que es fruto de una relación anterior de Mayte.

No hay que olvidar que Elia lo pasó muy mal cuando estalló la operación Malaya y sus padres entraron en prisión. Es una época que no le gusta recordar porque aún le duele.

El estrés que sufrió le causó una enfermedad que le hizo perder la vista temporalmente. "Nunca me imaginé que un virus se podía despertar y dejarte ciega", explicó en el 2018. Ahora, se enfrenta a una batalla más dura y lo hace con buen ánimo, ya que la detección ha sido temprana y ya han empezado a tratarla con quimioterapia.