Entrevista a Manuel Díaz El Cordobés: "A mi padre le deseo que sea todo lo feliz que pueda"
El torero ha anunciado recientemente su regreso a los ruedos
Feliz y emocionado. Así está Manuel Díaz El Cordobés desde que anunció su regreso a los ruedos, que tendrá lugar el próximo 3 de abril. En tu Revista Pronto hemos podido hablar con él sobre este momento tan importante de su vida, su familia y su padre. ¡No te pierdas la entrevista!
PRONTO: Vuelves en un momento muy duro.
MANUEL DÍAZ: Esta pandemia está siendo muy dura y esto es algo que nos va a marcar a todos, va a ser algo que recordaremos y le contaremos a nuestros nietos. Quiero mandar un abrazo a quienes lo están pasando mal, pero deseo que vuelva la ilusión, que vuelva la fe, la alegría. Estoy loco porque la gente me abrace. Sueño con salir de una plaza de toros y que pase como antes, donde la gente me agarraba del traje, de la manga. Yo sueño con eso, porque yo soy de contacto, como cuando toreo.
“Confío mucho en mí”
P.: ¿Qué sientes cuando piensas en ese próximo 3 de abril?
M.D.: Un cúmulo de emociones, porque ha habido días en los que me levantaba viéndolo todo negativo y negro y, al siguiente, me parecía todo brillante. Ha sido una lucha más, como otras tantas veces en mi vida. Pero confío mucho en mí. El doctor Cansino, que me operó en Sevilla en el 2018, hizo un trabajo espectacular y me dijo: “Tú confía. Si quieres, puedes”.
P.: Sin embargo, hubo momentos en los que llegaste a pensar que no podrías.
M.D.: Al principio no me lo planteaba porque era muy complicado, tenía una lesión grave. Piensa que, antes, en un día podía tomar corticoides, antiinflamatorios... Yo toreaba un tentadero y estaba tres días sin moverme, me tenía que infiltrar en las caderas en el hospital. Ahora no tengo ni medio dolor. Me ha cambiado la vida.
P.: Lo que no has aclarado es si la del 3 de abril será una corrida única o habrá más.
M.D.: A partir de hoy a mi apoderado le van a achicharrar el teléfono, pero soy muy consciente de la seriedad y el respeto hacia el público y la profesión. Si me veo con capacidad de seguir, seguiré. Y creo que hoy en día es necesario que toreros con tirón popular y carisma taquillero estemos de nuevo en la profesión para que se active.
“Queremos ser dos viejecitos andando por la playa de la mano”
P.: Virginia, como has dicho, ha sido fundamental para animarte en esta vuelta a los ruedos. Acabáis de celebrar 17 años de casados. ¿Cómo habéis logrado un matrimonio tan sólido?
M.D.: El secreto ni nosotros lo sabemos, quizá es que hay que seguir dándole a cada uno su espacio. Es un cómputo de amor, de respeto, de ilusión, de ver a la otra persona y tener ganas de seguir a su lado. Y eso hay que avivarlo cada día. Estamos orgullosos de lo que hemos creado. Ella apostó mucho por mí cuando decidió venir a España conmigo, lo ha dado todo por estar a mi lado, sería egoísta si no fuera consciente de ello. Lo que tenemos claro es que queremos ser dos viejecitos andando por la playa de la mano.
P.: ¿Cómo están tus hijos? ¿Manuel apunta maneras, le gustaría seguir tus pasos?
M.D.: No. Él tiene 16 años, es un chiquillo como los de ahora, con su música... Es muy deportista. Triana es muy linda, muy cariñosa, muy “osita”, y Alba es una niña muy buena también, está muy centrada y es muy independiente. He tenido mucha suerte, aprendo mucho de ellos. No siempre es fácil la convivencia, porque la adolescencia es una guerra constante, esas hormonas en mi casa están que se suben por las paredes y cualquier cosa les supone un ataque. A veces, uno piensa: “¿Lo estaré haciendo bien?”, pero cuando ves que ellos vienen a darte un abrazo y se reconfortan contigo, dices: “Esto va bien”.
P.: ¿Ves mucho a Alba?
M.D.: Sí, hacemos muchas videollamadas por la noche. En Navidad vinimos a Madrid a verla. Está loca con sus hermanos, Triana y ella no paran de hacer bailes, porque Alba tiene mucho de niña a pesar de ser un mujerón. Yo me meo de risa con ellas haciendo Tik Tok porque no me dejan salir.
P.: ¿Cómo capeas los amores de Alba?
M.D.: Hay que dejar que vivan el amor, es algo normal. Lo que siempre les he dicho a mis hijos es que, además de su padre, soy su amigo y que me tienen siempre para lo que necesiten, siempre voy a estar. Con ellos hablo de todo con naturalidad y les digo: “Enamórate, desenamórate, llora, ríe, úsame de pañuelo de lágrimas”. Es la vida.
“Creo que nunca se producirá un reencuentro con mi padre”
P.: Manuel, te quería preguntar por tu padre. ¿Ha habido algún gesto de acercamiento?
M.D.: No, de momento no ha habido nada. La cosa se quedó en “stand by”. Yo tenía esperanzas de que se podía haber arreglado cuando lo arreglamos con mi hermano Julio. Hace poco estuvimos juntos, hablamos mucho por teléfono y ahí estamos en contacto total, haciendo crecer el cariño y la amistad. Y con mi padre no era cuestión de pedirle que rectificara, lo hecho está hecho y, si estoy aquí, es porque él me engendró.
P.: Y por tu parte no hay rencor, siempre hablas con cariño de él y de ese futuro encuentro. Ojalá se produzca algún día.
M.D.: Creo que no se va a producir nunca. Ya lo he desestimado, y lo que más pena me da es que no haya podido conocer a sus nietos ni sus nietos a él.
P.: Pero es una pena porque tú has puesto mucho por tu parte.
M.D.: Hay que dejar que el tiempo corra. Le deseo que le vaya bien y que sea todo lo feliz que pueda. Yo soy feliz con lo que he creado, pero es una pena no haberlo podido compartir con él, quería que viera lo orgulloso que me he sentido de él siempre y lo que he creado gracias a pertenecer a la estirpe del Cordobés.