Nuestro colaborador, Jaime Peñafiel, nos ha confesado que tanto él como su mujer, Carmen Alonso, sufren coronavirus. A causa de ello, el veterano periodista, de 87 años, y su esposa, pensaban trasladarse a Madrid para se tratados del Covid-19.
En conversaciones con Peñafiel, nos ha manifestado que se encuentra bien, incluso ha preparado su habitual reportaje semanal con nuestra revista en la sección “Las verdades de Jaime Peñafiel”. De hecho, la semana que viene rendirá homenaje al marques de Griñón, padre de Tamara Falcó y hombre al que conocía bien, fallecido a causa de esta enfermedad.
En dicho reportaje, el veterano periodista, que colabora con nosotros desde junio de 2015, explica que él también ha contraído el coronavirus.
Jaime Peñafiel, un hombre muy familiar y comprometido con el periodismo
Jaime junto a su esposa, Carmen Alonso, en una imagen retrospectiva de 2018.
Parece un hombre al que no le perturba nada, pero Jaime PenÌafiel guarda en su interior una herida que, seguÌn eÌl, no podraÌ curarse en la vida: «La muerte de mi hija me dejoÌ una herida que no cicatrizaraÌ jamaÌs. Es el episodio maÌs triste de mi vida. La queriÌa mucho, y sobrevivir a una hija es lo maÌs duro que le puede ocurrir a un padre. Mi hija pasaba un drama muy fuerte, teniÌa una adiccioÌn y no pudo salir de ella a tiempo, y yo me di cuenta demasiado tarde como para poder ayudarla como hubiera querido».
Casado dos veces, hoy vive feliz junto a su segunda esposa, Carmen Alonso, ejecutiva de una multinacional alemana: «Nos casamos en Miami, Julio Iglesias fue nuestro padrino, y Luis MariÌa AnsoÌn actuoÌ como testigo. Tras conseguir la anulacioÌn de mi primer matrimonio, me caseÌ por la Iglesia con Carmen en 1984».
Jaime se considera, ante todo, «un hombre honesto. Lo he sido toda mi vida. Soy independiente, criÌtico, valoro la amistad y respeto, incluso, a las personas que no son dignas de ser respetadas. Me expreso por igual en la televisioÌn y en mi vida, y soy incapaz de insultar a alguien, pero siÌ critico cuando hace falta».
Sus criÌticas a la princesa Letizia le han traiÌdo alguÌn que otro «sobresalto». Cuenta que «un diÌa iba por la calle y una senÌora me dio un golpe violento en el hombro. Se paroÌ delante de miÌ y me dijo: “Mi familia no pertenece a la nobleza, pero, ¿por queÌ mi hija no puede ser princesa?”. Y otra persona me escribioÌ una carta descalificaÌndome por mi actitud ante la esposa del PriÌncipe. Pero lo que maÌs me duele es que muchas de las criÌticas vengan de companÌeros de profesioÌn, que piensan como yo, pero se manifiestan de forma diferente. Me preocupan los periodistas cortesanos, que son muchos. El peloteo, en cualquier lugar y situacioÌn, me molesta siempre».
Peñafiel, charlando distendidamente con los reyes eméritos, don Juan Carlos y Doña Sofía, en una fotografía de antaño.