Lara Álvarez, la presentadora que está de moda
La presentadora de Supervivientes asegura que el reality es "el formato de mi vida"
Si hay un programa que se ha erigido como el rey del entretenimiento en medio del confinamiento y en los primeros lances de la desescalada, ese es Supervivientes. El reality de supervivencia ha jalonado el top de las audiencias con su edición más extrema y la final superó el 34% arrasando con cerca de cuatro millones de espectadores de media. El éxito del formato no solo reside en el casting, en la propia convivencia con sus tiras y aflojas, también en la implicación de sus presentadores, y en el caso de Lara Álvarez, la presentadora de Supervivientes, es más que evidente su mimetización con el programa que le ha reportado más alegrías profesionales.
Antes de partir a Honduras, allá por mediados de febrero, la asturiana confesó a los medios sus deseos de partir cuánto antes al otro lado del charco. “Soy una fan total del concurso”, reveló en una entrevista a Pronto.es. Su vida acababa de dar un vuelco en lo personal, tras la confirmación de su ruptura con Andrés Velencoso. Esta vuelta al trabajo la centraría de nuevo en un proyecto apasionante, al que le debe su enorme popularidad en estos momentos. Ni siquiera las malas previsiones meteorológicas, que vaticinaban 10 grados menos, más humedad y muchas precipitaciones, desanimó a la asturiana.
Lara Álvarez, ‘Supervivientes’: su formato
Supervivientes es, con mucho, el espacio que más ha marcado su trayectoria profesional. La periodista se mueve como pez en el agua a 8.000 kilómetros de distancia y se ajusta a la perfección a su papel como co presentadora en primera línea de batalla.
A estas alturas, y después de cinco ediciones, es complicado visualizar una nueva entrega de la producción de Bulldog TV para Mediaset sin que aparezca el rostro de la gijonesa. “Supervivientes es el formato de mi vida por muchos motivos, no solo en lo profesional, por toda la experiencia laboral que aporta, ya que cada año es diferente. También en lo personal porque compartes mucho tiempo con un equipo que se convierte en tu familia y te da tiempo a conectar contigo misma”, señaló en un evento previo al arranque de la 13ª entrega en la cadena privada.
Esas ganas con las que partió se han reflejado en sus apariciones, sobre todo en una edición donde la preocupación por lo que sucedía en España alrededor de la pandemia podía desconcentrar y generar una enorme ansiedad en los participantes. Más empática que en entregas anteriores, Lara se ha acercado más a los concursantes para calmar los ánimos, aportar tranquilidad y confianza, sobre todo cuando la ansiedad hizo mella como en las crisis en pleno directo que sufrieron Fani y Rocío Flores.
‘Supervivientes’, Lara y Jorge Javier, un trío perfecto
La sintonía con Jorge Javier Vázquez es máxima, incluso mayor que con Jordi González y Carlos Sobera, sus otros partenaires desde el plató de Madrid (domingos y martes). La química con el catalán les permite vacilarse y gastarse bromas, un buen rollo que traspasa la pantalla y contribuye al ritmo de las galas, que en el caso de Supervivientes suelen alargarse más de tres horas.
Son el tándem perfecto para el entretenimiento en estos momentos, por eso ambos son los presentadores más relevantes en el grupo mediático líder en audiencia. Es más, desde su fichaje en 2015, primero como sustituta de Edurne en Todo va bien (Cuatro), además de ser una fija en Honduras, ha co presentado otros buques insignia de la cadena como Gran Hermano, Gran Hermano VIP y las Campanadas en dos ocasiones.
Gracias a ese tirón, los responsables de Mediaset la eligieron para compartir con Joaquín Prat el concurso internacional Juegos sin fronteras, un formato impulsado por la Unión Europea de Radiodifusión, que ha rescatado Mediaset Italia, pero que no ha calado en la audiencia del canal, obteniendo registros muy por debajo de los de la media de la cadena.
Lara Álvarez, premiada con las ‘Campanadas’
Pocos son los elegidos para despedir el año delante de las cámaras de televisión. Ese privilegio está reservado a los rostros más queridos, eso a los que siguen un millonario nicho de espectadores fieles. Lara Álvarez tiene el honor de haber sido parte de las Campanadas de Año Nuevo en dos ocasiones.
La primera fue en la bienvenida de 2017. Lara se tomó las uvas delante del reloj de la Puerta del Sol junto a los rostros del exitoso First Dates, Carlos Sobera, Lidia Torrent y Matías Roure. “Gracias por confiar en mí y dejarme vivir uno de los momentos más especiales de mi vida. La noche de ayer no se me olvidará nunca y ha sido un sueño cumplido. Gracias porque con vosotros estoy en CASA”, escribió en su cuenta de Instagram junto a una foto asomada al balcón de la emblemática plaza madrileña junto al titular de Tierra de nadie.
Fue muy aplaudida su elección de un diseño de Vicky Martín Berrocal, en rojo, un look que fue “amor a primera vista”, comentó. Ya en aquella ocasión fueron muchos los que compararon su estilo con el atrevido y sin complejos de Cristina Pedroche en Antena 3.
Lara jamás ha entrado al trapo de estas comparaciones y ha defendido siempre su “respeto absoluto” a sus compañeras de profesión, aunque no piense o vista como ellas. Un año después, cerca del mes de diciembre, Mediaset volvió a confiar el Lara Álvarez las Campanadas, esta vez junto a otro de los rostros más queridos, Jesús Calleja, y en San Llorenç des Cardassar, localidad mallorquina que sufrió enormes inundaciones en octubre de 2018, que acabaron con trece vidas perdidas.
La presentadora de moda dio la sorpresa al decantarse por un esmoquin de chaqueta azul metalizado y pantalones negros firmado por Juan Avellaneda, jurado de Cámbiame. Un estilo sobrio, sofisticado, que se ajustara como un guante al cuerpo de la presentadora y que remató con un corpiño de Andrés Sardá.
Esta trayectoria dentro de la cadena, que le ha hecho ganar popularidad y la empatía del público, ha repercutido en su caché, que habría aumentado ostensiblemente en consonancia con los registros de seguimiento de los espacios en los que participa. Además, es reclamo de grandes marcas y firmas que se la rifan porque sea parte de imagen o embajadora.