Mayra Gómez Kemp cumple 74 años. Así ha sido la vida de la popular presentadora
El Día de San Valentín cumple 74 años esta cubana criada en Puerto Rico, que empezó su carrera como modelo y cantante, pero que se hizo popular gracias al "Un, dos, tres... responda otra vez", probablemente el programa más famoso de nuestra televisión
Mayra Cristina Gómez Martínez Kemp Febles nació el 14 de febrero de 1948 en La Habana, Cuba. Fue la hija menor del escritor, actor y compositor Ramiro Gómez y la actriz Velia Martínez Febles, que ya tenía otra hija llamada Georgina.
Su infancia en Cuba fue feliz. Creció a orillas del mar y siempre iba al colegio con el biquini bajo la ropa para darse un baño después de clase. Niña de carácter dicharachero y muy movida, a los 2 años debutó como actriz junto a su madre, experiencia que repetiría a los 8.
Le gustaban mucho los deportes y, segura de sí misma, se enfrentaba a los chicos del colegio. "Ninguno se atrevía a tirarme del pelo porque se llevaba un porrazo".
Azafata de un programa cuando iba al colegio
Al triunfar la revolución del comandante Fidel Castro en 1960, su familia emigró con lo puesto a San Juan de Puerto Rico, donde vivieron tres años y medio con muchas dificultades que fueron sorteando. Su padre encontró trabajo en una agencia de publicidad y su madre alternaba su trabajo como actriz de televisión con un negocio de comidas a domicilio que Mayra repartía en coche. "Como no tenía la edad para conducir, opté por disfrazarme con un gran pañuelo cubriéndome la cabeza, labios pintados y unas gafas oscuras... Los guardias debían de tomarme por una conductora veterana y expertísima", ha contado.
La casualidad quiso que un ejecutivo americano que buscaba modelos se fijara en Mayra, ofreciéndole un trabajo como azafata en el programa "Aeropuerto internacional" de la televisión puertorriqueña, que se convirtió en su bautismo televisivo.
Así, con tan sólo 13 años, salía en pantalla los domingos con falda de tubo, tacones altos, moño y muy maquillada... y los lunes volvía a ser la niña que vestía el uniforme escolar de las Teresianas, con calcetines blancos y la cara lavada. Fue una experiencia que aún recuerda con nostalgia.
A los 14 años conoció a su primer novio, Juan Mejías, un joven dos años mayor que ella, muy simpático y divertido, pero con el que el noviazgo no prosperó porque, a los dos meses, Mayra cortó con él porque era muy celoso.
Estudiante de Filosofía y Letras en Florida
Al acabar el bachiller, las monjitas le ofrecieron una beca para estudiar en la universidad privada y católica Mary Mount College, pero lo descartó porque era un colegio muy caro y la beca no cubría todos los gastos.
En 1964, sus padres consiguieron trabajo en una televisión venezolana y se marcharon a Caracas. Su hija Georgina se fue con ellos, pero ella decidió instalarse en Tampa (Florida), donde vivía su abuela materna. Allí se matriculó en la facultad de Filosofía y Letras. Sin embargo, su padre la animó a que estudiara Periodismo, carrera a la que le veía más futuro.
Al año siguiente, se trasladó a la universidad de Miami, donde sufragó sus gastos como traductora porque hablaba inglés perfectamente. También anunció productos en diarios y revistas y ejerció como secretaria de un cardiólogo. En aquellos años, Mayra se metió en uno de los líos más grandes de su vida cuando publicó en el periódico universitario un editorial a favor de los negros, víctimas entonces todavía de un racismo atroz. Empezaron a llamarla "loca hispana" y, aunque sus padres temieron por su vida, no pasó nada.
Fuera de las aulas, a Mayra le seguía atrayendo el mundo del espectáculo y, gracias a los contactos de su padre, Mayra empezó a ejercer de "vedette" de revista y a cantar con 19 años en el restaurante Los Violines. Imitaba tan bien el acento andaluz que la bautizaron como "la Marifé de Triana de Miami" y se sacó dinero suficiente para pagarse la carrera y ser independiente.
En aquella época también hizo sus pinitos como actriz en "La venganza de Tartú", una película de serie B en la que aparecía como Mayra Cristine.
Su llegada a España, donde conoció a su gran amor
En octubre de 1970, llegó por primera vez a España –concretamente a Barcelona– con 300 dólares en el bolsillo y sin billete de vuelta. Un viejo amigo de sus padres, el locutor Antonio Losada, le consiguió trabajo en la agencia de publicidad Reclamo y en el programa estelar de los sábados, "Superprat", presentado por Joaquín Prat, de la Ser. Luego se fue en Madrid, donde despegaría su carrera y, con 26 años, participó en la versión española del musical "The Rocky Horror Picture Show", en el que el actor argentino Alberto Berco, su futuro marido, ejercía de narrador. Al poco, coincidieron en el bar de unos estudios de doblaje donde ambos trabajaban y, aunque él entabló conversación con ella sugiriéndole que adelgazara un poco, surgió el flechazo y se casaron, por poderes, en Bolivia en 1974. Dos décadas mayor, Alberto Berco había fracasado en cuatro matrimonios anteriores, "pero aquello no me asustaba y como no hay quinto malo, como en los toros...", asegura Mayra.
Doce años después, al ir a comprar una casa, se llevaron la sorpresa de que no estaban casados. "No consideraban válido nuestro matrimonio, por lo que salimos corriendo al juzgado a pedir día y hora para legalizar nuestra unión". Se casaron nuevamente en Madrid en 1987. "Desde que nos conocimos, Alberto renunció a su carrera para apoyarme y encargarse de todo".
Cantante del Trío Acuario y presentadora de tele
En 1976, Mayra debutó en la TVE con pequeños papeles cómicos durante la subasta del célebre concurso "Un, dos, tres...", convirtiéndose en un rostro cada vez más popular. Junto a dos exsecretarias del programa, Beatriz Escudero y María Durán, formaron el Trío Acuario, que alcanzó fama con la canción "Rema, rema, marinero".
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El grupo se disolvió en 1978 y ella intentó una carrera musical en solitario, al tiempo que debutaba como presentadora en el programa "625 líneas", con el que ganaría su primer TP de Oro. Luego, presentaría otro programa de TVE, "Dabadabada". En ese espacio, uno de los bailarines era Joaquín Cortés y una de las niñas cantantes, Marta Sánchez.
En 1982, un año después de que falleciera su padre, Chicho Ibáñez Serrador la llamó para que fuera la presentadora del "Un, dos, tres..." después de que el popular Kiko Ledgard sufriera un accidente. Debutó el 20 de agosto y estuvo seis años consecutivos conduciéndolo, convirtiéndose en el rostro más popular de España, ganando otros tres TP de Oro.
En la retina del público quedó su particular forma de bajar las escaleras del plató dando la mano al público. La grabación era tan lenta que Mayra siempre le decía a Chicho que "le iba a pedir un plus de varices por las horas que estaba de pie con tacones. Cuando acabó el programa, necesité dormir mucho tiempo 12 horas diarias para calmar el fuerte dolor de pies".
Según ella, "el concurso me quitó la vida privada, y, si no hubiera sido por mi marido, no lo habría soportado". Dice de él que "es un ser excepcional y, desde el principio, supe que estaríamos juntos hasta el final. No concibo la vida sin él. Y nunca he echado de menos un hijo con Alberto. Cuando era el momento, él cayó en una grave depresión". Llegó a estar tan grave que intentó suicidarse con una sobredosis de barbitúricos. "Llegué a casa y me lo encontré casi muerto, le llevé a que le hicieran un lavado de estómago y ahí tocó fondo. A partir de entonces, empezó a salir del pozo lentamente".
Para Mayra, su amor era tan sólido que no saben vivir el uno sin el otro, por eso ha confesado estar destrozada desde la muerte del gran amor de su vida.
Dos tumores que ha podido superar
Al acabar el concurso, Mayra continuó en la radio y presentó varios programas en la recién creada Antena 3: como "La ruleta de la fortuna", "Simplemente Mayra" y "Tomates y pimientos".
En 1993, falleció su madre, un durísimo trago que le costó mucho superar. Desde hace una década, sus apariciones televisivas son escasas, pero, en el 2009, volvió a la actualidad a causa de un cáncer de lengua que le obligó a tener que aprender de nuevo a hablar. Tres años más tarde, el cáncer se reprodujo en la garganta, pero su fortaleza, vitalidad y positivismo le ayudaron a superarlo.
"Siempre he sido valiente ante la vida, pero ignoraba si sabría serlo ante la muerte. Para mí, lo importante era mi marido porque lo pasó muy mal", dijo en alguna ocasión. Juntos lo superaron y este día de San Valentín Mayra celebrará sus 74 años siendo una de las presentadoras más queridas y respetadas por el público, pero con la gran pena de no tener a su marido a su lado.
¡Te mandamos un gran abrazo y muchas felicidades por tus 74 años, Mayra!