Tamara Falcó: "Yo soy como la relaciones públicas de Jesucristo"
La marquesa de Griñón se refugia en su fe para superar unos meses muy difíciles
Tamara Falcó se ha recorrido los santuarios marianos más importantes del mundo desde que se dio cuenta de que la religión era el gran pilar en su vida. Devota mariana, por su cabeza, planeó la idea de meterse a monja, pero al final, según dice, se dio cuenta de que ése no era el camino que Dios le tenía preparado, así que quiso casarse y formar una familia, pero no acertó en su elección de compañero de proyecto.
Tras su batacazo sentimental con Íñigo Onieva, se ha refugiado en su fe y, hace poco, viajó con la Hospitalidad de la Virgen de Lourdes de Madrid al mítico santuario francés, donde lució el característico uniforme de enfermera auxiliar de esta asociación que acompaña a enfermos a la cueva de la famosa Virgen.
Curiosamente, con ella viajaba Natalia Onieva, tía de su exnovio y también muy devota, mientras que el susodicho disfrutaba de una escapada a Estambul con su madre, Carolina Molas, quien, paradojas de la vida, también se ha separado hace dos meses de su segundo marido.
"Dios me agarró la mano cuando más le necesitaba"
Y mientras, Tamara sigue centrada en sus amistades, sus compromisos y su fe. Ella, que muestra y comenta su día a día en las redes sociales, en la televisión y en las revistas, no esconde su religiosidad, pero sí que la mantiene en un plano más íntimo. La Biblia es su libro de cabecera y asegura que "me atrapa porque en ella está escrita toda mi vida. Es mi libro de instrucciones".
Por otro lado, la oración es la tabla de salvación a la que se aferra en los momentos difíciles. Como comentaba recientemente: "Dios me agarró la mano cuando más le necesitaba; me enseñó a llorar con fuerza; que un gracias o un perdón pueden cambiarlo todo; que la fuerza más grande es el amor y lo contrario el miedo".
Su fervor es compartido por su grupo de amigos y amigas más cercanos, una lista a la que la hija de Isabel Preysler añade siempre un nombre: "Jesucristo, que me brinda la ayuda para vencer los sinsabores de la vida. Yo soy como su relaciones públicas (...) Que se metan con nosotros es buenísimo, santísimo, es el camino al cielo".