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Juana Rivas: salen a la luz las dramáticas cartas de su hijo

La granadina Juana Rivas, que está en Italia, retuvo durante unos días a sus hijos y ha denunciado de nuevo a su exmarido

Juana Rivas, acompañada por su hermana, enseña un documento judicial.

Juana Rivas, acompañada por su hermana, enseña un documento judicial.

África González

Aunque condenada el pasado mes de julio en España a cinco años de cárcel y seis de inhabilitación para el ejercicio de la patria potestad, Juana Rivas no se resigna a perder a sus hijos y, ahora, su caso se ha enredado un poco más.

La granadina, que viajó a Italia para pasar unos días con los dos niños, volvió a desaparecer con ellos como ya hiciera en el 2017, aunque al cabo de unos días decidió entregarlos en una comisaría de Cagliari para que los recogiera allí su padre. Previamente, había presentado una nueva denuncia (es la sexta que interpone) contra su exmarido, Francesco Arcuri, por presuntos malos tratos.

Un gran moratón en la espalda del pequeño

En esta ocasión el maltrato habría sido al menor, Daniel, de 4 años, al que le vio un gran moratón en la espalda. Juana dice que el mayor, Gabriel, de 12, le explicó que el padre, en un arrebato de rabia porque el pequeño no se dormía, lo lanzó contra una cama de hierro.

Arcurri con sus hijos

Arcurri con sus hijos

La versión de Arcuri, que también ha vuelto a denunciar a su ex, es que se trató de un accidente doméstico. En este conflicto, Rivas cuenta con la ayuda del Centro de la Mujer de Maracena (Granada), su pueblo natal. Desde allí han remitido un informe al Ministerio de Asuntos Exteriores respaldando la negativa de la mujer a entregar a los niños. Este informe incluye un parte médico y tres cartas escritas por el niño mayor, donde describe la convivencia con su padre como "una peli de miedo".

En ellas, ha relatado: "Cada día me llama mierda, no valgo nada, soy un gusano asqueroso, me agarra las muñecas, me pega tortazos y empujones… y a mi hermano lo abandona y le amenaza haciéndole creer que todo es normal". En otra misiva, Gabriel relata los insultos que recibe: "Figli di puttana, bastardo, gilipollas, pedazo de mierda, asqueroso… Me dice que tengo problemas mentales, que soy igual que mi madre. Tira a mi hermano por las escaleras, nos da tortazos, nos tira sillas, me empuja contra la pared apretándome el pecho, me aprieta sus manos en mi cuello sin dejarme respirar". Y añade: "Me da miedo pensar que un día a mí o a mi hermano nos pegará con un palo o nos matará".

Juana Rivas, exultante a la salida del Juzgado de Granada.

Juana Rivas, exultante a la salida del Juzgado de Granada.

Terribles palabras del hijo mayor de Juana Rivas: "Quiero seguir viviendo"

En las cartas, que no tienen un destinatario concreto, se aprecia una angustiosa llamada de auxilio: "Quiero seguir viviendo. Por favor, que alguien me saque de aquí. No quiero que le pase nada a mi padre, pero que nos deje vivir con mi madre, porque ella es la que nos quiere de verdad".
La defensa de Arcuri atribuye esos relatos a la "imaginación" de Rivas, basándose en un informe pericial italiano que achaca a la madre "tendencias manipuladoras".
A diferencia de la vez anterior, en el 2017, cuando también retuvo a sus hijos, Rivas no estuvo en paradero desconocido, sino que se refugió con ellos en casa de una amiga en Cagliari, cerca de Carloforte, la población sarda donde los niños viven con el padre.

Juana Rivas.

Juana Rivas.

La sentencia emitida hace tres meses contra Juana Rivas –dictada por un magistrado, Manuel Piñar, polémico por su escasa sensibilidad ante los casos de violencia de género– está, en la actualidad, en fase de recurso y los abogados de Arcuri no han solicitado su ejecución, por lo que Rivas tiene total libertad de movimientos.

Un caso que empezó hace dos años y medio

Esta batalla judicial y mediática arrancó el 18 de mayo del 2016, cuando la granadina viajó con sus hijos a Maracena (Granada) desde Carloforte, donde regentaba un pequeño hostal con su marido, Francesco Arcuri. Tenía que volver un mes y medio después, pero no lo hizo y el 9 de junio acudió al Centro de la Mujer de su pueblo, donde relató que había sufrido malos tratos físicos y psicológicos en Italia e interpuso una denuncia contra su marido.

Juana Rivas con sus hijos

Juana Rivas con sus hijos

En agosto, Rivas le comunicó a Arcuri que ni ella ni los niños volverían al domicilio familiar y el italiano presentó una denuncia por sustracción internacional de menores. En diciembre del 2016, una juez emitió un auto por el que Rivas tenía que devolver los dos niños al padre. Ella apeló, pero en abril del 2017 la Audiencia de Granada ratificó que tenía que hacerlo, aunque sin poner una fecha concreta.

Los dos autos siguientes sí que tenían fecha, pero Rivas no los obedeció hasta que, en un tercero, ya se instaba a la policía a actuar si no los devolvía. El día antes, Rivas y los niños desaparecieron y estuvieron casi dos meses en paradero desconocido hasta que, a finales de agosto, la mujer los entregó a Arcuri, que volvió con ellos a Italia.

Después vino la sentencia y este nuevo capítulo de un drama en el que los niños son, por desgracia, lo que más pierden.

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