Una pareja se casa en el hospital que salvó a su hija prematura
La pareja había aplazado su boda cuando llegó el bebé, que pasó 100 días en la UCI
El enlace entre Jason Barnwell y Grier Stanley tiene todos los números de convertirse en la boda del año en Connecticut. La pareja contrajo matrimonio en la Unidad de Cuidados Intensivos para recién nacidos del Yale New Haven Hospital, con su pequeña Drue como dama de honor.
La niña fue la "culpable" de que el evento se celebrara en un escenario tan poco usual, ya que vino al mundo con casi tres meses de adelanto, una emergencia que frustró el primer intento de boda de sus padres. Lo tenían todo organizado para casarse en abril, pero el "sí, quiero" tuvo que esperar.
El bebé, extremadamente prematuro, pesó sólo 900 gramos y tuvo que pasar 105 días en la UCI, tiempo en que la sala de neonatos se convirtió, por obligación, en la segunda casa de sus padres.
Un párroco entre enfermeras
"La idea de casarnos aquí la tuvo una enfermera, que conocía nuestra historia. Al principio nos lo tomamos a risa, pero luego todo se precipitó", explicó Jason, el orgulloso novio y padre, que agradeció al equipo del hospital su trabajo en las semanas que Drue luchó por su vida. "Sin vosotros, ella no estaría aquí", explicó.
La ceremonia tuvo poco que envidiar a cualquier otra boda tradicional. Un párroco acudió a la UCI, donde Jason, de 36 años y Grier, de 37, pudieron al fin casarse ante la presencia de médicos, personal sanitario y hasta el director del centro, que aseguró no haber vivido "nada igual" en tres décadas. Por encima de cualquiera, la invitada de lujo fue Drue, ya perfectamente recuperada, con un peso de 3,5 kilos, y que obsequió a los novios con una sonrisa. "Quizás todo esto era su plan", ironizó la madre.