El cardenal Konrad Krajewski, de 55 años, es uno de los religiosos más atípicos que han pasado por el Vaticano. El Papa le nombró su limosnero el pasado año, convirtiéndolo en la persona encargada de dar caridad en su nombre. Dicen de él que suele recorrer la ciudad por las noches para ayudar a los mendigos, y su último gesto le ha convertido en una especie de superhéroe.
Hace unos días, tras saber que 450 personas sin recursos se habían quedado sin electricidad en un edificio ocupado, el limosnero del Papa decidió acudir personalmente al lugar y romper el precinto que la compañía eléctrica había colocado por impago. Su acción le ha valido un enfrentamiento directo con el ministro de Interior italiano, Matteo Salvini, pero también el aplauso de miles de personas de todo el mundo y del propio Vaticano.
Por aquello de que Dios aprieta pero no ahoga... Esta historia, sin duda, te llegará al corazón.