La carretera que une la isla de Sommaroy con el continente europeo se ha convertido en un escaparate de relojes como consecuencia de la decisión que ha tomado este territorio noruego de vivir al margen del tiempo.
Los habitantes de este lugar se pasan 69 días del año a pleno sol y sólo durante esos días no tenían horarios. Eso sí, a partir de ahora, los vecinos de la zona quieren que se amplíe este periodo sin controlar el tiempo al resto del año.
Así pues, Sommaroy, que significa «isla de verano» y vive de la pesca y del turismo, obligará a sus visitantes a dejar sus relojes en el puente de entrada.
El hecho de vivir sin tiempo permitirá que se pueda pintar la casa, cortar el césped o hacer cualquier tipo de tarea a las tres de la mañana, si uno así lo desea. La decisión ya ha llegado al Parlamento de Oslo y los lugareños están a la espera de que se haga oficial para tener flexibilidad de horarios en la escuela y el trabajo.