Sancho Gracia, el bandolero más famoso de la televisión: su intensa vida
Repasamos la vida del popular actor, padre del también intérprete Rodolfo Sancho y protagonista del mítico 'Curro Jiménez'
A los 17 años, se matriculó en la Escuela de Arte Dramático
Sancho Gracia cuando era un niño.
Sin embargo, sus notas siempre fueron buenas. Por la tarde solía jugar al fútbol con una pelota de trapo, con los pocos juguetes que tenía o con espadas de madera. Expulsado de varios colegios, estuvo a punto de ir a un internado. Poco después, su padrastro aceptó un trabajo en la embajada española en Uruguay. En ese entonces, había nacido su hermana.
Una nueva vida, a los 12 años, en Montevideo
Pero, al poco de llegar a Montevideo, Gabino enfermó. Victoria cogió a sus hijos y se fue a verle. Mientras hacían la larga travesía en barco, la mujer recibió un escueto telegrama comunicándole la muerte de su marido. Victoria decidió instalarse con sus hijos en la capital uruguaya. Félix tenía, entonces, 12 años.
Maduro a fuerza de adversidades pero firmemente enamorado de la vida, Félix empezó a trabajar, sin dejar los estudios. Fue recadero, lavaplatos, camionero, vendedor de coches y trapicheó como contrabandista. Pero la vocación de actor había nacido en él y, a los 17 años, se matriculó en la Escuela de Arte Dramático, donde tuvo como profesora a la actriz catalana Margarita Xirgu.
Durante tres años aprendió técnicas de voz y de dicción, estudió historia del arte, historia del teatro, esgrima, ballet... Su "nombre artístico" se lo puso Tina Solvilla, una actriz uruguaya que empezó a llamarle Sancho Panza, después, Sanchito, luego Sancho y, finalmente, quedó como Sancho Gracia.
Un viaje a Madrid que sería definitivo
El actor era un fumador empedernido.
Estudiaba por la mañana y, por la tarde, trabajaba en un banco como contable. Tenía 20 años cuando su madre, contratada como niñera por el diplomático español Giménez Arnau, se trasladó con éste y su familia a Nicaragua. Pasados algunos años, doña Victoria y su hija se instalaron en Nueva York y encontró trabajo como costurera.
Pero Sancho, que ya era un joven independiente, se quedó en Uruguay, donde había empezado a abrirse paso como actor de teatro, ya que Xirgu lo incorporó a su compañía estable.
A los 25 años, decidió que se iba a vivir con su madre en Nueva York, pero antes quería pasar unas semanas en España. Aterrizó en Madrid a principios de 1962, sin saber que esa estancia temporal se convertiría en definitiva. Un día, acompañó a un amigo al teatro donde el director José Tamayo ultimaba los preparativos de 'Calígula'.
Allí supo que faltaba un personaje para esa obra clásica que Sancho conocía de memoria porque la había interpretado con la Xirgu. Tamayo le dijo que, si conseguía quitarse su fuerte acento criollo, el papel era suyo.
Sancho Gracia tuvo una infancia de lo más movida.
Sancho compró libros, se encerró en una casa y no dejó de recitar en voz alta hasta que borró el deje latinoamericano. Así fue como debutó en el Teatro Romano de Mérida, al lado del gran José María Rodero. Tuvieron un gran éxito y la compañía recorrió España de cabo a rabo.
"Así fue como pude conocer mi país. Las horas libres las aprovechaba aquí y allá para patear las ciudades, visitar monumentos y museos. El sueldo no era alto, pero suficiente para un hombre que, como yo, vivía solo: 400 pesetas. Otra grata consecuencia es que entablé amistad con muchos y excelentes compañeros. Por ejemplo, con Francisco Rabal. Me preguntó si me gustaría trabajar en el cine. Me aseguró que mi tipo podría dar resultado en películas de acción."
Accidentado romance con Raquel Welch
Recién llegado a la España franquista de los 60, Sancho Gracia empezó a hacer amigos entre la gente de la farándula y de la intelectualidad contraria al régimen franquista. Rabal, que le llamaba "su hermano pequeño", y Fernando Fernán-Gómez se convirtieron en dos habituales de sus juergas, en las que también participaban Juan Benet, José María Ruiz-Gallardón, el periodista Javier Pradera o el magistrado Clemente Auger. "Sancho, por el día no pasa nada, hay que salir por la noche", le decía Juan Estelrich.
Tuvo con Raquel Welch en un rodaje en Granada
Sancho Gracia junto a Charlton Heston.
Tal como le había dicho Paco Rabal, su físico de galán convenció a los productores cinematográficos, quienes empezaron a proponerle trabajos en títulos como 'La Pimpinela de California', 'Los Duendes de Andalucía' con Ana Mariscal (1964), 'Las Últimas Horas', 'El Sheriff No Dispara', 'Fray Torero' (1965), 'La Ciudad No Es Para Mí' (1966), 'Camino del Rocío' (1966), 'Las Viudas' (1966), 'Operación Póker' o 'Trampa en la Luna de Miel' (1968), entre otras. Su dominio del inglés le abrió las puertas del cine internacional.
Le contrataron (junto con Carmen Sevilla y Juan Luis Galiardo) para trabajar en 'Marco Antonio y Cleopatra' con Charlton Heston. "Heston debía tener cocodrilos en los bolsillos porque nunca se pagaba nada", explicó una vez del famoso actor norteamericano.
Fue un actor inglés, Keenan Wynn, quien le dio uno de los consejos profesionales que más apreció: "Mira Sancho, te voy a enseñar algo que me enseñó Humphrey Bogart. Cuando en el cine le tengas que decir a alguien que le vas a matar, mírale a los ojos y dile muy bajito: 'Te mataré'. Pero muy bajito y mirándole a los ojos".
Otra de sus anécdotas de la época fue el romance que tuvo con Raquel Welch en un rodaje en Granada. "El marido, Patrick Curtis, quiso matarme. Acabamos en comisaría y me echaron de la película", recordó este hombre que nunca ha negado su gusto por la seducción.
La serie 'Curro Jiménez' le catapultó a la fama
Una afición a las faldas que no dejó ni después de casarse, el 19 de mayo de 1969, con Noela Aguirre Gomensoro, una periodista uruguaya a la que conoció en una entrevista. "Ella sabía con quien se casaba", aducía el actor, quien ha sido padre con ella de tres hijos: Rodrigo, Rodolfo (el único que ha seguido sus pasos artísticos) y Félix.
Sancho Gracia trabajaba, pero su salto a la popularidad se lo proporcionó la pequeña pantalla. En Prado del Rey había conocido a Adolfo Suárez cuando éste era director de TVE y se habían hecho tan amigos que Suárez fue el padrino de bautismo de su segundo hijo.
En 1973, Sancho le propuso hacer una serie, basada en una idea suya y titulada 'Los Camioneros'. Suárez aceptó y la cosa funcionó. Mejor fue, incluso, la acogida de 'Los tres mosqueteros' que Sancho grabó en los estudios de Miramar, en Barcelona. Pero el verdadero fenómeno sociológico sería, en 1975, con 'Curro Jiménez'.
Sancho encarnaba el papel de bandolero-héroe junto a Álvaro de Luna (Algarrobo), José Sancho (El estudiante) y Eduardo García (El Gitano). La serie, producida e ideada por él, se convirtió en uno de los espectáculos más duraderos y con mayor audiencia de la historia televisiva española. Sancho usó su popularidad para pedir el voto para Adolfo Suárez cuando éste concurrió, el 15 de junio de 1977, a las urnas en las primeras elecciones democráticas españolas.
Una corta carrera como director de cine
Convertido en un actor muy popular, protagonizó para TVE en 1980 la serie 'La máscara negra' y dos años después encarnó al 'Empecinado' en la coproducción española-francesa 'Los desastres de la guerra' dirigido por Mario Camus y con Paco Rabal y Álvaro de Luna.
También fue el Capitán Piñero en 'La isla de los fugitivos' o Simón Bolívar en una producción televisiva sobre la vida del Libertador. En el cine, sus intervenciones solían ser como galán, pero también daba vida a antagonistas. En 1984, participó en 'Marbella, un golpe de cinco estrellas' de Miguel Hermoso y cuatro años después protagonizó y coprodujo 'Gallego'.
En 1989, trabajó en 'Montoyas y Tarantos' de Vicente Escrivá, que fue seleccionada para representar a España en las candidaturas de los Oscar a la Mejor Película Extranjera. Paralelamente al cine, actuaba en obras de teatro y encarnó a un asesino, el Jarabo, en un episodio de 'La huella del crimen'.
En 1992, debutó como presentador de televisión con el programa-concurso de Tele 5 'Todo por la pasta' junto a Ivonne Reyes. Compaginó su trabajo en la televisión con su estreno como director de cine. 'Huidos' era una historia que transcurría durante la Guerra Civil española, de la que también fue productor.
Orgulloso padre y abuelo
Sancho junto a su hijo Rodolfo, el único que siguió sus pasos en el mundo de la interpretación.
A principios de 1993, protagonizó la segunda parte de 'Curro Jiménez', que se rodó en Uruguay, país donde la serie se declaró "de interés nacional". Un año después nació su nieto Daniel, hijo de Rodolfo, del que el actor siempre reconoció que es "mi gran debilidad". Es por ello que muchos coinciden en que el escándalo en el se ha visto envuelto el joven (acusado de matar a Edwin Arrieta) le había destrozado por completo.
En 1995, dos años después de haber encabezado el reparto de 'Tocando fondo' de José Luis Cuerda, hizo 'Cachito', película del director Enrique Urbizu. En febrero de 1996, Sancho Gracia vivió un difícil episodio. Una estudiante de Periodismo, Dolores Mellado, le denunció por haberla acosado sexualmente cuando le había entrevistado en su camerino con motivo de la obra 'Don Juan Tenorio', que el actor hacía en el Teatro Español. Un año después, el actor fue absuelto de las acusaciones que se le imputaban.
Alejado de la televisión, colaboró con el argentino Adolfo Aristaráin en 'Martín (Hache)' (1997) y más tarde, participó en 'La mirada del otro', dirigida por Vicente Aranda, y en dos filmes de Álex de la Iglesia: 'Muertos de risa' (1999) y 'La comunidad' (2000).
Dura lucha contra el cáncer de pulmón
El actor, muy feliz con su Premio Ondas.
Un año después, el 25 de enero de 2001, Sancho Gracia fue sometido a una operación quirúrgica en una clínica de Madrid en la que se le extirpó un tumor en el pulmón derecho. Estaba aún en tratamiento contra el cáncer cuando Urbizu le llamó para ofrecerle un pequeño papel en 'La caja 507'.
También Álex de la Iglesia pensó en él "en un momento crucial de mi vida, en que acababa de salir de una cornada física" para protagonizar "800 balas", una excelente película que le valió a Sancho el premio Ondas en 2002.
La muerte de Paco Rabal le llevó a México para intervenir en "El crimen del padre Amaro", donde tenía que trabajar el actor de Águilas. Recuperado de su enfermedad, más enamorado de la vida que nunca y, tras el fracaso de la excelente serie 'Lobos', Sancho Gracia volvió a la televisión con "La dársena de poniente", en 2006.
Posteriormente, participaría también en 'Los managers' (2006), 'El prado de las estrellas' (2009), 'Entre Lobos' (2010), y 'Balada triste de trompeta'. (2010).
El 8 de agosto de 2012, a los 75 años, el queridísimo actor fallecía en la Clínica Quirón de Madrid a causa de las complicaciones del cáncer de pulmón que padecía. Junto a él, su inseparable mujer, sus tres hijos, su hermana y su sobrina, absolutamente devastados.