Se calcula que, durante las fiestas de Navidad, ganamos una media de entre 3 y 6 kilos. Para evitarlo, la clave está en recurrir a propuestas culinarias menos calóricas y más sanas. Sólo tienes que seguir estos sencillos consejos:
Si el banquete es en tu casa
1. Cuidado con los aperitivos: hacen que se tomen un gran número de calorías sin ser conscientes de ello. Se aconseja combinar las opciones más grasas (quesos, patés y embutidos) con otras más ligeras, como el marisco crudo, el pescado marinado o la verdura.
2. No te olvides las verduras: empieza tus comidas con una buena ensalada e incluye verduras frescas en las guarniciones, en los rellenos y en la decoración de los segundos platos.
3. Prepara tus propias salsas y aderezos: así, no sólo evitarás aditivos y demás compuestos químicos no demasiado saludables, sino que también podrás utilizar ingredientes más nutritivos y ligeros como el tomate, el yogur y especias digestivas como la canela, el clavo, el jengibre…
4. Opta por el pescado y la carne magra: el marisco al vapor y el pescado al horno son opciones deliciosas y muy saludables. Si prefieres carne, elige las variedades menos grasas, como el pavo, el pollo, el conejo, el solomillo de ternera o el lomo de cerdo.
5. Mejor fruta que dulces: turrones, polvorones, mantecados… son deliciosos pero también muy calóricos y excesivamente dulces. No abuses de su consumo y, para postre, elige frutas frescas.
6. Apuesta por las infusiones: sé original y sorprende a tus invitados con infusiones digestivas como el anís, la menta, el hinojo… Ayudan a depurar el organismo y mejorar la digestión.
7. Congela las sobras: no caigas en la tentación de poner los canelones o la carne asada que haya sobrado para cenar o comer el día siguiente. Es mejor congelarla y servirla en una ocasión especial.
Si vas como invitado
En este caso, tendrás que adaptarte al menú que te ofrezcan tus anfitriones, pero hay una serie de precauciones que te ayudarán a contrarrestar el efecto de un exceso de comida y bebida.
8. Depura tu cuerpo: en ayunas, toma un vaso de agua con limón o bien un batido verde. Esta limpieza matutina preparará tu organismo para las comidas fuertes que vendrán después.
9. Desayuna bien: no llegues con demasiado apetito. Es mejor que antes tomes un zumo de tomate, una infusión, un caldo ligero…
10. Regula el consumo de alcohol: bebe con moderación y eligiendo siempre bebidas de calidad. Recuerda que, además de aportar calorías vacías, el alcohol somete a nuestros órganos (hígado, riñones, corazón…) a un esfuerzo extra.
11. Come despacio: de esta manera, al final comerás menos, ya que le darás tiempo al cuerpo a que entienda que el estómago ya está lleno. Además, te sentará mejor, ya que, al masticar bien cada bocado, facilitarás la digestión.
12. Da un paseo: después de comer, en lugar de echar la siesta o pasar la tarde en el sofá, es mejor salir de casa. De esta manera evitarás la pesadez y la comida te sentará mucho mejor.
13. Compensa: los días siguientes, procura mantener una dieta depurativa con menús más ligeros a base de verduras, legumbres, proteínas sin grasa y abundantes frutas.
14. No te saltes las comidas: eso sí, hazlas más ligeras. Si, por ejemplo, te has excedido al mediodía, puedes cenar un yogur con fruta fresca cortada o un caldo vegetal. Te sentará mejor y evitarás pasar demasiadas horas sin comer.
15. Bebe abundante agua: te permitirá eliminar toxinas y mantener tu organismo hidratado. También puede ayudarte a que bebas menos cantidad de alcohol durante la comida.