Dada la enorme distancia física y emocional que hay entre Harry y los Windsor desde hace ya un tiempo, la videollamada que recibió Carlos III el 14 de noviembre desde Montecito (California, EEUU) fue un inesperado y delicioso regalo que emocionó muchísimo al monarca. En ella, sus nietos Archie y Lilibet, de 4 y 2 años, le cantaron el “cumpleaños feliz”.