El príncipe Harry sigue los pasos solidarios de Lady Di
El duque de Sussex comentó durante una charla "online" que se siente obligado a tratar de terminar el trabajo que empezó su madre en la lucha contra el VIH y el estigma que lo rodea
Un gesto vale más que mil campañas. Sí, sabemos que en realidad es "una imagen vale más que mil palabras", pero en el caso que vamos a explicar tiene todo el sentido modificar la frase un poco. Porque en abril de 1987, hace prácticamente 35 años, un gesto de la princesa Diana de Gales cambió la manera de tratar a las víctimas del SIDA mucho más rápida y eficazmente que cualquier campaña que se hubiera llevado a cabo.
La esposa de Carlos de Inglaterra desafió todas las normas protocolarias del Palacio de Buckingham cuando inauguró la primera unidad dedicada a los enfermos de SIDA del Reino Unido en el Hospital Middlesex de Londres y estrechó la mano de uno de sus pacientes sin llevar guantes.
Hay que tener en cuenta que en aquellos momentos, cuando el SIDA era prácticamente una sentencia de muerte, muchos creían, sin razón, que esta enfermedad se contagiaba por el tacto. Lo que hizo Diana aquel día fue dar el primer paso para acabar con el estigma y convencer al público de que no había que tener miedo a abrazar y coger la mano a las personas que tenían el VIH. Rompió tabús y derribó barreras para abrir el camino al afecto y al conocimiento.
"Mi madre quería romper el aislamiento de los enfermos"
Cuando Diana protagonizó este episodio, Harry no tenía ni 3 años, pero hace unos días, con motivo de la Semana de la Detección del VIH, en una charla con el exjugador de rugby y activista antiSIDA Gareth Thomas, para concienciar de la importancia de la detección precoz de esta enfermedad, el hijo pequeño de Lady Di se refirió a ese momento de una manera muy especial.
"Lo que hicieron mi madre y otras muchas personas fue derribar muros y romper el aislamiento de los enfermos. Fue como si dijera: 'Cuando la gente sufre, debemos aprender más, y si el estigma se extiende, también tenemos que hablar más del tema'. Ella empezó a crear empatía, entendimiento y, sobre todo, curioSIDAd. Como no se sabía nada del virus, propuso que, por lo menos, aprendiésemos más de él en lugar de criticar y juzgar a los enfermos", explicó Harry.
"Siento la necesitdad de seguir con el trabajo que ella empezó y que está inacabado"
La emoción de ver cómo lo que hizo su madre ayudó a cambiar la percepción de las víctimas del SIDA y también en la investigación (algo que ha hecho que le enfermedad se haya cronificado) ha empujado desde hace años al duque de Sussex a continuar con su labor.
Ya en el 2003, seis años después de la muerte de la princesa y durante su año sabático en África, Harry rodó un vídeo sobre los enfermos de SIDA en Lesotho y aseguró que quería mantener vivo el legado de su madre en la batalla contra el SIDA.
Desde entonces, ha visitado hospitales para inaugurar salas dedicadas al tratamiento del VIH, se ha hecho tests en público para concienciar a la gente de la importancia de detectarlo de forma temprana, ha participado en campañas y conferencias internacionales sobre el SIDA y, en definitiva, ha batallado y sigue haciéndolo para acabar con el estigma y conseguir el objetivo de que la transmisión de este virus se frene completamente en el 2030.
"Sé que nunca podré ocupar el lugar de mi madre, pero una vez que conoces a tantas personas que tienen SIDA y te das cuenta del sufrimiento que genera en todo el mundo, no puedes dar la espalda al problema. Siento la obligación de seguir con el trabajo que ella empezó y que está inacabado", comentó el nieto de Isabel II que, sin duda, es el heredero natural de Diana.
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