Aprovechando que tenía conciertos en Galicia y que era fin de semana, su mujer, Paula Echevarría, y su hija, Daniella, decidieron acompañarlo y disfrutar de unos días inolvidables juntos. Se lo pasaron en grande haciendo el viaje (no hay más que verlos cantando en la furgoneta que los llevaba) y en los conciertos, donde la niña demostró ser una fan incondicional marcándose unos pasos de baile en el «backstage» mientras su padre cantaba. David no podía estar más feliz.