El manacorí no está dispuesto a que le acusen de dopaje sin consecuencias.
Ha esperado casi dos meses la disculpa de la exministra francesa Roselyn Bachelot, quien lo acusó de dopaje en un programa de televisión, pero su paciencia tiene un límite y, finalmente, ha decidido llevar el caso a juicio para defender su honor y está tan seguro de su «fair play» que ha pedido a la Federación Internacional de Tenis que publiquen su pasaporte biológico para demostrarlo. Lo que le ha devuelto la sonrisa a Rafa es haber ganado el Open Banc Sabadell (Trofeo Conde de Godó) y haber sido elegido por unanimidad como abanderado de la delegación española en los juegos de Río 2016.