Diez curiosidades de la faceta más personal de Pedro Cavadas, el ‘doctor milagro’
El cirujano ha visitado ‘El Hormiguero’ y ha vuelto a hacer gala una vez más de su humanidad y del amor a su profesión
Pedro Cavadas regresaba a ‘El Hormiguero’ con la misma expectación que generó su primera visita el 29 de enero de 2019. Poco dado a aparecer en los medios, su primera entrevista con Pablo Motos tuvo una enorme respuesta por parte de la audiencia, registrando el máximo de temporada con cerca de tres millones de espectadores pegados a sus televisores y a las experiencias vitales y reflexiones de este doctor valenciano. Aquella primera aparición en el espacio de Antena 3 supuso para muchos espectadores el descubrimiento de una personalidad fascinante, repleta de vivencias, anécdotas y de un trabajo incansable por los demás. Descubre las diez curiosidades de la faceta más personal de Pedro Cavadas, el ‘doctor milagro’.
Pedro Cavadas: hijo de un cabrero reconvertido en abogado
Pedro Carlos Cavadas Rodríguez nació en Valencia el 4 de noviembre de 1965. Su padre, Pedro, que había trabajado como cabrero en un “pueblo perdido”, Castellar de Santiago (La Mancha), vendió con 17 años unas botas, compró unos libros y empezó a estudiar Primaria y a los 23 años acabó Derecho. Esa disciplina en el estudio, que le ayudó a convertirse en abogado del Estado, fue trasladada a sus hijos, una cultura del esfuerzo de la que su hijo hizo gala años después.
Su madre, Carmen, era ama de casa. Una mujer centrada en la atención de sus tres hijos, dos mayores que eran excelentes estudiantes y un pequeño, Pedro, que hasta cuarto de EGB no supo lo que eran las buenas notas.
Cavadas y su sueño por emular a Rodríguez de la Fuente
Aquel niño, nacido en pleno baby boom, soñaba con parecerse algún día a Félix Rodríguez de la Fuente, el naturalista y divulgador español que marcó a varias generaciones gracias a sus series documentales sobre el reino animal. “El hombre y la tierra los viernes por la tarde era sacrosanto”, decía en una entrevista a Día Cero (Movistar+), en la que también confesó que su sueño inicial fue ser naturalista.
Pedro estudia Medicina con “honores”
Se planteó estudiar Zoología y Veterinaria, pero fue descartando opciones, hasta que se decantó por la Medicina, una carrera a la que dedicó muchísimas horas para terminarla con “honores”, como le habían enseñado sus padres. Pedro reconoce que en aquella época de estudiante se colaba en el Clínico para ver intervenciones quirúrgicas y nunca preguntó si podía o no podía estar en las salas de operaciones. En 1998, obtuvo la licenciatura en Medicina por la Universidad de Valencia con mención de honor.
Cirujano plástico y doctor ‘apto cum laude’
Gracias a su enorme esfuerzo y dedicación, Cavadas se especializó en Cirugía Plástica y Reparadora como Médico Interno Residente en el Hospital de La Fe de Valencia. Ese mismo año, 1995, se graduó como doctor con calificación apto cum laude, y completando su formación académica en Estados Unidos, dos meses al año.
“Quería ver trabajando a todos esos profesionales a los que leía en la literatura médica. Eso me permitía volver a mi trabajo y llevar a la práctica todo lo que había aprendido”, recordaba el médico.
Echó a suertes el puesto en el hospital valenciano junto a su amigo residente y se vio en la cola del paro. Lo que podía haber parecido un error, se convirtió en una oportunidad laboral única. Empezó a intervenir los siete días de la semana a personas con patologías que ningún médico quería abordar y fue consciente de que el éxito era dedicarse a aquello que nadie atendía.
Pedro Cavadas, su ex mujer y sus hijas adoptivas
Asegura que aquellos primeros años no fueron fáciles y que en muchas ocasiones debía consultar su cuenta bancaria para saber si podía disfrutar de una cena con su mujer. Tras mucho esfuerzo, la suerte empieza a sonreírle y gana bastante dinero. Una holgada economía que le permitió adquirir una imponente vivienda y tres coches de alta gama.
La idea de adoptar a sus hijas Ruolan y Xiaodan, una gran aficionada al fútbol, partió de la que ahora es su ex esposa, con la que mantiene muy buena relación. Asegura que estas dos jóvenes de origen chino son lo mejor que le ha pasado en la vida, pero reconoce que la paternidad no fue su fuerte en los inicios. Ellas se han convertido en su centro y refugio.
Pedro, marcado por la muerte de su hermano
En 2001, la trágica muerte de su hermano Jaime en accidente de tráfico provoca un cambio interno en su forma de ver la vida. Además del duro palo familiar, Pedro se embarca en su soñado viaje a Kenia (África), que transforma sus perspectivas como médico.
Pedro Cavadas, volcado con su fundación
Cavadas decide desprenderse de los grandes lujos como sus coches e invertir casi todo lo que ganaba en la creación de una fundación que lleva su nombre, para intervenir a niños y jóvenes con deformidades complejas en un continente, África, que le tiene cautivado.
Durante más de diez años financió él solo campañas quirúrgicas humanitarias a Kenia, pero en los últimos años, por motivos de seguridad, ha trasladado su consulta solidaria a Tanzania. Se estima que ha realizado más de 11.000 intervenciones, muchas de ellas reimplantes. Viaja dos veces al año para realizar las operaciones y otras dos más para ver de nuevo a sus pacientes.
Cavadas: sus mayores logros médicos
En 2004, llega el reconocimiento de sus colegas y empiezan a sonar fuerte sus intervenciones. Su operación pionera para mantener vivo un brazo amputado, conectado a las venas y a las arterias de la pierna del propio paciente para luego reimplantarlo, dio la vuelta al mundo.
A este hito médico se sucedieron otros como un trasplante de dos manos y antebrazos a una mujer colombiana o el primer trasplante de cara del mundo, que le colocaron en la primera línea de la cirugía plástica y reparadora en el mundo. Ya era conocido como el ‘doctor mago’ o el ‘doctor milagro’.
Su hermana, Virginia, se suma a su proyecto
Su hermana, Virginia, decidió dejar su acomodado trabajo para sumarse al proyecto como contable y relaciones públicas de su fundación.
Comparte su vida con Vanessa Alemany
Muy discreto en lo referente a su vida privada, el doctor comparte su vida con una enfermera, Vanessa Alemany, que forma parte del equipo con el que trabaja diariamente y comparte su labor solidaria en el cono sur del planeta.